Consejo Ciudadano Estatal Podemos aspira a cerrar filas y superar la crisis del 26-M con el consejo estatal
La Ejecutiva del partido morado espera acabar con las críticas internas con la reestructuración de organización y convencer, tras el giro del PSOE, de que la única opción que hay para garantizar una agenda progresista es formar parte del Gobierno.
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madrid,
Podemos celebra este sábado el tercer Consejo Ciudadano Estatal. Los problemas internos en el partido morado no han cesado desde que el pasado enero Íñigo Errejón se alió con Manuela Carmena en Más Madrid. Tras este episodio tuvieron que convocar un consejo ciudadano extraordinario. Los principales dirigentes se volvieron a reunir el pasado abril tras las elecciones generales y ahora harán lo propio tras el desplome del 26-M. En ninguna de las dos citas anteriores hubo un gran enfrentamiento interno. Tampoco mucho debate ni diversidad. Y, tras semanas en las que los medios han alentado unas divisiones mucho más grandes que las reales, tampoco se prevé que sea una reunión complicada.
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Habrá debate, sí. Sobre todo con la dirección de Podemos Andalucía, pero ninguno de los territorios puede abanderar una vía alternativa a la de Pablo Iglesias tras los resultados: mientras que Pablo Iglesias alcanzó en las elecciones generales un 14,3% de media de los votos, los territorios se han quedado en un 6,52%.
La dirección de Podemos también ha querido reorganizar la Ejecutiva antes del consejo ciudadano para lanzar un mensaje de autocrítica interna. Pablo Echenique ha sido en los últimos meses el foco de las críticas tras los problemas que han surgido en diferentes territorios y la división de la izquierda. También se le achaca la falta de implantación territorial mientras que se ha valorado positivamente el trabajo que hizo en las negociaciones con el Gobierno sobre el pacto presupuestario. Por esto mismo la dirección ha querido darle más peso en este trabajo y que abandone la Secretaría de Organización. Alberto Rodríguez, un perfil de consenso y que puede ser más cercano a las corrientes de Podemos, será quien le sustituirá. El cambio se formalizará en el consejo ciudadano y a partir de aquí Rodríguez irá adquiriendo más importancia como número tres de la formación.
A este cambio habrá que sumarle la salida de Pablo Bustinduy de la Secretaría Internacional y la llegada a la misma de la eurodiputada Idoia Villanueva.
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Sin embargo, a pesar del "ruido", no se espera una gran crítica de parte de los territorios que son conscientes de los resultados que han obtenido. Ramón Espinar, el exdirigente que ha visibilizado las mayores diferencias con el rumbo del partido en los últimos días, ya no forma parte del consejo desde que dimitió de todos sus cargos. La dirección no ha entrado en confrontación con Espinar y ha minimizado su postura al tratarse de un "militante más". Espinar cree que habrá territorios que, como él, pedirán una Asamblea Ciudadana urgente aunque está por ver si se encuentra en lo cierto. Hasta el momento, los secretarios autonómicos no se han posicionado así.
La otra parte del debate girará en torno a las negociaciones para formar Gobierno. Podemos Andalucía ya pidió antes del último CCE que no entraran en el Ejecutivo y firmaran un acuerdo programático con los socialistas, siguiendo la vía portuguesa. Entonces no convencieron al resto de territorios y ahora Iglesias tiene a su favor el último giro de Pedro Sánchez. Los socialistas han reconocido que antes su "socio preferente" era Podemos, pero que ahora se ha abierto una "nueva etapa" en la que han decidido mirar a su derecha y buscar que Ciudadanos y PP faciliten la investidura del presidente en funciones. El giro a la derecha sirve para que Podemos pueda defender que, si miembros del grupo confederal no se encuentran en el Consejo de Ministros, los socialistas en cualquier momento pueden romper con el acuerdo programático. La experiencia de las legislaturas pasadas también les da la razón: Sánchez no cumplió con el pacto presupuestario ni Rajoy no cumplió con el acuerdo de investidura que firmó con Rivera. Tampoco el Gobierno portugués es un buen ejemplo ya que la reforma laboral la pactó con la derecha.
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De fondo estará la posibilidad de un adelanto electoral. Si ninguno de los principales partidos se mueve de sus posiciones habrá un bloqueo y
+ya unas nuevas elecciones se ponen sobre la mesa. Los principales dirigentes de Unidas Podemos aseguran que no tienen ningún miedo ante esta posibilidad. Cree que si Sánchez no cumple y no hace caso a sus votantes tras el ‘con Rivera no’ se podrá recuperar votos en la izquierda en el caso de que se adelanten elecciones. Pero otra amenaza puede surgir para Podemos: aunque Íñigo Errejón descarta extender Más Madrid si pone sobre la mesa que en el futuro todas las fuerzas progresistas tendrán que entenderse. El encaje entre Podemos y Más Madrid aún no está claro.