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Claude Cahun y Marcel Moore: la pareja lesbiana que plantó cara a los nazis en el Canal de la Mancha

Buscando refugio del ajetreo parisino de entreguerras, se instalaron en la isla de Jersey, donde aportaron su grano de arena a la Resistencia con acciones de boicot psicológico contra los soldados alemanes.

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Claude Cahun y Marcel Moore, en su casa de Jersey. — Jersey Heritage

madrid,

Un día de mediados de 1943, bien entrada la Segunda Guerra Mundial, la pequeña iglesia de San Brelade, la más antigua de la isla de Jersey, amaneció con un enorme cartel anclado en el arco gótico que se eleva sobre el altar. En negro, rojo y dorado, los colores de la bandera alemana, se podía leer: Jesús es Grande, pero Hitler es más grande aún. Porque Jesús murió por la gente. Pero la gente muere por Hitler.

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Poco después, en el cementerio, las escasas tumbas de los soldados alemanes que habían muerto en la isla también empezaron a albergar mensajes. La frase Für Sie is der Krieg zu Ende (Para ti la guerra ha terminado) aparecía escrita con letra gótica en pequeñas cruces de madera pintadas de negro clavadas en la tierra.

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Todo era parte de una campaña de sabotaje psicológico contra los nazis. Había sido ideada por dos mujeres. Eran artistas francesas, hermanastras, lesbianas y también pareja. Las más improbables luchadoras antinazis de la resistencia en el Canal de la Mancha.

Se llamaban Lucy Schwob y Suzanne Malherbe y habían llegado a Jersey en abril de 1937, con 42 y 44 años, respectivamente, dejando atrás una agitada vida en París, donde durante quince años habían formado parte de los círculos intelectuales y artísticos del movimiento surrealista.

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Cahun, en Jersey. — Jersey Heritage

A pesar de sus vidas bohemias, nunca pasaron penurias, lo que a su vez facilitó que se pudieran permitir el estilo de vida contemplativo en primer lugar. Malherbe era hija y nieta de influyentes doctores procedentes de Nantes, en la Bretaña francesa; y el padre de Schwob era propietario de un periódico, mientras que su tío, Marcel Schwob, era un conocido escritor de relatos. Ambas se conocieron en 1900, con seis y ocho años, respectivamente, porque sus familias coincidían en eventos para la alta sociedad bretona. Cuando reconectaron en la adolescencia, después de que Schwob estudiara en Inglaterra, ésta definió el reencuentro como "el golpe de un relámpago".

Según los textos que dejaron, Malherbe era la más sociable y tranquila de las dos, mientras que Schwob era solitaria, reflexiva y padeció problemas de salud toda su vida. La primera ejercía una influencia tranquilizadora sobre la segunda, que había sufrido abusos psicológicos de una madre que terminó ingresada en un psiquiátrico. En sus memorias, Schwob escribió: "Un nuevo sentimiento, problemático, me animaba. Una pasión celosa y exclusiva. Pronto no existía nada más para mí salvo mi relación con Suzanne". En 1917, el padre divorciado de Schwob se casó con la madre de Malherbe, viuda, lo que les proporcionó a las hijas la cobertura perfecta para su vida en pareja. De cara a la galería, serían hermanas.

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Por esa época adoptaron también sus nuevas identidades artísticas. Suzanne Malherbe pasó a ser conocida como Marcel Moore y Lucy Schwob eligió el pseudónimo Claude Cahun. Ambas optaron por nombres unisex y Schwob además eligió subrayar su origen judío adoptando la derivación francesa del apellido Cohen. A pesar de tener una madre católica y no haber sido educada en el judaísmo, quedó marcada por el acoso escolar antisemita y la experiencia del caso Dreyfus, compañero de escuela de su padre al que este defendió en su periódico, costándole amenazas antisemitas contra su familia.

Lucy, con la cabeza afeitada. — Jersey Heritage

En París, adonde se mudaron juntas, la pareja se dedicó a traducir la obra del psicólogo Havelock Ellis, autor del primer libro médico sobre homosexualidad. Cahun se refirió a él así: "Una luz cálida en mi desolado camino, un maestro al que quiero y admiro". Al igual que en la obra de Ellis, Schwob y Malherbe, también encontraban refugio en la revista Inversions, que proclamaba estar "enteramente consagrada a la defensa de los homosexuales" y se tuvo que enfrentar a una investigación del gobierno por "atentado contra las buenas formas". En un número especial que publicaron con cartas de apoyo de sus lectores en 1925, Schwob escribió: "Mi opinión sobre la homosexualidad y los homosexuales es exactamente la misma que tengo sobre la heterosexualidad y los heterosexuales; todo depende del individuo y sus circunstancias. Exijo una libertad general de la moral, de todo lo que no es perjudicial para la paz, la libertad y la felicidad de los demás".

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Schwob también se afeitó la cabeza y reflexionó sobre género en el libro Aveux non avenus, recientemente traducido al castellano por la editorial Wunderkammer como Confesiones inconfesas. En él dejó una de sus reflexiones más célebres: "¿Masculino? ¿femenino? Depende de la situación. Neutro es el único género que siempre se me adecua".

