Las confesiones de los cabecillas de 'Gürtel' amenazan las pretensiones de Camps de volver a ser candidato del PP
El expresidente valenciano quiere ser candidato del PP a la alcaldía de València, pero los testimonios de los que han pactado con la Fiscalía le ponen en serios aprietos.
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madrid,
Francisco Camps, presidente de la Generalitat Valenciana entre 2003 y 2011 por el PP, se enfrenta a su última causa judicial calibrando hasta dónde le dañará la estrategia de confesiones y pactos con la Fiscalía de la mayoría de los procesados por la trama Gürtel, entre ellos los cabecillas: Francisco Correa, Álvaro Pérez, el Bigotes, y Pablo Crespo.
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Camps está acusado de los presuntos delitos de prevaricación y fraude a la administración pública por los contratos de la Generalitat a Orange Market, una de las empresas de Gürtel, entre ellos el del expositor de Fitur en 2009. La Fiscalía pide dos años y medio de prisión e inhabilitación para cargo público durante diez años.
Pese a la batería de indicios que la Fiscalía presenta en su contra, como la persona que abrió las puertas a las empresas del Grupo Correa a la Administración valenciana, Francisco Camps no esconde sus pretensiones políticas. Quiere volver a la primera línea política del PP y quiere ser candidato a la alcaldía de València. Así lo ha manifestado hace unos meses en diversas entrevistas en las que ensalzó la figura de Alberto Núñez Feijóo.
"El presidente del Gobierno de España tiene que ser Feijóo y yo, alcalde de Valencia. Esa es mi ilusión", dijo en una entrevista en La Razón, en la que aseguró que estaba convencido de poder obtener 200.000 votos y 17 concejales, la mayoría absoluta.
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En este sentido, el presidente del PP valenciano, Carlos Mazón, dejó entrever, la semana pasada, una estrecha relación con Camps, cuando le preguntaron si volvería a contar con él en caso de que fuera absuelto. Indicó que "ya cuenta" con él y que se ven con "cierta frecuencia". "A mí me gusta aprender de la gente que ha tenido experiencia, nada menos que con mayorías absolutas", dijo Mazón.
Pero su encaje de nuevo en el PP parece complicado, pese a que no acumula condenas por la corrupción del PP en València. Camps dimitió en 2011 por el 'caso de los trajes', del que resultó absuelto por un jurado popular. Arrancaba con esta pieza del caso Gürtel una pesadilla para el Partido Popular en torno a las conexiones de las empresas de Correa con el partido. Pese a que Camps salió limpio, dos altos cargos de su gobierno fueron condenados por cohecho por los regalos recibidos de la trama de Francisco Correa.
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Este juicio que se celebra en la Audiencia Nacional contra 27 personas supone la última causa judicial de Francisco Camps, después de las absoluciones o archivos por otras piezas de Gürtel, como la Fórmula 1 o la visita del Papa a València.
Pero las autoinculpaciones en cadena de los líderes de la trama le están poniendo en una situación comprometida. Los pactos que han firmado todos ellos con Anticorrupción ponen en difícil situación su estrategia defensiva hasta el punto de que Camps pidió meses antes del juicio la prohibición de la "negociación secreta" de Anticorrupción con algunos acusados. Según su defensa, los acuerdos de conformidad solo pueden valorarse como "autoincriminatorios", es decir, para quienes confiesan, sin que puedan condicionar al resto de acusados.
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La actitud de Francisco Camps en el juicio, con increpaciones contra Correa y el abogado de 'el Bigotes', según han denunciado ambos, delata el nerviosismo de quien se ve perdiendo la partida, aunque aún queda mucho juicio por delante.
La Fiscalía Anticorrupción cree en su culpabilidad "por las posibilidades de negocio que les ofreció Francisco Camps, no solo para la organización y ejecución de todos los actos del PP incluyendo las elecciones autonómicas de 2003, sino también con el objetivo posterior de conseguir una posición ventajosa en la convocatoria y adjudicación de contratos públicos", consta en el escrito de acusación del Ministerio Público.
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Las confesiones señalan a Camps
Y esto es lo que van testificando uno a uno los responsables de la trama. Por ejemplo, Francisco Correa, que ha llegado a decir que "éramos como un brazo del PP", en relación a la ayuda de Camps para contactar con diferentes cargos de la Administración en el País Valencià.
Correa ha declarado que vio a Camps en "dos o tres ocasiones" y que fue Álvaro Pérez el Bigotes, su número dos, quien "inició una buena relación" con él. Esto no solo lo ha corroborado Pérez, quien en su declaración de este lunes no ha dejado títere con cabeza, sino que además ha dado detalles de los regalos que hizo a la familia de Camps y del nivel de cercanía con el expresidente, al que llegó a llamar en una conversación "mi amiguito del alma". "Yo le pedía ayuda a Camps y él me ayudaba", ha dicho.
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Isabel Jordán, apoderada de varias de las empresa de Correa, ha declarado este martes que a raíz de los trabajos que Orange Market realizó para el PP valenciano se generó "una gran deuda". "A partir de ahí, de esa gran deuda digamos, empiezan a darle a Pérez los diferentes trabajos que se hacen", ha indicado.
Mónica Magariños, que fue secretaria de Crespo y luego la encargada de los eventos en València, ha contado este martes que tras una visita al club de tenis con 'el Bigotes' donde "estaba Camps con su familia. Álvaro volvió y me dijo: "Vámonos, que ya tenemos el Open de Tenis'", ha explicado. Tanto Jordán como Magariños colaboran con la Justicia.
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La pena de telediario
El expresidente Camps insiste en su inocencia y en sus logros al frente del Gobierno Valenciano. En la conferencia titulada 'La pena del telediario', organizada por el Foro 2020 hace unos días, aseguró que dimitió de sus cargos en 2011 como jefe del Consell porque trató de "demostrar que los miembros del PP" tenían "más dignidad que los socialistas, comunistas y proetarras".
Camps se presenta como "víctima de una persecución mediática" contra los miembros del PP investigados en las distintos procedimientos judiciales relacionados con la corrupción construida con "relatos falsos" y "mentiras".