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David de la Cruz, candidato de Adelante Izquierda Gaditana: "La honestidad no se negocia"

De la Cruz ha logrado aglutinar en torno a su candidatura a prácticamente toda la izquierda de Cadiz, excepto Podemos, y afronta el reto de mantener una alcaldía, la que deja Kichi, que es un símbolo. Él tiene claro el proyecto: "Necesitamos ciudades amables, que nos permitan vivir, no sobrevivir".

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David de la Cruz, candidato de Adelante Izquierda Gaditana. — Cedida

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David de la Cruz se presenta como candidato de Andalucía Izquierda Gaditana, la confluencia en la que las izquierdas de Cádiz, salvo Podemos, se han unido con la idea de renovar el Gobierno de la ciudad, una vez que José María González, Kichi, decidió, tras dos mandatos, no presentarse de nuevo. Es, por tanto, el sucesor –y amigo– de Kichi y asume la tarea de repetir el éxito y mantener para la izquierda una alcaldía que es hoy todo un símbolo, obtenida hace ocho años a lomos de la levantera del 15-M. 

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De la Cruz tiene las ideas muy claras y las expresa con toda claridad. "La honestidad no se negocia", afirma cuando se le pregunta por la limitación de mandatos y de salarios, tradición del modelo político inaugurado por Kichi en Cádiz. "Es una cuestión muy sencilla: si representas a tus vecinos y vecinas, tienes que vivir como un vecino y como una vecina más. No puedes vivir en una atalaya, ni tener unas condiciones socioeconómicas muy diferentes a las de tus vecinos". De la Cruz tiene claro también su modelo de ciudad, que desarrolla en esta entrevista con Público, y que resume en una frase: "Necesitamos ciudades amables, que nos permitan vivir, no sobrevivir".

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Sirva esta pequeña historia como metáfora del impulso –sumando a lo ya construido– que pretende darle el candidato, si llega a la alcaldía, al proyecto que arrancó hace ocho años: De la Cruz tiene la idea de mantener en su sitio el retrato del alcalde anarquista Fermín Salvochea, que Kichi colocó en el despacho nada más entrar en él. Pero además le gustaría ubicar en alguna parte también el retrato de Manuel de la Pinta, el último alcalde republicano de Cádiz, asesinado con 31 años, dos meses después del golpe de Estado del 18 de julio de 1936. "Había ido a hacer unas oposiciones a Madrid, lo cogieron en Córdoba y se lo cargaron", dice a Público. Con este gesto, De la Cruz, además de construir sobre lo construido, reclama no olvidar "a quienes perdieron la vida frente al fascismo".

De la Cruz es de profesión periodista –fundó el diario El Independiente de Cádiz y fue director de Cádiz Directo, luego jefe de comunicación de la alcaldía– y tiene publicada una novela, Antes que vuelva a morir (Q-book). Ahora prepara nuevo libro, unas crónicas sobre los barrios de Cádiz, que quiere presentar durante la campaña. La mirada del periodista persiste, habita aún en el candidato.

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¿Por qué porque decidió dar el paso de meterse en harina? ¿Lo dio a regañadientes, lo dio convencido? ¿Cómo fue la cosa?

Ha sido un proceso lento, un proceso muy meditado, con muchas dudas. Esto es necesario también reconocerlo. Hubo muchas dudas, mucha incertidumbre. Los compañeros y las compañeras me plantearon ya hace años la posibilidad de que yo tuviera que dar un pasito más al frente. Al final yo llevo haciendo política toda la vida, pero es verdad que siempre en un segundo plano. Ellos saben que yo no soy una persona a la que le guste mucho ese protagonismo ni estar en primera línea, pero poco a poco fueron introduciendo la idea, y al final había un respaldo muy importante detrás. La política es un acto pensando en el común, no en el bien individual y decidí pues afrontarlo desde lo colectivo, de sentirme respaldado, de sentirme arropadito. Y también consciente de la responsabilidad que he asumido.

