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Desobediència Civil, la nueva plataforma que quiere reactivar el movimiento independentista

Está impulsada por activistas de los Comités de Defensa de la República (CDR) y pretende recuperar el papel de los ayuntamientos como revulsivos del movimiento soberanista.

07/05/2022 - El col·lectiu Desobediència Civil a Bàscara.
El colectivo Desobediència Civil en Bàscara. Cedida

Desde el pasado 7 de mayo, Bàscara (Girona) es simbólicamente el primer "municipio catalán liberado de la jurisdicción española". Ese día, Desobediència Civil leyó desde el balcón del consistorio un bando en el que anuncia la decisión de la localidad ampurdanesa de integrarse en la República Catalana.

El documento, leído por un activista del grupo ataviado con una máscara y un mono blancos, proclamaba que la villa había quedado emancipada, que sólo reconocería al catalán como única lengua oficial, que se reivindicaba feminista y LGTBI, que hacía de la cultura popular el su motor cívico y que se comprometía a respetar el medio ambiente, proteger los derechos humanos y defender los valores de la democracia directa, la justicia y la libertad. Asimismo, establecía que en su perímetro quedaban prohibidas "las fuerzas de ocupación" y expulsados "todos los intereses españoles".

Bàscara es simbólicamente el primer "municipio catalán liberado de la jurisdicción española"

Mientras el activista procedía a la lectura del bando, que de forma simbólica ha asumido el consistorio, otros miembros de Desobediència Civil repartían una moneda propia, El Cat, colgaban carteles en la casa de la villa contra la monarquía y la bandera española, y levantaban puntos fronterizos en los principales accesos de la población, donde entregaban pasaportes que acreditaban la pertenencia de los vecinos al nuevo Estado catalán. Todo ello amenizado con debates, conciertos, juegos infantiles, una comida popular y otras actividades que, como mínimo, reunieron a medio millar de personas.

Una herramienta de emancipación popular

La acción en Bàscara, que también incluyó la pintada de un mural en la entrada del pueblo, ha sido la primera iniciativa organizada por Desobediència Civil, una plataforma impulsada por activistas de los CDR a principios de año con el objetivo de movilizar a los ayuntamientos para que devengan el motor de un nuevo embate democrático con el Estado. "Después de la sentencia y los diferentes episodios de represión, diversa gente observamos que el independentismo se iba deshinchando, de ahí la voluntad de recuperar el pulso de la calle y emprender una estrategia de empoderamiento popular a escala local", explica Xavi.

Para el portavoz del colectivo, la campaña en los municipios se inspira en la experiencia que se vivió en Catalunya a raíz de la consulta sobre la independencia que el ayuntamiento de Arenys de Munt organizó el 13 de septiembre de 2009. Una consulta que se replicó en 550 localidades y cuyos resultados tuvo lugar el proceso político que derivó en la jornada participativa del 9-N y el posterior referéndum del 1 de octubre de 2017.

La campaña en los municipios se inspira en la experiencia que se vivió en Catalunya a raíz de la consulta sobre la independencia de 2009

"Con Bàscara hemos iniciado un ciclo en el que pretendemos que cada pueblo pueda autodeterminarse de forma simbólica y encabezar una nueva ofensiva por la soberanía territorial", indica Xavi, para quien "tenemos que superar el paradigma de la resistencia para formular prácticas que sirvan para construir colectivamente el horizonte de país que anhelamos".

Para implicar a los municipios en esta dinámica, Desobediència Civil plantea debates en torno a aquellos temas que más preocupen a los vecinos, sea el modelo energético, la vivienda, el fenómeno migratorio, la educación, la atención primaria o la gestión de bienes de primera necesidad. "Queremos que los asistentes digan la suya y, a través de una votación, expresen qué modelo de República desean".

Xavi comenta que, para hacerlo posible, se ha contactado con Debat Constituent, la iniciativa promovida por el cantautor Lluís Llach y la activista y exparlamentaria de la CUP Gabriela Serra, a fin de que proporcione expertos en las diferentes materias. "Creemos necesario introducir la discusión sobre la Catalunya que aspiramos en el futuro", afirma el representante de Desobediència Civil, convencido de que "las apuestas son ganadoras cuando la gente participa, y ésta es una buena manera de lograrlo".

1-O: zapatismo a la vista

Desobediència Civil admite que, por ahora, cuesta animar a los ayuntamientos para que se sumen a la campaña. Se acercan las elecciones municipales y la mayoría de partidos están centrados en confeccionar las listas más que en facilitar una jornada que, de alguna manera, les supone una presión política y pone de manifiesto la falta de unidad de estrategia que, según Xavi, el soberanismo exhibe en el ámbito institucional y, en particular, dentro del propio ejecutivo catalán.

Sin embargo, el éxito de Bàscara ha servido para que media docena de consistorios hayan confirmado la disposición a apoyar la acción de Desobediència Civil, bien proporcionándole la infraestructura para celebrar las actividades o, simplemente, permitiendo que el grupo lea el bando municipal que les declara "liberados del yugo español". Ya han confirmado, entre otras localidades, Arbúcies, Valls, Santpedor, San Esteban y Santa María de Palautordera o Alcarràs, que antes del verano ya podrían acoger la jornada.

El éxito de Bàscara ha servido para que media docena de consistorios hayan confirmado la disposición a apoyar la acción de Desobediència Civil

También Vilafranca del Penedès, Solsona, Berga y Amer, conocida por ser la villa de la familia Puigdemont, podrían añadirse a la iniciativa, lo que arrastraría a muchos otros pueblos a sumarse a la campaña. "En muchos municipios ya no ondea la bandera española; por lo que sólo hace falta que acojan un día que, al plantearse como abierta y popular, puede atraer a personas de adscripciones ideológicas muy diversas", explica el portavoz.

De hecho, Desobediència Civil aspira a que las jornadas de liberación cuenten con la participación de los núcleos del ANC, Òmnium Cultural, el Consell de la República o los CDR que se mantienen activos en los respectivos pueblos. "Solo trabajando codo con codo seremos capaces de alcanzar lo que nos une: la independencia", insiste Xavi, para quien Bàscara evidenció la virtud de trabajar colectivamente en esta perspectiva.

Hasta el 1 de Octubre, la nueva plataforma de activistas confía en que el número de ayuntamientos que acojan la jornada se incremente de forma exponencial en todas las comarcas catalanas, incluyendo algunas de la Catalunya Nord. "Están preparando una web que recogerá las citas que se organicen y los pueblos que han instalado un panel para dejar constancia de su liberación".

Después, coincidiendo con el quinto aniversario del 1-O, Desobediència Civil piensa celebrar alguna acción que dimensione el compromiso de los entes locales con el derecho a decidir y la soberanía de Catalunya. Y esto pasaría, siguiendo la filosofía zapatista, por "liberar" de manera efectiva uno de los municipios más importantes del país, que desde ese día dejaría de pagar impuestos en el Estado español y, por acuerdo expreso de sus electos, ejercería la plena autonomía en lo político, fiscal e institucional. Xavi lo tiene clarísimo: "ese día debemos demostrar que tenemos el territorio controlado que, si el pueblo está empoderado, quiere y se levanta, podemos conquistar la libertad".

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