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La industria militar española tiene un interesante nicho de mercado a explorar en la OTAN. Así se desprende de un informe publicado por el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) en el que se analizan, precisamente, las "oportunidades de negocio" que ofrece la Alianza Atlántica al sector armamentístico. Entre esos proyectos figuran dos iniciativas relacionadas con los "servicios de control y mando nuclear", dotadas este año con un presupuesto de entre 15 y 20 millones de euros.
"La seguridad, y por consiguiente la Defensa, tienen cada vez mayor protagonismo en los medios y se perciben hoy como un bien necesario. Debido a las amenazas globales, se está produciendo un cambio en la tendencia presupuestaria en Defensa, lo que la convierte en un campo de negocio en crecimiento (ciberseguridad, optimización de la gestión, despliegue rápido de pequeñas fuerzas…)", subraya el informe redactado por una asesora internacional bajo la supervisión de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Bruselas. El ICEX, dependiente de la Secretaría de Estado de Comercio, lo publicó en marzo de este año.
"El informe tiene como finalidad informar a las empresas de los mecanismos y cauces de contratación y licitación del organismo. La OTAN contrata y realiza compras importantes por lo que consideramos útil que empresas de diversos sectores conozcan esas oportunidades", señalaron a Público fuentes del ICEX. En tal sentido, indicaron que este estudio ya se había realizado "anteriormente" y que, en este caso, se trata de una "actualización".
Allí se explica que la OTAN "es un mercado por explotar para el conjunto de las empresas españolas". En esa línea, el documento indica que "en 2018, España fue adjudicataria tan sólo del 1,6% del volumen total de contratos (40M€), contrastando con otros países de la Alianza, como Francia con un 12%, EEUU con el 18% o Alemania con más del 16%". Del mismo modo, se apunta que según datos de ese mismo año, "nuestro país es el séptimo contribuyente financiero de la OTAN (en torno a un 5,5% de su presupuesto) y participa en todas las discusiones estratégicas y de orientación de inversiones".
"66 años después de su creación, la OTAN sigue siendo una alianza militar cuyo primer objetivo es garantizar la libertad y la seguridad de sus miembros por medios políticos y militares. Con la desintegración de la URSS en 1991, los miembros de la OTAN pasaron a participar en operaciones de mantenimiento de la paz y de gestión de crisis auspiciadas por la ONU. Actualmente, la OTAN está presente en Afganistán, Kosovo, Irak, el Mediterráneo, Somalia y mantiene colaboración con la Unión Africana", describe en otro párrafo.
Estas actividades "demandan todo tipo de provisiones, servicios, apoyo logístico y material". De esa manera, "los contratos de la OTAN presentan una tipología muy variada que no solo incluye aspectos militares, sino que abarca desde productos cotidianos como calzado o comida, hasta complejas tecnologías, como sistemas de navegación o radares".
Tras subrayar que por norma general "sólo empresas de las naciones miembro pueden participar en las licitaciones de los proyectos financiados por la financiación común", el documento destaca que la OTAN "ofrece a las empresas de sus Estados miembros una fuente de oportunidades de negocio a través de sus licitaciones y sus portales de contratación".
Se trata de un negocio que mueve ingentes cantidades de dinero. No en vano, "su volumen de contratación puede ser muy superior a la acumulación de los presupuestos del año una vez excluidos entre otros los costes de personal, dado que alguna de sus agencias actúa como central de compras para las necesidades no sólo de la OTAN sino también de sus países miembros de forma individual o conjunta". En cualquier caso, se aclara que la Alianza "no compra aviones, barcos, tanques, etc.", sino que "son los propios Aliados los que los compran y ponen al servicio" de la organización.
Algunas páginas más adelante se identifican las "oportunidades de negocio para 2020-2021". Se anuncia en concreto que la Agencia de Comunicaciones e Información de la OTAN (NCIA), encargada de actuar en el ámbito de la tecnología, preveía publicar y adjudicar licitaciones "en áreas de ciberseguridad, inteligencia conjunta, vigilancia y reconocimiento y comunicaciones satelitales".
A continuación se detalla que en el ámbito de "servicios de Comando Nuclear y Control", la OTAN "planea invertir entre 15 y 20 millones de euros para garantizar un elemento nuclear disuasorio seguro y efectivo frente a las nuevas tecnologías y amenazas". Según explica la propia agencia NCIA de la OTAN, este proyecto iba dirigido concretamente a "desarrollar software y adquirir equipos de Tecnología de la Información, entre otras cosas".
También se contemplaban otros 10 millones de euros para el "desarrollo de software, reemplazo de herramientas antiguas y apoyo del comando y control de los activos" en el área de servicios de funcionamiento Químico, Biológico, Radiológico y Nuclear.
Asimismo, en la lista de "oportunidades de negocio" para las empresas españolas figura además una licitación de 11,4 millones de euros para servicios de "educación, ejercicios y evaluación en el área de defensa antimisiles balísticos".
"Mercado muy competitivo"
Tras aportar información sobre esas operaciones, el documento publicado por el ICEX señala que se trata de un mercado "muy competitivo", por lo que recomienda "conocer la especialización de cada uno y decidir dónde se puede actuar". En esa línea, considera conveniente "realizar un seguimiento continuo de las necesidades y oportunidades de la OTAN a través de las diferentes webs". Además, "es recomendable tener presencia en Bruselas, La Haya o Luxemburgo, especialmente para contratos a través de la NCIA".
Precisamente, subraya que se trata de un proceso complejo, "con plazos de licitación largos y sujetos a extensiones". De hecho, remarca que "es un mercado en el que los proveedores anteriores son 'ya conocidos' y donde resulta difícil empezar como desconocido".
Acuerdo con Indra
La agencia NCIA de la OTAN firmó en 2018 un acuerdo con la empresa española Indra, que se convirtió así en la primera compañía de este país que "forma parte de la coalición ciber de la OTAN, compartiendo espacio con algunas de las principales empresas del mundo en el ámbito de la ciberseguridad y ciberdefensa".
"El acuerdo pone de relieve la posición de liderazgo y sólido conocimiento que la compañía mantiene en este ámbito vital para la seguridad y defensa de los países y sus economías. Indra desarrolla soluciones propias de ciberseguridad y cuenta con una red de centros avanzados de ciberseguridad (i-CSOC) repartidos por todo el mundo para proteger las redes y sistemas de sus clientes de forma ininterrumpida", señaló entonces la empresa en un comunicado.
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