GUERRA PP
Casado, cada vez más solo, se da siete días para seguir o sucumbir
Cuenta con una semana para lograr los apoyos suficientes dentro de la Junta Directiva Nacional. Barones y líderes territoriales le han señalado la puerta de salida.
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madrid, Actualizado:
Pablo Casado se concede siete días más al frente de un Partido Popular que ya le ha condenado. Territorio a territorio, declaración a declaración, barones y líderes populares le señalaron este lunes la puerta de salida del partido mientras se reunía con su núcleo duro en un intento de salvar su liderazgo.
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También dentro de Génova fue perdiendo apoyos a medida que pasaban las horas hasta que la decisión se convirtió en inevitable. "Pablo Casado va a convocar para el próximo lunes la Junta Directiva Nacional, máximo órgano entre congresos del partido", comunicaron a las ocho de la tarde. Daba solo medio paso al frente. Convocar a la Junta Directiva es abrir la puerta al congreso extraordinario que puede echarle de Génova, pero se da una semana de margen para convencer a los suyos de que puede seguir al frente.
Los dos tercios de la esperanza
La Junta Directiva Nacional reunirá a la dirección del PP, a sus líderes autonómicos, senadores, diputados, parlamentarios europeos, alcaldes, presidentes de diputaciones y otros cargos del partido. En total son más de 500 miembros, y se necesitaría que dos tercios de ellos quisieran convocar el congreso que permite cambiar el liderazgo del partido. Este es el margen al que se aferra Pablo Casado.
Su intención era resistir al frente del PP hasta el Congreso Nacional de julio pero, atrincherado en Génova 13, ha ido perdiendo apoyos a medida que avanzaba este lunes. El primero en poner distancias con él fue José Luis Martínez Almeida, que ni siquiera acudió a la reunión en la sede del partido. Sin el alcalde de Madrid, a las once de la mañana, Casado se dispuso a diseñar su particular ‘manual de resistencia’ rodeado de su, entonces, gente de confianza.
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Pero, mientras a las puertas de Génova se agolpaban los medios de comunicación a la espera de una fumata blanca que anticipase la decisión de Casado, en Boadilla del Monte (Madrid) y en Santiago de Compostela, Ayuso y Feijóo cercaban al líder del PP. Los dos presidentes autonómicos habían hablado en la tarde del domingo y la decisión estaba tomada: el tiempo de Pablo Casado al frente del partido se terminó.
Cercado por los suyos
Ninguno de los dos se atrevería a decir la palabra "dimisión", pero ambos se deslizaron sobre ella. Hay que tomar "decisiones difíciles", dijo Feijóo. "Inmediatas", añadió. Pocos minutos antes que él, Isabel Díaz Ayuso había reclamado "un giro absoluto" en la dirección nacional del PP. "El partido está desangrándose", afirmó sin miramientos.
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Como una gota malaya, a lo largo del día los principales líderes territoriales fueron sumándose a ellos y torturando a un Casado acorralado. Alfonso Fernández Mañueco reclamó "decisiones" mientras Moreno Bonilla exigía atajar la guerra "lo antes posible". Había prisa en el partido.
Avanzaba la jornada y la tortura no cesaba, porque luego vino el presidente del PP de Catalunya, Alejandro Fernández, y reclamó "decisiones drásticas", Desde el PP de Cantabria también hablaban de unirse en torno al "liderazgo más fuerte". No era el de Casado.
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Con esta situación se hizo la noche en Génova y llegó la decisión que llevaba todo el día dirimiéndose. Pablo Casado, que en el transcurso de la jornada perdió también los apoyos de Cuca Gamarra y Ana Pastor, cedió a las presiones de los suyos pero dándose a si mismo una última oportunidad: siete días más.
Tan solo un puñado de fieles se mantuvieron ayer hasta el final con el presidente del partido: Teodoro García Egea, secretario general del PP; Ana Beltrán, vicesecretaria nacional de organización; y Pablo Montesinos, vicesecretario de comunicación. Este último evitaba comentar el Comité de Dirección de este lunes a los periodistas: "Todos sabéis de mi lealtad al presidente Casado. Como sabéis, he entrado en política por él".