A la conquista de Granada: la anomalía de un ayuntamiento gobernado solamente por dos concejales
La falta de acuerdo de las derechas, las ganas del PP en Madrid de reventar a Ciudadanos y quedarse con todo el espacio, las rencillas personales de gente que se conoce de toda la vida, la cercanía de las elecciones autonómicas y la ambición personal del propio alcalde de Granada explican la anomalía de que la ciudad esté hoy gobernada por tan solo dos concejales.
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Granada / Madrid,
"Luis es el alcalde". Estas palabras de Juan Marín, líder de Ciudadanos en Andalucía, resumen con exactitud la situación hoy, 9 de junio, en el Ayuntamiento de Granada. Luis es Luis Salvador, un tipo pinturero, ambicioso y emprendedor, que se presentó a las elecciones por Ciudadanos, fichado por Albert Rivera, después de haber militado durante años en el PSOE.
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Luis es en efecto el alcalde. Gobierna, tras la deserción de seis concejales del PP y el abandono de dos tránsfugas de Ciudadanos, con el apoyo de un único concejal, toda una anomalía democrática. En el Ayuntamiento de Granada hay 27 concejales. En las municipales de 2019, Ciudadanos obtuvo cuatro; Vox, tres y PP, siete. La izquierda se quedó en trece (diez PSOE y tres Unidas Podemos).
¿Cómo se ha llegado a esta situación? Se mezclan diversos factores, entre los que, desde luego, están los siguientes: las ganas del PP en Madrid de reventar a Ciudadanos y quedarse con todo el espacio, las rencillas personales de gente que se conoce de toda la vida en la ciudad, la cercanía de las elecciones autonómicas (serán a más tardar en año y medio) y la ambición personal del propio Salvador.
Además de todo eso, hay una persona que es clave y que explica los movimientos que se han ido produciendo, además del deterioro de la posición del alcalde, hasta el punto de quedarse solo, con el apoyo, eso sí, de la dirección de su partido, un Ciudadanos en descomposición. Es Sebastián Pérez, en 2019 candidato del PP a la alcaldía, mucho antes factótum del PP en la provincia, y hoy tránsfuga, tras abandonar la disciplina del PP, partido en el que sigue conservando amistades y alianzas. De hecho, esta crónica bien podría titularse (con permiso del director de cine Sam Peckinpah): Quiero la cabeza de Luis Salvador.
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La deserción de los concejales del PP y el abandono de la disciplina de partido de los dos de Ciudadanos se produjo este martes. Las fuentes consultadas por Público atribuyen estas maniobras al tránsfuga Fran Hervías, exsecretario de organización de Ciudadanos, hoy en el PP, a las órdenes de Teodoro García Egea. Hervías lleva años enfrentado a Marín y es, según las fuentes, "la mano que mece la cuna en Granada".
El guión de los hechos del martes pasado que ejecutó el PP junto con los tránsfugas de Ciudadanos había sido escrito por Pérez el 26 de mayo pasado.
Ese día, según recogió Ideal de Granada, Pérez dijo: "Con un concejal [Salvador] no puede dirigir la ciudad". Luego, señaló el camino que se ha seguido al pie de la letra: "Mañana dan orden desde la dirección nacional a los miembros del grupo municipal [del PP] de que se retiren del gobierno y [Salvador] dura una semana. No tiene más remedio".
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De momento, Salvador aguanta y las previsiones de Pérez no se han cumplido, lo que no quiere decir que no se vayan a cumplir. "[Resistir con dos concejales] no es el objetivo, aunque se pueda hacer. El PP tiene que reflexionar y volver a sus responsabilidades", afirmó Salvador. Luego, añadió: "Necesitamos tener unas semanas para hablar con las formaciones políticas y hacer que el PP rectifique. Hay muchos ayuntamientos del PP sustentándose con el apoyo de Ciudadanos, respetamos el acuerdo y los pactos, no entiendo por qué el PP mantiene los acuerdos cuando les interesa, y cuando no, abandonan sus responsabilidades. Sustentamos 200 ayuntamientos con el PP que podrían cambiar de color en cualquier momento". El alcalde cuenta hoy con el apoyo de Inés Arrimadas y de Juan Marín. Tanto Edmundo Bal, estrecho colaborador de Arrimadas, como Marín, afirmaron este miércoles la legitimidad de Salvador como alcalde e instaron al PP a regresar al Gobierno de la ciudad. Salvador podría también buscar un acuerdo con el PP que pudiera darle una salida digna de la alcaldía.
O los encuentran ellos o los encuentro yo
Si Salvador no dimite, solo habría una manera de sacarlo. La Ley Electoral fija las normas para las mociones de censura en los ayuntamientos: "La moción de censura deberá ser propuesta, al menos, por la mayoría absoluta del número legal de miembros de la Corporación y habrá de incluir un candidato a la Alcaldía, pudiendo serlo cualquier Concejal cuya aceptación expresa conste en el escrito de proposición de la moción". En resumen, juntar 14 concejales.
