Una Diada para impresionar al mundo
Afluencia masiva desde primera hora de la mañana
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BARCELONA.- 'Qué pone ahí?', pregunto a una de las muchas voluntarias que pasean por el tramo 132 de la Meridiana, casi al final de la avenida. Difícil no detectarlos, con su peto verde y un cartel con una 'V' colgado en el pecho. 'Independence', me responde con un inglés más que digno. '¿Y por qué no en catalán?', replico. 'Porque el mensaje se lo lanzamos al mundo'.
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"El mundo nos mira", insistían los organizadores a primera hora de la mañana. Desde luego, a tenor de las imágenes que se han vivido en Barcelona a lo largo del día y de cómo se ha resuelto, a nivel logístico, el puzzle cromático durante el recorrido del puntero gigante por los 5,2 kilómetros de una Meridiana absolutamente abarrotada, el mundo habrá quedado, como mínimo, bastante impresionado.
Afluencia masiva desde primera hora de la mañana
Son las 12.30 horas de la mañana y los más de 2.500 voluntarios de la ANC y Òmnium ultiman los preparativos de la cuarta gran movilización organizada por las dos entidades independentistas. La mayoría ha madrugado -sobre las 9.00 horas ya andaban por la vía- y ahora se dedican a poner vallas, trepar por las farolas para engalanarlas con banderas independentistas, vender bebidas o comprobar el sonido de los altavoces que durante todo el día escupirán las instrucciones que los asistentes deberán seguir durante la jornada. ¿Una manifestación con manual de uso? No es nuevo, pero según los organizadores, el reto de este año ha sido aun mayor.
Ningún manifestante sin su estelada. Esta ha sido la tónica general de una jornada que ha vuelto a discurrir entre la reivindicación y la festividad
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Ningún manifestante sin su estelada. Esta ha sido la tónica general de una jornada que ha vuelto a discurrir entre la reivindicación y la festividad. Los autocares han llegado a Barcelona temprano y se han ido incrustando en las arterias cercanas a la Meridiana. El carril bus como aparcamiento improvisado. Al final han llegado más de 2.000 desde todo el territorio catalán, una cifra nunca antes registrada en un acto de estas características. Familias enteras, niños y mayores, personas con movilidad reducida y hasta mascotas ataviadas para la ocasión iban tomando las calles y los comercios de la zona. En el cruce con la calle València, y pasadas las 15.00 horas, un restaurante reconocía a este diario haber triplicado la caja de un día festivo de verano. En la terraza del mismo local, cuatro quinceañeros ondeaban una bandera catalana de 3x5 metros. Venían de Sant Jaume del Domenys y era su cuarta Diada reivindicativa en la capital catalana. "Esperamos que cuando tengamos edad de votar, lo hagamos ya en una República Catalana", comentaba uno de ellos.
"La fiesta continúa el próximo 27-S", admitía un padre de familia de Berga tras levantar su cartulina de color marrón al paso del puntero y contribuir así a que una ola gigante de brazos llegara al Parlament
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A las 16.00 horas, justo el momento de más calor de la jornada, los participantes ocupaban ya su tramo correspondiente, mientras cuatro helicópteros sobrevolaban la ciudad condal y excitaban a las masas cuando se ponían a tiro. Los voluntarios, a golpe de altavoz, trataban de poner orden entre la marea humana. Y a las 17.14, trabucazo mediante, empezaba el desfile del puntero gigante, como si fuera una cabalgata pero que, en lugar de caramelos, repartiera la partitura de un único cántico: "I-Inde-Independència!". Las fotografías hablan por sí solas. Sobre todo las tomadas desde los áticos más altos de la Meridiana, por las que algunos residentes han pedido a fotógrafos de agencia 100 euros en concepto de alquiler del balcón.