Fotomontaje de 'Aveux non avenus'. — Jersey Heritage

Décadas después, este tipo de reflexiones llamarían la atención de David Bowie, que en 2007 organizó una exposición de las fotografías de Cahun en Nueva York reseñando que su trabajo era "bastante loco, de la mejor manera posible". En 2018, la marca de moda Dior creó una colección inspirada en sus looks andróginos.

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En el momento de su publicación, Aveux non avenus despertó el interés del cofundador del surrealismo André Breton, que en un principio lo detestó, pero terminó por admirar su humor negro y la provocación de los textos y los fotomontajes. En la mayoría de ellos posaba Cahun. En 1927, disfrazada de levantador de peso, con corazones en las mejillas y el mensaje I AM IN TRAINING. DON'T KISS ME. En una foto de 1928, con un abrigo de patrón de arlequín, también usado por los cubistas.

Cahun, en 1927, vestida de levantador de pesos. — Jersey Heritage

"En Cahun tienes a una artista que gira la cámara hacia sí misma para ver en quién más puede convertirse", dice David J. Getsy, profesor del Instituto de Arte de Chicago que se especializa en la expresión de género y sexualidad en el arte. "¿No es eso lo que todos hacemos ahora con las fotos del móvil?".

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Cahun, disfrazada de arlequín en un retrato, en 1929. — Jersey Heritage

Aunque la fotógrafa era siempre Moore, y al contrario de lo que ocurre con la mayoría de fotografías tomadas por hombres, la academia ha solido atribuir las obras a Cahun, que posaba. Décadas después de tomar las instantáneas, frente a un interrogador, Malherbe/Moore daría una respuesta a las acusaciones nazis que sirve también para entender la colaboración artística con su pareja:

Cuando se trata de personas que han jugado y trabajado juntas desde la infancia, y que tienen el hábito de discutir todo juntas, se vuelve bastante imposible rastrear el origen de una idea particular.

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La idea de luchar a través del arte no era nueva para ellas ni para la propia guerra. El libro Psychological Warfare de Leo J. Margolin atribuye la creación de la lucha psicológica al general persa Jerjes I, que en su guerra contra los griegos se inventó el rumor de que los persas tenían el poder de apagar el sol disparando sus flechas. Aníbal, por su parte, inventó el rumor de un "arma secreta" que atravesó los Pirineos, los Alpes y los Apeninos hasta llegar a sus enemigos romanos. Se dice que el miedo les llevó a perder la batalla de Trebia 200 años antes de Cristo. Descubrieron tarde que el arma secreta era sólo... una manada de elefantes.

En la Segunda Guerra Mundial, nazis y aliados también usaron propaganda táctica para desmoralizar al enemigo. Los aliados establecieron una división para la guerra psicológica que en sus manuales describía los folletos propagandísticos como "balas de papel" indispensables en la guerra moderna. "La diseminación de folletos no es de importancia secundaria y no hay nada femenino en ello", decía en una parte que animaba a los soldados encargados de ese tipo de misiones y que habría hecho reír a Cahun y Moore.

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Cahun, en 1929. — Jersey Heritage

Desafiando las nociones de lo que es apropiado, en un ejercicio que aunaba la expresión artística con la diseminación de sus ideas, ellas trabajaron junto a sus amigos surrealistas en París en lo que el régimen nazi después calificaría como "arte degenerado". El uso del adjetivo culminó en 1937, con la Exposición de Arte Degenerado que organizó el Partido Nazi en Múnich para exhibir por última vez 650 obras que habían confiscado de museos por contribuir a la "desintegración de la cultura".

El 15 de junio de 1940, poco después de la invasión alemana de Francia, el gobierno británico desmilitarizó las islas del Canal de la Mancha. A continuación, llegaron los alemanes. La resistencia en la isla no fue organizada, pero se vio alimentada por la cercanía con Inglaterra y, sobre todo, las emisiones por radio de la BBC, que aún llegaban a quienes no cumplieron con la obligación de entregar sus aparatos radiofónicos a las autoridades nazis. Entre ellos, Schwob y Malherbe.

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Justo un año después, en verano de 1941, comenzaron a escuchar con frecuencia la V Sinfonía de Beethoven con la que abría el programa de Douglas Ritchie de la BBC. Este había elegido la canción porque el número romano con el que se identifica simbolizaba también la V de la victoria, símbolo de los aliados. Recomendaba usar su traducción al código morse -punto, punto, punto, raya-, como saludo secreto, replicando también el inicio de la Sinfonía de Beethoven. Ese mismo año, la escasez de monedas llevó a las autoridades a ordenar la impresión de nuevos billetes. Su diseño fue encargado al artista Edmund Blampied, que incorporó una X gigante que se leía como V al doblarlos.