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La derecha no los tiene, porque solo con Salvador llega a esa cifra, y la izquierda, que tiene 13, necesitaría un tránsfuga para sumar. De momento, el PSOE de la ciudad, que dirige el exalcalde Francisco Cuenca, y que fue la lista más votada, observa los acontecimientos con estupor y considera que, en este punto, lo más sensato es la dimisión del alcalde que ponga fin al “esperpento” que está fastidiando a Granada.
Pérez lo tiene claro. Si se mantiene en todo lo que dijo el 26 de mayo –y no parece que, una vez abandonada la disciplina del PP, tenga mucho que perder– su idea es llegar hasta el final y, si es necesario, pondrá a Cuenca como alcalde: "La ciudad no quiere lo que hay. Espero que el PP tenga el sentido común para hacer lo que tiene que hacer. Si no lo hace, en el momento en el que pueda sumar 14 votos, este alcalde no lo será. Hasta que no deje de detentar esta responsabilidad, no voy a parar. Este señor no se ríe de los granadinos. O encuentran los 14 votos o los encuentro yo".
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Luego, Pérez añadió: "Luis Salvador no va a ser alcalde los cuatro años. Nos quitó la alcaldía, era asesor de Zapatero y pegaba carteles de Cuenca. Si el partido quiere mantenerlo, en su derecho está; pero yo estoy en el mío de oponerme. En la calle la gente me dice que antes que este, ponga a Cuenca. Yo no quiero ponerlo, pero no depende de mí. Él jamás me ha engañado y Salvador sí. Prefiero a alguien leal que a un mentiroso compulsivo".
De momento, el PP está haciendo lo que Pérez quiere. Pérez está dispuesto a pactar a alguien del PP: "En el momento en que se emplea la lógica, yo soy el candidato. Pero si el partido no me deja, lo que digo es que proponga a otra persona. Si ese nombre es de una persona seria, honesta, cabal, amiga y compañera, lo apoyaré de manera entusiasta. Si no reúne esos valores, no tendrá mi apoyo".
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¿Qué es lo que ha pasado para que Pérez haya llegado a este punto? Se siente defraudado por su partido y, también, engañado por el alcalde. Pérez sostiene que llegó a un acuerdo con Salvador para repartirse la alcaldía: dos años Salvador, dos años él. "Lo más sagrado que tiene un servidor público es su palabra. Ahora eso es complicado, pero voy a seguir defendiendo la palabra y a nadie le cabe menor duda que ambos empeñamos la palabra y yo estreché esta mano con el señor alcalde para cerrar ese compromiso", ha manifestado Pérez.
Ciudadanos no reconoce ese acuerdo. Tanto Marín como Bal reclamaron que se mostrase y citaron el momento en que el portavoz del PP afirmaba en efecto en el Pleno de investidura de Salvador que iba a ser alcalde por "cuatro años". Elías Bendodo, consejero de la Presidencia, mano derecha de Juanma Moreno, el líder del PP andaluz y presidente de la Junta, resumió este miércoles de este modo lo que sucedió en Granada tras las municipales: "Hubo un pacto nacional en su momento que reconocía cuatro años de alcaldía de Cs en Granada, pero a la misma hora hubo un pacto local entre PP y Cs para una alternancia de dos años más dos". "Por lo tanto, si el alcalde se comprometió al dos más dos, tiene que responder", resolvió, según recoge Europa Press.
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Pérez ha contado que se enteró de que no sería alcalde (como hubiera sido lo lógico, a la vista de que era el número uno de la lista más votada de las tres que habían pactado) a las 10:15 horas de la misma mañana de la investidura. Sus propios compañeros le obligaron a renunciar.
¿Por qué? Hay varias versiones. Algunas hablan de que el PP de Juanma Moreno y Elías Bendodo quería amarrar bien las cosas en Málaga, una provincia que desde hace años mantiene a raya al PSOE y de donde provienen ambos, presidente y consejero de la Presidencia, y, por eso admitieron que Granada entrara en la coctelera. Otras afirman, como hizo Bendodo este miércoles, que fue sencillamente un pacto "nacional", entre Rivera y Casado. Y después están las razones locales que, algunas fuentes afirman que son decisivas y que son las que explican, en última instancia, que Pérez no sea hoy alcalde. Ahí entra Onofre Miralles, concejal de Vox, el tercer partido en discordia, que votó a favor de Salvador, y que cada vez que ha tenido ocasión ha arremetido con gran dureza contra Pérez, como por ejemplo, en esta entrevista: "Sebastián Pérez y la legalidad son polos opuestos".
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Miralles y Pérez mantienen viejas rencillas, que provienen de la etapa de Pérez como factótum del PP en la provincia. Pérez, para defender a un alcalde, autorizó entonces que se presentase una querella contra la interventora de un ayuntamiento, que había denunciado las prácticas corruptas, según ha publicado el diario Granada Hoy. Esta interventora resultó ser la esposa de Miralles.