Se presenta después de Kichi, todo un símbolo. Por lo que he podido saber se llevan estupendamente, pero la política genera divorcios ¿Siente su sombra?

Yo nunca lo he sentido como una sombra ni he sentido ese peso, el peso de tener que sustituir a Kichi. Lo siento como un proceso natural, como un proceso colectivo. Realmente tenemos una relación de amistad más que de compañerismo. Es un gran amigo, compañero militante, compañero de organización, que cumple su palabra, algo tan bonito y tan difícil tan exótico en política. Y ahora me toca a mí ponerle rostro o liderar un proyecto que es de todos y de todas desde hace mucho tiempo. Yo siento otros pesos, otras responsabilidades, pero nunca he sentido ese peso en concreto de Kichi. Tenemos una relación muy sana y él también está en la decisión de que sea yo y cree que debo dar este salto y hemos tomado [la decisión] de manera conjunta. Cuando se hace un proceso tan bonito y tan sano, tan poco común, no sientes que estés midiéndote al compañero que sustituyes, todo lo contrario, sabes que lo vas a tener, que lo vas a tener jugando otro rol, pero sabes que vas a poder contar con él. Sé que voy a poder contar con él y va a seguir militando en mi organización.

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Se presenta además después de Kichi, todo un símbolo. Por lo que he podido saber se llevan estupendamente, pero la política genera divorcios ¿Siente su sombra?

Nosotros aspiramos a seguir gobernando. Nosotros creemos que vamos a seguir gobernando. Es verdad que gobernar genera desgaste, pero cuando se gobierna para la gente, como nosotros hemos hecho, cuando hemos estado conquistando derechos, cuando hemos demostrado ser mejores gestores, cuando hemos hecho una ciudad más inclusiva, cuando hemos frenado la turistificación, cuando hemos traído una cultura democrática y plural a la ciudad y a los barrios que no se daba nunca, cuando no se le corta a nadie el agua, cuando cortamos la sangría de desahucios que se producían en esta ciudad, cuando al final mejoras la vida de la gente, de la mayoría social, eso repercute en las urnas.

Por eso no está en la extrema derecha en el Ayuntamiento, porque se alimenta del enfrentamiento del último contra el penúltimo. Cuando tú con un gobierno municipal generas ciudades más inclusivas, ciudades con más derechos, ciudades para la mayoría social, ahí la derecha, la extrema derecha no tiene posibilidad de crecimiento. Con ese legado, con ese aval nos presentamos a las municipales: con la confianza en que vamos a revalidar el gobierno. Estamos convencidos de ello porque al final por nosotros hablan nuestros hechos, nuestras políticas. Cádiz está mejor que hace ocho años. Y además no está terminado este proyecto. Quedan muchos derechos por conquistar, quedan muchas cosas por hacer y tenemos que seguir profundizando en ellas.

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Ha logrado algo que por momentos parecía imposible, aglutinar a prácticamente toda la izquierda, menos a Podemos ¿Cómo ha vivido ese proceso? ¿Será perjudicial en términos de voto la ausencia de Podemos en la candidatura?

