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La justicia investiga en Ribadeo la comida del pequeño Nicolás a la que ‘acudía’ el rey

El presidente de Alsa, Jorge Cosmen, prestará declaración ante los investigadores para aclarar cómo le convencieron de la asistencia del monarca y cuál era la propuesta.

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Francisco Nicolás Gómez Iglesias.

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A mediados del pasado agosto las autoridades gallegas de Ribadeo se organizaban para recibir una visita muy especial: el rey Felipe VI iba a acudir al restaurante San Miguel, en el puerto deportivo de la localidad, a comer con el presidente de la compañía de transporte Alsa, Jorge Cosmen. El organizador del encuentro no era otro que Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el presunto estafador imputado por el juzgado de instrucción número 2 de Madrid.

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Por eso el juez Arturo Zamarriego ha dictado una providencia por la que permite a la comisión judicial que ha creado trasladarse a Ribadeo para tomar declaración a todos los implicados en el asunto. Según el sumario, Nicolás se sirvió de dos vehículos de la policía municipal, de un par de agentes y de toda la parafernalia que acompaña una visita oficial, como las luminosos azules de la policía, para dar la apariencia de que era un enviado y que, finalmente, el rey Felipe VI no había podido acudir al encuentro como le transmitió al presidente de Alsa.

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La parafernalia diseñada por el veinteañero era digna de una nueva entrega de Ocean’s. Contrató cuatro vehículos de alta gama de la empresa Cabify y Black and Car, que habitualmente empleaba para sus traslados en Madrid. En uno de ellos iba como copiloto el cabo de la Policía Municipal de Madrid, Jorge Hormigos. Pero aún está por determinar quiénes eran los cuatro conductores y las otras tres personas que le hacían de escoltas además de Hormigos.

"Lo que más nos importa y preocupa es que se solicitaron los servicios de Policía Municipal de Madrid para cometer una presunta usurpación de funciones públicas"

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La misión de la comisión judicial es sobre todo saber por parte del presidente de Alsa qué negocio quería proponerle en nombre del rey Felipe VI. A los dueños de la empresa Acero & Bellón, como ha desvelado Público, les dijo que les compraría la empresa pero que debían saber que realmente él era un testaferro del nuevo jerarca.

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