Las claves del 'caso Lobato': una filtración sobre el novio de Ayuso, un notario ocho meses después y una dimisión forzada
Desde la derecha se está señalando a La Moncloa como responsable de la filtración del correo de la confesión del novio de Ayuso. Ya hay una víctima política, Juan Lobato, exlíder de los socialistas madrileños.
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madrid,
Lo que empezó siendo, hace ocho meses, una investigación muy bien atada de la Agencia Tributaria y de la Fiscalía de Delitos Económicos sobre la defraudación del empresario Alberto González Amador, pareja de la presidenta Ayuso, de 350.000 euros al fisco se ha convertido en una causa contra el fiscal general del Estado, con visos de poder salpicar a La Moncloa.
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El recién dimitido secretario general de los socialistas madrileños, Juan Lobato, acudió a un notario a principios de este mes para protocolizar unos mensajes de WhatsApp intercambiados ocho meses antes con Pilar Sánchez Acera, por entonces, mano derecha de Óscar López cuando este era jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ahora Sánchez Acera es jefa de gabinete de Óscar López, ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública.
Aquellos mensajes entre Lobato y Pilar Sánchez Acera versaban sobre el correo electrónico que Carlos Neira, el abogado de la pareja de Ayuso, envió a la Fiscalía de Delitos Económicos de Madrid, el dos de febrero de este año, reconociendo en nombre de su cliente dos delitos fiscales. En dicho mail, Neira comunica la voluntad de González Amador de alcanzar un acuerdo de conformidad penal, con el que evitaría la entrada en prisión. "Ciertamente se han cometido dos delitos contra la Hacienda Pública", remataba el letrado.
La filtración de aquel correo, con la confesión del novio de Ayuso como autor de dos delitos fiscales, está siendo investigada por el Tribunal Supremo, que mantiene investigados al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y a la fiscal jefa de Madrid, Pilar Rodríguez, por presunta revelación de secretos. El instructor de la causa, el magistrado Ángel Hurtado, ha citado a Lobato como testigo el próximo viernes y le ha ordenado que aporte copia del acta notarial sobre los mensajes de WhatsApp.
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Qué demuestran esos mensajes
Juan Lobato, ya exsecretario general del PSOE de Madrid, hizo llegar al diario ABC, el pasado domingo, 24 de noviembre, su versión por escrito sobre los motivos que le llevaron a acudir a un notario para dejar constancia de los mensajes con Pilar Sánchez Acera.
"Quería dejar registrado que de acuerdo con las pruebas que yo tengo, se acredita, en relación con el procedimiento de la Fiscalía General, que ni a mí ni a Pilar Sánchez Acera nos llega ninguna información por parte de la Fiscalía, sino que esa información ya la tenían los medios de comunicación. En época de bulos es útil dejar acreditada la realidad de los hechos", escribió Lobato, según ha publicado ABC.
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Según el citado medio, en los mensajes se constata que Sánchez Acera le envió a Lobato el 14 de marzo de 2024 el correo del abogado del novio de Ayuso y le pidió que lo mostrara públicamente horas después, en el pleno de la Asamblea de Madrid que estaba convocado para ese día, y que en base a la confesión de González Amador exigiera la dimisión de Ayuso.
Lobato no fue el primero que mostró el 'mail'
Y así lo hizo Lobato. En su intervención en aquel pleno blandió el papel impreso con el correo de Carlos Neira reconociendo dos delitos fiscales en nombre del novio de Isabel Díaz Ayuso. Un mail protegido por el secreto que rige en las comunicaciones entre la Fiscalía y la representación legal de los contribuyentes investigados, como era el caso de Alberto González Amador.
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Pero Lobato no fue el primero que enseñó públicamente aquel correo. Un medio de comunicación, El Plural, lo había publicado íntegramente una hora antes de que él lo enseñara en la Asamblea de Madrid. Y desde la noche anterior, la del 13 de marzo, varios medios, encabezados por La Ser, habían revelado la existencia del correo con la confesión del novio de Ayuso, aunque no habían publicado el documento en sí.
La clave de esta nueva derivada del caso sobre la filtración de los correos que atañen al novio de Ayuso es si el correo que le llegó a Juan Lobato de manos de Pilar Sánchez Acera fue filtrado directamente desde la Fiscalía.
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Desde la derecha mediática se calienta el ambiente en dirección a La Moncloa y señalan, sin pruebas, de momento, que desde la Fiscalía General del Estado el correo llegó a la sede de la presidencia del Gobierno de España y de ahí fue enviado al líder del PSOE de Madrid.
Una dimisión forzada
El penúltimo capítulo de este caso, antes de la declaración de Lobato en el Tribunal Supremo, prevista para el próximo viernes, ha llegado este miércoles. Poco después del final de la comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso, el PSOE de Madrid enviaba un comunicado a los medios con una carta. En ella, Lobato anunciaba su dimisión pese a las resistencias mostradas los días previos.
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El texto del ya exsecretario general del PSOE de Madrid no hace referencia directa al asunto de la notaría ni a la declaración judicial pendiente. Pero sí deja algunos mensajes abiertos a la interpretación. El más claro, este: "Sin duda mi forma de hacer política no es igual ni quizá en ocasiones compatible con la que una mayoría de la dirigencia actual de mi partido tiene. No pasa nada. Lo asumo democráticamente. Pero no puedo renunciar a ser como soy y como he sido siempre", escribió Lobato.
Este había perdido la confianza de Ferraz precisamente por este caso que mantiene investigado al fiscal general del Estado por un presunto delito de revelación de secretos. Y también de manera interna, como ha ido publicando este medio.
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Las presiones en el PSOE fueron creciendo y finalmente Lobato ha cedido. Se va, dice, "por no dañar al partido". Precisamente algo que consideraban que estaba haciendo con su actitud. Lobato ya no acudirá este fin de semana a Sevilla, donde se celebra el 41 Congreso Federal del PSOE. Pero en la ciudad andaluza se hablará, y mucho, de él y de lo que pueda declarar en el Tribunal Supremo. Fuentes del Gobierno y del entorno de Óscar López, marcado, por otra parte, como su posible sucesor, dicen que tienen "tranquilidad absoluta" porque no hay "nada" que les pueda salpicar.