Ha sido un proceso complejo, complicado, largo y sobre todo un proceso de mucha generosidad, porque aglutinamos hasta siete organizaciones. Teníamos claro que queríamos ir con Izquierda Gaditana. Hago una aclaración. Yo no creo en la unidad de la izquierda per se. Yo creo en la unidad de la gente con la que compartes un proyecto común y en este caso con Izquierda Gaditana teníamos un proyecto exactamente igual, con el mismo horizonte desde el municipalismo. Con matices diferenciales, pero estratégicamente igual. Además en la calle nos pedían que fuéramos juntos porque no tenía sentido ir por separado. Entonces desde esa generosidad, desde ese reconocimiento y teniendo claro que teníamos horizonte común, [lo hemos logrado]. El proceso ha sido lento, muy largo y finalmente se ha conseguido y ha sido un éxito porque hasta siete organizaciones están. Nosotros partimos de una idea muy clara, que quizá eso es lo que ha provocado que que podemos no continúe. Nosotros no queríamos imposiciones que no fueran desde la tierra nuestra. Nosotros queríamos tener la suficiente autonomía para buscar el interés colectivo desde nuestra propia tierra. Finalmente, Podemos se ha descolgado. Hombre evidentemente yo creo que eso no ayuda. Se dice siempre que nadie es imprescindible: yo creo todo lo contrario. Todo el mundo es imprescindible. Se les va a echar en falta. Es verdad que más que una pérdida cualitativa, es una pérdida simbólica. Es verdad que Podemos no tiene un gran peso aquí en Cádiz, pero no dejan de ser Podemos, no dejan de ser compañeros y compañeras y al final reman en la misma dirección. En cualquier caso, hay cinco partidos de derecha que se presentan a estas elecciones municipales y a mí claro, confrontar con gente, con compañeros con los que yo he llegado a compartir periodo de militancia, no me sale. Tendrán sus decisiones y tendrán sus argumentos, que seguro que son muy razonables y seguro que son muy legítimos y, en fin, ya está. Esperemos que salga bien y que consigamos frenar a la derecha en esta ciudad, que es de lo que se trata.

Este Ismael Beiro, que estuvo en Gran Hermano. ¿Tiene fortaleza su plan populista o es más un asunto anecdótico?

Yo creo que no saca nada porque la gente se da cuenta de lo que es. No es un proyecto populista, no tiene esa tendencia popular. No. Es un proyecto ultraliberal, es un proyecto terrible, es un tío que te legitima y te saca un libro pidiendo el fomento de las criptomonedas con todo el daño que provocan las criptomonedas a la juventud. Quiere construir hoteles en un parque natural en pleno contexto de cambio climático. Es una política peligrosa, quiere generar una sociedad hostil, utlltraliberal, una ciudad en la que unos pocos tengan privilegios a base de explotar los recursos naturales, una ciudad de cartón-piedra, vendida por completo al turismo, al pelotazo urbanístico, en la que unos poquitos se llenen mucho los bolsillos a costa de las grandes mayorías sociales y a costa de los recursos naturales. La gente se ha dado cuenta y no confían en ese proyecto ultraliberal, porque saben que lo que genera es pobreza para muchos y riqueza para unos pocos.

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A Bruno García, del PP, ¿le puede beneficiar el efecto Moreno? ¿Se está recuperando el PP en Cádiz?

Es un político profesional. Cuento una anécdota. Sería 2008. Yo estaba estudiando la carrera de Periodismo y en ese contexto hacía prácticas los veranos en el Diario de Cádiz. Ahí ya cubría ruedas de prensa de García como concejal del Partido Popular. Ya terminé la carrera. Me fui a hacer un master y me fui a Madrid a trabajar de periodista, me fui a Reino Unido porque nos estalló la crisis y me fui allí a fregar platos y [luego] fundamos un periódico, El Independiente de Cádiz, y después estuve en Cádiz Directo un montón de años. Me presento a la alcaldía y Bruno García sigue de cargo público. Llevará unos 16-17 años de cargo público. Y al final es PP, un perfil amable, porque es una persona amable, yo tengo con él una buena relación, cordial, es un perfil amable en lo personal. Pero es una política como la de Juanma Moreno, que te revientan los servicios públicos, te secan Doñana, te privatizan todo lo que pueden. Modelo Ayuso y modelo Moreno, que con rostro amable, te están quitando los derechos fundamentales.

Una de las señas de identidad del proyecto de Kichi fue el tema de la limitación de salarios y de mandatos, ¿Continúa con esa tradición, por así llamarla?

