La crisis del PP retrasa la reunión Zapatero-Rajoy
El Gobierno insiste en que, por su parte, este "proceso interno" no afecta a la fecha de la cita
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"Dos no hablan si uno no quiere", dice el refranero popular. El Ejecutivo contempla plácidamente la lucha intestina del PP y asegura que el hecho de que no haya fecha todavía para la reunión entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy no está condicionado por el trance que atraviesa el principal partido de la oposición, sino por una cuestión "de agendas".
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"Por parte del Gobierno, no tiene nada que ver la crisis del PP con que la reunión del presidente y Mariano Rajoy no se haya producido. Por parte del Gobierno", subrayó hoy la vicepresidenta en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.
Claridad meridiana, porque si desde el Gobierno se ha manifestado a todo el que pregunte que no hay problema para que se celebre la reunión y son dos partes la que deben ponerse de acuerdo, obligatoriamente los inconvenientes tienen que venir del otro lado, sito en la madrileña calle Génova número 13.
Quejas olvidadas
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Zapatero, tras ganar las elecciones, preveía reunirse -no necesariamente por este orden- con el líder de la oposición y con el lehendakari. Con este último ya lo ha hecho, ante la insistencia de Juan José Ibarretxe, carta a Zapatero incluida, para que le recibiese en Moncloa.
Pero del líder del PP nada se sabe en Presidencia, aunque hace unos quince días, el secretario general del grupo parlamentario popular, José Luis Ayllón, se mostraba quejoso por que el presidente vasco fuese recibido en Moncloa antes que Rajoy.
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Claro que entonces, la crisis entre los conservadores no se había manifestado con tanta virulencia y "todavía quedaban algunos intentando hacer oposición", señalan en ámbitos socialistas. Total, para que al final, Rajoy mostrase su apoyo al resultado del encuentro Zapatero-Ibarretxe.
De momento, ante el silencio del presidente del PP reclamando su hueco en la agenda de Zapatero y a pesar de las críticas del partido al presidente porque no convoca a los mandatarios autonómicos conservadores, el jefe del Ejecutivo se reúne el martes con el presidente de Castilla y León, del PP. Le seguirán, probablemente, los de Cantabria y Navarra.
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"Oposición fuerte y unida"
De la Vega mostró hoy su "respeto por el proceso interno" que vive el PP y su deseo de que el partido "defina cuanto antes cuál va a ser su programa, sus propuestas y sus líderes por el bien de la democracia y de todos sus ciudadanos".
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La vicepresidenta opinó que "una oposición fuerte y unida es muy buena para el funcionamiento del sistema democrático", aunque admitió que "se lo pone más difícil al Gobierno".