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El cara a cara envalentona a un Feijóo que se lanza a por el votante de Vox

El presidente del PP inicia una nueva fase en su estrategia sin romper del todo con la extrema derecha.

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El presidente de PP, Alberto Núñez Feijóo, este martes en un acto de campaña en Ciudad Real. — EFE/Jesús Monroy

CIUDAD REAL, Actualizado:

El presidente del Partido Popular durmió tres horas esta noche, a las 10 de la mañana se subió a un tren dirección Ciudad Real y a mediodía a otro que lo llevaría primero a Sevilla y luego a Cádiz. Aluvión de saludos y fotos a cada paso. "Algo ha cambiado", apuntaba un miembro de su núcleo duro.

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La resaca del cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo ha sido alegre para los populares. Tanto que Feijóo le pidió a los suyos este martes prudencia y no caer en una "euforia irresponsable". "No hemos ganado las elecciones, hemos ganado el debate", defendía en una conversación informal con periodistas a la salida del mitin en Ciudad Real.

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Es difícil calibrar la victoria en un cara a cara entre dos aspirantes a la presidencia del Gobierno, pero lo cierto es que Feijóo logró descolocar a Sánchez, que le ha acusado de acudir al debate con "una montaña de mentiras". Alguna de ellas, como la de que el juez ha archivado la investigación sobre Pegasus por la falta de colaboración de Sánchez cuando en realidad a quien ha señalado el juez es a Israel, ha vuelto a repetirla este martes

Feijóo está envalentonado tras el cara a cara. En su entorno aseguran que su actuación superó las expectativas de Génova y él mismo reconoce que no se esperaba que fuese a ir "tan bien". Por eso la estrategia de campaña del PP no se modificará ni un ápice y ahora, con el empuje que les ha dado "el prime-time" (bromeaban este martes en el equipo de Feijóo en referencia al debate televisado) se lanzan a por el votante de Vox.

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"Si los votantes de Vox reparten el voto, es más difícil que Sánchez se vaya", aseguró Feijóo este martes. Para que al PP le salgan los, por lo menos, 160 diputados en los que cifran su capacidad para gobernar en solitario, como hizo este fin de semana Borja Sémper en una entrevista en 20 Minutos, necesitan quitarle votos a su socio preferente de la extrema derecha.

En esta estrategia de apelar al 'voto útil' de la derecha en torno al PP, como ya hizo Juanma Moreno en Andalucía en 2022 y en la que también se encuentra la aparente ruptura en la Región de Murcia de las últimas horas, el presidente del PP califica ahora de "broma sanchista" el voto a la formación de Santiago Abascal.

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También ha dicho este martes, reflexionando sobre el debate, que cree, después de conocer los datos de audiencia, que fue capaz de convencer a los votantes de Vox: o se han pasado ya al PP o están dudando, defendió ante los periodistas.

El cara a cara, el único entre Sánchez y Feijóo de toda la campaña y emitido en una cadena privada por la negativa del presidente del PP de acudir a otro debate en la televisión pública, logró una media de 5.911.000 espectadores y un 46,5% de cuota de pantalla. Una buena cifra si se tiene en cuenta el periodo vacacional, pero la más baja en la historia de los debates televisados.

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En el más de un año que Feijóo lleva al frente del PP no ha roto nunca públicamente con Vox. Tampoco lo ha hecho en las últimas semanas, cuando la extrema derecha imponía su agenda ultra en el País Valenciá o en una decena de localidades en las que han censurado obras culturales gracias a las competencias en materia de cultura que les ha dado el PP. 

En la misma línea, evitó hacerlo también en el debate con Sánchez, frente a los casi seis millones de personas que le veían. En Génova siempre han tenido claro que el presidente del PP necesitaba esos equilibrismos entre el centro y un discurso asumible para los votantes de la extrema derecha y a poco más de diez días para las generales, con las encuestas a favor, pero lejos de la absoluta, han activado una nueva fase de su estrategia dirigiéndose directamente a los votantes de Vox.

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