La honestidad no se negocia. Es irrenunciable. Ya hemos firmado el código ético ante notario. El jueves pasado. Solo voy a estar 8 años como cargo público y como alcalde, si saliera, y cobrando exactamente lo mismo que estaba cobrando, que estoy cobrando ahora mismo en el gabinete de prensa del Ayuntamiento, que es lo mismo que cobra Kichi como alcalde. Por cierto, que es el alcalde que menos cobra de toda la Bahía de Cádiz y de todas las capitales de España. Limitación salarial y limitación de mandato por una cuestión muy sencilla, no por hacer un alarde de pobreza ni por dar lecciones de ética. Yo creo que es una cuestión muy sencilla, que es que si tú representas a tus vecinos, a tus vecinas, tú tienes que vivir como un vecino y como una vecina, tú no puedes vivir en una atalaya, ni puedes tener unas condiciones socioeconómicas que sean muy diferentes a las de tus vecinos. Me afectan los recortes, la educación pública, porque tengo a mi niño en un colegio público. Tienes que vivir la misma realidad que viven tus vecinos. Es una cuestión de sentido común.

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Diga tres problemas que tenga hoy la ciudad de Cádiz y las soluciones que propone.

El primero es la vivienda. Es inaccesible la vivienda en la ciudad de Cádiz. Los precios son muy elevados y el precio de alquiler es inalcanzable. el precio de la compra igual. ¿Medidas? Desde el Ayuntamiento lo primero que hemos hecho es un protocolo antidesahucios. En 2014 se produjeron 284 desahucios en esta ciudad. En el último año hubo 16. Es decir que frenamos la sangría y además de eso hicimos una modificación del PGOU para frenar las viviendas turísticas en todo el centro histórico y algunas zonas de extramuros. Se consiguió cambiar la tendencia. El otro día salían las 20 ciudades donde más ha crecido la vivienda turística, cuatro eran Andalucía y ninguna de ellas era Cádiz. No es suficiente. Conseguimos cambiar un poquito la dinámica, la tendencia, pero no es suficiente. Pero desde el municipalismo tampoco es que tengamos muchas más herramientas. Además de eso en el Ayuntamiento solo construimos vivienda pública. El Partido Popular, antes, cuando gobernaba, trataba a la Empresa Municipal de Vivienda como una inmobiliaria: compraba, vendía, [actuaba] en el libre mercado. Era una barbaridad lo que se hacía. Habían destrozado el parque público de vivienda. Hoy en Cádiz solamente se hace vivienda pública. La vivienda no es un bien de mercado, es un derecho fundamental y no se puede especular con él. Al mismo tiempo es necesario que se regule el precio. Necesitamos que la Ley de Vivienda sea más ambiciosa y que la Junta permita regular los precios de alquileres y de la compra. La vivienda no puede ser inaccesible. Es un derecho fundamental.

El segundo problema es el empleo y las condiciones del empleo. En esta línea hemos introducido las cláusulas sociales en la contratación pública. Ya no ganan los pliegos las [empresas] que menos dinero ponen, sino las que priman los condicionantes sociales. Hemos fomentado la formación. Y seguimos con la misma dinámica que hemos sufrido desde las diferentes reconversiones que ha sufrido la Bahía de Cádiz. Nada más que tenemos la carga de trabajo puntual de los barcos. Y hay ahora mismo un proceso de cambio climático, y de fomento de las energías verdes y de un empleo que sea sostenible y sostenido. Es de cajón pensar en términos de Bahía: no se puede permitir que Airbus se vaya a Madrid en la provincia que sufre más el desempleo. Necesitamos un plan industrial que ponga en el centro la Bahía, en términos de mancomunidad. Que genere empleo estable y de calidad.

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Y además, aunque no priorizaría ninguno de estos problemas sobre el otro, pero han salido de esta forma, tenemos que Cádiz pierde población y hay un envejecimiento de la población y eso tiene que ser por las circunstancias de vida de la gente. Se hacen necesarias ciudades más amables, ciudades que permitan vivir, y no sobrevivir, ciudades que conquisten más derechos. Llevamos en el programa los psicólogos municipales, los dentistas municipales y los canguros municipales para fomentar la conciliación. Si no fuera por la familia, no daríamos abasto.

