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inna afinogenova- pá qué me invitan

Los 'cayetanos' de Chile

Inna Afinogenova en La Base
Inna Afinogenova en La Base. Inna Afinogenova en La Base

¿Sabían que en Chile existe la costumbre de encabezar tu currículo vitae con el nombre del colegio en el que recibiste la educación primaria y secundaria? Es decir, tienes 40 años, vas a buscar trabajo y la primera información que das es la primaria a la que acudiste hace unos 33. Un detalle que parece no significar nada, pero que destapa toda una sociedad de castas con muros tan invisibles como indestructibles entre los ricos y los pobres. 

Pierre Bourdieu señaló en Los herederos que el sistema educativo reproduce y refuerza el privilegio y las desigualdades sociales. Él habló de Francia, pero esta conclusión es perfectamente aplicable a Latinoamérica, y en particular a Chile, donde el apartheid educativo fue analizado y diseccionado por investigadores nacionales y extranjeros. 

El "capitalismo familiar" o la "integración horizontal de ricos" son términos que han usado distintos investigadores para describir el modelo chileno. El haber salido de uno de la docena de colegios privados te garantiza de entrada mejores condiciones vayas donde vayas. Y al revés, si quieres llegar alto y has estudiado en una escuela pública de un barrio determinado, por muy lista que seas, lo vas a tener difícil, por no decir imposible. Y más, si eres mujer.

Hace unos años, el economista de la Universidad de Yale, Seth Zimmerman publicó una investigación que le llevó años y concluyó que para llegar a un puesto directivo o al congreso en Chile hay que cumplir una serie de condiciones. Uno, lo fundamental, haber asistido a uno de los siete u ocho colegios privados de Santiago. Dos, haber estudiado derecho, economía, ingeniería o administración de empresas.

En Chile, el 54% de congresistas y líderes políticos se graduaron en un colegio privado

Tres, haberlo estudiado o en la Universidad de Chile o en la Católica de Chile.
Y cuatro, más vale ser hombre, ya que escalarás más rápido. Si reúnes estas características podrás dar charlas sobre la meritocracia, contar lo mucho que has trabajado para llegar a donde has llegado, con un nivel de ingresos que percibe el 0,1% de la sociedad chilena. 

Los colegios privados de élite en Chile representan menos del 1% de todos los centros educativos. Pero más de la mitad de miembros de la Cámara de Diputados, de ministros y de gerentes de grandes empresas, por ejemplo, fueron educados en algunos de esos establecimientos. Colegios como Verbo Divino, St.Georges College o Tabancura son algunos de ellos. Según Zimmerman, sus egresados acaparan más de la mitad de casi 4.000 puestos directivos del país. 

Casi todos esos colegios tienen un componente religioso fuerte. El Colegio Tabancura fue fundado por miembros del Opus Dei en 1970, sólo educa a varones, y de familias ricas, porque el coste de la matrícula una familia chilena de clase media no la podría asumir. La mayoría de los funcionarios del gabinete de Piñera salieron de ese colegio. El Verbo Divino cuando fue fundado para educar a la clase dirigente del país, y Piñera entre ellos.

En Chile, un niño de clase baja tardaría 180 años en alcanzar un nivel medio  de vida

En 2019, La Tercera publicaba una investigación titulada "Los colegios del poder político". Según el diario, el 54% de congresistas y líderes políticos se graduaron en un colegio privado, en la que Tabancura y Verbo Divino estaban en el top de la lista. En el gabinete de Piñera, el 87% de los ministros y subsecretarios estudió en un colegio privado. Solo tres de los 60 funcionarios de su gobierno venían de un colegio municipal.

"Lo que está pasando en Chile es lo que ha pasado siempre y es horripilante. Es una segregación total de la élite política y económica de este país. Salvo contadas excepciones, casi toda la élite de Chile proviene de colegios particulares de pago", denunciaba Mario Waisbluth, coordinador de la Fundación Educación 2020. En una columna definió el sector de educación en Chile como la ‘Sudáfrica educativa.  

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo calculó que en Chile un niño de una familia pobre necesitaría por lo menos seis generaciones para alcanzar un nivel medio de ingresos. "Tomaría al menos 180 años para que un niño de una familia con ingresos bajos suba a un nivel medio". Todo esto es muestra de la ausencia absoluta de movilidad social: los ingresos, la profesión, el nivel educativo se transmiten de una generación a otra, se podría decir que se heredan. 

En 2014, el exministro chileno, Nicolás Eyzaguirre se refirió al fenómeno de baja movilidad social e hizo trizas el relato sobre la meritocracia, al recordar su experiencia como alumno del Verbo Divino. Dijo literalmente lo siguiente: "Les puedo decir que muchos alumnos de mi clase eran completamente idiotas. Hoy son gerentes de empresas. Lógico, si tenían redes. En esta sociedad no hay meritocracia de ninguna especie". Luego tuvo que pedir disculpas, dijo que eran comentarios "coloquiales" y que no tenían como objetivo hablar mal del colegio. 

Realmente esta sección iba a estar dedicada a varios países de Latinoamérica, pero me llevé una sorpresa enorme por la cantidad de estudios académicos sobre la desigualdad educacional en Chile. Es decir, el problema es tan grave que está siendo estudiado. 

Hay otro estudio, con el que ya voy a finalizar. Se llama Clasismo, discriminación y la meritocracia en el mercado laboral. Y concluye que en el extraño caso de que un estudiante brillante, graduado en un colegio público logre, llegue a un puesto directivo, su sueldo va a ser más bajo que el de un señor que estudió en una de esas escuelas elitistas. La investigación habla de una brecha salarial de entre el 25% y el 35%. A fin de cuentas, parece que se trata de un sistema de castas donde tu origen familiar importa más que tu talento.

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