El acuerdo por el que la Unión Europea repartirá 750.000 millones de euros a los Estados miembros afectados por la emergencia del coronavirus parece haber descolocado al PP de Pablo Casado. Los conservadores defendieron durante las negociaciones de ese fondo que el Gobierno de Pedro Sánchez no tenía la confianza del resto de países y de las instituciones comunitarias y que, por lo tanto, España no saldría beneficiada del pacto europeo.

Desde el Gobierno, se fue incluso más allá, y las delegaciones europeas de PSOE y de Unidas Podemos acusaron al PP de haber "maniobrado" en Europa con el objetivo de "manchar la reputación y dañar la imagen y el prestigio de España en las instituciones europeas". 

Durante una sesión de control al Ejecutivo, el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, acusó a los conservadores de "traicionar a España" y de estar "colaborando con la extrema derecha austriaca u holandesa" para "intentar condicionar" las ayudas del plan anticrisis de la UE con el objetivo de vincularlas a nuevos recortes.

Ahora, tras haber alcanzado los Estados europeos un acuerdo por unanimidad, y por el que España recibirá unos 140.000 millones de euros para los próximos seis años, (72.700 millones en ayudas directas), el Ejecutivo no va a desaprovechar la ocasión para tratar de que la postura que el líder del PP ha mantenido de cara a las negociaciones le pase factura ante la opinión pública.

Este miércoles ya se pudo ver un primer anticipo en este sentido, cuando Sánchez acusó a Casado de "no arrimar el hombro" en esta cuestión: "A nivel europeo hemos logrado un gran acuerdo. He escuchado sus interpelaciones en estos días; nada para arrimar el hombro ni para ayudar a los intereses de España en Bruselas. Las negociaciones han sido extenuantes, el resultado, extraordinario, y su aportación, inexistente", le dijo el presidente.

La pregunta parlamentaria supuso entonces un debate entre los dos líderes de apenas unos cinco minutos. Este miércoles, el Congreso acogerá un debate prácticamente monográfico sobre el reparto de los fondos covid y las negociaciones en el seno de la Unión Europea, y la sesión plenaria podría causarle un importante desgaste a un Casado que, previsiblemente, recibirá duras críticas por parte de PSOE y de Unidas Podemos.

Sánchez pidió comparecer en la Cámara Baja apenas unas horas después de que se hubiera logrado el acuerdo en Bruselas. También informará de las negociaciones que se mantuvieron en el Consejo Europeo que se celebró del 17 al 20 de julio, así como del Consejo Europeo ordinario telemático que tuvo lugar el 23 de abril, y en el que los líderes de los países empezaron a discutir sobre las bases de la recuperación económica de la UE.

El último cara a cara antes del parón estival

En la última sesión plenaria, el presidente del Gobierno fue recibido con un aplauso de las bancadas de PSOE y de Unidas Podemos, ya que desde el Ejecutivo consideran positivo el acuerdo alcanzado en Bruselas y, además, defienden el peso y la relevancia que tuvo Sánchez en el último cónclave europeo, sobre todo después de la pugna con las férreas posiciones que durante bastante tiempo mantuvieron países como Holanda.

El debate del miércoles, además, será el último cara a cara del primer periodo de sesiones entre el líder del Ejecutivo y el de la oposición, ya que la pasada semana se celebró la última sesión de control antes del parón estival. Los Plenos celebrados en el Congreso en julio son extraordinarios, ya que, oficialmente, el primer periodo de sesiones finalizó al acabar junio, como marca el Reglamento.

En la sesión plenaria del miércoles también se tratará de resolver una de las cuestiones pendientes de la pasada semana: el dictamen de recativación económica de la comisión de reconstrucción. El texto salió el pasado miércoles adelante con 169 votos a favor y 168 en contra; sin embargo, posteriormente se detectó que una diputada de Unidas Podemos que había solicitado el voto telemático, lo emitió de forma presencial.

Los servicios de la Cámara optaron por anular su voto, lo que ha provocado un empate a 168. El Reglamento establece que, en caso de empate, se debe repetir la votación, algo que sucederá el próximo miércoles, después del debate sobre las cumbres europeas. En caso de que se vuelva a producir un empate, el texto decaería, por lo que la comisión de reconstrucción corre el riesgo de ver fracasar la mitad de sus textos aprobados.