Ha hablado de las limitaciones de los ayuntamientos. Se necesitan aliados de fuera, por tanto. La vicepresidenta Yolanda Díaz ha hecho a Cádiz dos visitas recientes ¿Se ha empapado de los problemas de la comarca?

Vino sin soluciones. Debe saber de sobra la problemática de Cádiz y lo que necesitamos. Se le dibujó el mapa. Necesitamos apuestas claras por la industrialización más que visitas con fines estratégicos de cara a los procesos que se viven en Madrid. Es lo que siempre decimos. Muchas veces se hace la política cuando se viene a Andalucía pensando en Madrid. Valoramos la visita de la ministra. Agradecemos que se sentará con los sindicatos. Nos parece muy bien, pero lo que queremos son soluciones. No estuvo cuando cuando el metal salió a la calle y reclamando un convenio justo. Tampoco estuvo cuando han cerrado la planta de Puerto Real de Airbus, cuando la trasladaron a Madrid. Necesitamos que haya soluciones más que visitas, que haya una apuesta real por por la Bahía de Cádiz y por el proceso de de industrialización de esta Bahía y por las energías renovables, por la energía verde y por el trabajo. Que no sea un trabajo tan temporal, tan estacionalizado.

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El tema de las corbetas y los astilleros fue probablemente uno de los mayores dilemas de corte ético que tuvo que afrontar Kichi. ¿Usted lo resuelve igual que lo resolvió él?

Es duro. Yo añado que han pasado 8 años y seguimos teniendo que enfrentar esos dilemas morales. Han pasado ocho años y no se ha hecho una apuesta por las energías verdes, por las energías renovables y por el trabajo sostenible. Lo llevamos reclamando 8 años. No puede cargar ese peso sobre los trabajadores de Astilleros. No podemos estar dependientes siempre de la carga de trabajo temporal. Los Comités de Empresa lo decían, se puede estar haciendo ya esa transición, una transición evidentemente que no sea una transición agresiva, sino que sea una transición que se vaya dando en el tiempo hacia la nueva realidad climática que se avecina, hacia la nueva realidad industrial que se avecina. Y no se está desarrollando. Y seguimos 8 años después claro con los mismos dilemas a los que se enfrentó Kichi. Es doloroso.

¿Qué proyectos urbanísticos tiene en mente para la ciudad?

Uno de los que más me ilusiona es crear el primer bosque urbano, naturalizar el espacio con especies autóctonas y crear y generar esos espacios verdes tan necesarios para combatir el cambio climático, pero que también son espacios de convivencia de comunidad y que necesita Cádiz, que carece bastante de zona verde. Sería un bosque urbano de la memoria, porque sería en el antiguo cementerio, que cerró en el 92 y donde todavía estamos estamos en un proceso de exhumaciones de fosas comunes para recuperar la memoria del franquismo. Ahí se haría el primer bosque urbano de la ciudad de Cádiz.

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La integración puerto-ciudad es el proceso urbanístico más importante que afronta la ciudad en el próximo siglo. Es un proceso que depende sobre todo de la Autoridad Portuaria, Teófila Martínez [exalcaldesa, PP] está actualmente como presidenta de la Autoridad Portuaria. Va a marcar el crecimiento de la ciudad en el próximo siglo. No hay un espacio prácticamente en superficie como ese en Cádiz. Con las limitaciones geográficas que tiene Cádiz, imagina lo que implica esa integración. Va a ser fundamental de cara a la dinamización de la ciudad y al crecimiento de la ciudad.

Esos dos proyectos son fundamentales porque marcan más que una obra puntual, la tendencia, hacia dónde debemos caminar en este próximo siglo. En esa integración que permita un crecimiento de Cádiz al mismo tiempo que la naturalización de espacio y la apuesta por una ciudad más verde, una ciudad más más amable, una ciudad más limpia desde el punto de vista ambiental y que combata ya la nueva realidad de cambio climático, que la estamos sufriendo y mucho en estos meses de marzo abril y mayo.

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