MADRID.- Mano tendida a las candidaturas de unidad popular, pero siempre manteniendo sus siglas. Podemos ha vuelto a dar portazo este lunes a la petición de dirigentes como Alberto Garzón (IU) de concurrir juntos a las generales integrando una candidatura de unidad popular, una fórmula que en las pasadas elecciones municipales dio buenos resultados en ciudades como Madrid, Barcelona o Santiago.

El partido deja la puerta abierta a adaptar esta fórmula de cara a los comicios catalanes del 27-S, pero deja claro que peleará las generales con su nombre. "Los ciudadanos podrán encontrar la papeleta de Podemos con su logo y con su nombre en noviembre", prometía este lunes Sergio Pascual, secretario de Organización del partido de Pablo Iglesias. "El modelo de las generales es el modelo de las autonómicas", zanja.

Pascual se aferra así a la hoja de ruta de la formación aprobada en su asamblea constituyente, en noviembre del pasado año, e insiste en que no hay discrepancias sobre estrategia en la dirección. "Es unánime", asegura, desmintiendo así a las voces que pronosticaban un cambio de postura al respecto.

Mantiene su "mano tendida" a quienes quieran participar en el proceso de primarias para designar sus listas, a gente "con una trayectoria de honestidad personal", a los "imprescindibles para el cambio", aunque evita dar nombres. De hecho, y cuestionado por si el candidato de IU a la Moncloa iría en ese saco, Pascual no suelta prenda. "No sé si el se querrá presentar a las primarias de otro partido. Si lo hace, serán los ciudadanos quienes decidan dónde lo ubican", responde.

Sin necesidad de una nueva Asamblea Ciudadana

Así, el secretario de Organización insiste en que no hay "ningún movimiento apreciable" en el seno de la organización que les haga pensar en la necesidad de convocar una nueva Asamblea Ciudadana, imprescindible para cambiar la hoja de ruta del partido a nivel estatal.

Pascual ha aprovechado también para recordar la votación que este miércoles tendrá lugar en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, en la que los diputados previsiblemente apoyarán un informe que establece la posición de la cámara en relación al TTIP. No será vinculante, pero sí debería marcar las líneas rojas para los negociadores europeos, y Podemos se encuentra entre las organizaciones más críticas con el polémico acuerdo, que todavía está en fase de negociación.

"Nuestra posición va a ser solicitar que terminen las conversaciones y que se anule esta propuesta de tratado", apunta Pascual, que denuncia que la alianza de libre comercio entre Washington y Bruselas "ensancharía los desequilibrios internos" en la UE.