'Que me veux tu' (Cahun). — Jersey Heritage

El esfuerzo de Schwob y Malherbe se integró en ese conjunto de iniciativas simbólicas y desorganizadas. Desde el primer día de la ocupación, Schwob tenía claro que continuaría la lucha ideológica que había empezado en París. Pero Malherbe se resistió, recordando las posibles consecuencias de que les pillaran. "Ahora eres libre. ¿A dónde conduce todo esto? Un mártir nunca ha significado mucho. No conseguirás nada estando enferma, no te entiendo". Comenzaron retirando y destruyendo carteles de propaganda alemana, pero enseguida empezaron a sustituir los que arrancaban por mensajes propios. Ohne ende -sin fin- se convirtió en su eslogan, que escribían en cajetillas de cigarros, monedas y papelillos de todo tipo. A veces, los dejaban caer incluso en los bolsillos de los soldados alemanes.

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Otros mensajes eran más sofisticados y dejaban ver la influencia surrealista:

VICTORIA Y LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHA, LUCHALUCHALUCHALUCHALUCHALUCHALUCHALUCHALUCHALUCHALUCHALUCHALUCHALUCHALUCHALUCHA Y PF, PFF, PF.

Siempre escribían en alemán, lengua que Malherbe dominaba gracias a la niñera de su infancia, y pronto empezaron a hacerse pasar por soldados para desestabilizar todavía más a su audiencia.

¡Trabajadores! ¡Compañeros soldados! ¡Camaradas! ¡No esperéis a que las llamas del infierno hayan quemado nuestras casas reduciéndolas a cenizas! Parad vuestras máquinas... Modificadlas clandestinamente… PONEDLES FIN... ¡Si queréis PONER FIN a la guerra!

Con mensajes como ese nació la firma Der Soldat ohne Namen, que significa "soldado sin nombre", casi en rima con su eslogan ohne ende. Empezaron a escribir variando tipografías, aplicando distinta presión sobre su máquina de escribir, con el objetivo de dar a entender que los mensajes tenían múltiples fuentes. "Quería dar la sensación de misterio", dejó escrito Lucy. "Dar la impresión de que estos manifiestos no eran creados en la isla, sino que llegaban desde Europa...".

"Soldado sin nombre". — Jersey Heritage

Los esfuerzos surtieron algún tipo de efecto. Los papeles de los servicios secretos británicos recogen que el MI19 tenía a un informante en Jersey, y que este recogió una conversación con un soldado alemán que le aseguró: "Jersey tiene el récord de rumorología de todos los territorios ocupados por Alemania".

La pareja usaba a su favor el aspecto inofensivo que les otorgaban los abrigos de Burberry a dos señoras de mediana edad como ella, pero tenían previsto un plan de acción en caso de ser identificadas por los alemanes. Siempre llevaban consigo una botella de Gardenal, un barbitúrico. Si las pillaban, se suicidarían.

Pasaron desapercibidas durante tres años, pero la racha acabó el 25 de julio de 1944. Esa mañana, Moore, la misma que al inicio se había resistido a participar en el boicot, había colocado una nota en un coche policial que decía Los cobardes burócratas de la Policía, que viven entre vergonzosas mentiras y crueldades, serán destruidos por los soldados sin nombre. Alguien la identificó. Por la tarde, cuatro soldados alemanes llamaron a la puerta de la pintoresca casa de piedra en la que vivía la pareja, La Rocquaise, a pocos metros de la iglesia en la que el año anterior habían colgado el cartel que criticaba a Hitler. Con Schwob y Malherbe vivían también una criada, Edna, su marido y un quinto inquilino de nombre Pyotr Botatenko, prisionero de guerra ucraniano fugado de un campo de detención, que consiguió escaquearse. Schwob pidió a los alemanes llevar consigo sus medicinas a la cárcel, y éstos aceptaron.

Una semana después de ingerir el veneno camino de la cárcel, ambas despertaron en el hospital. La dosis de Gardenal no había sido suficiente para matarlas. Vivirían en celdas separadas durante meses, donde Malherbe trataría de quitarse la vida por segunda vez, hasta que en noviembre fueron condenadas a muerte en un tribunal. Las autoridades locales, viendo cerca el final de la guerra e incómodos con la ejecución de dos mujeres, enviaron una solicitud a Berlín para conmutar la pena. Lo hicieron en contra del criterio de la pareja que desde el primer momento había aceptado su destino. Malherbe resumiría su frustración con ironía: "No podía suprimir la idea de que habría preferido que se limitaran a traerme un kilo de manzanas".

Lucy, en 1945. — Jersey Heritage

Schwob murió nueve años después del fin de la guerra, por complicaciones de salud. Malherbe se suicidó 18 años después. Hoy, el escritor Jeffrey H. Jackson, autor de una de las biografías más completas de la pareja titulada Paper Bullets, resume así su legado: "Para Lucy y Suzanne, luchar contra la ocupación alemana de Jersey era la culminación de patrones de resistencia que habían ejercido toda la vida, siempre con tintes políticos y a favor de la causa de la libertad, a la vez que forjaban juntas sus propias formas rebeldes de vivir en el mundo".

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