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Campaña electoral Cs mantendrá el veto a Sánchez pero se guarda la baza del desbloqueo tras el 10-N

Los 'naranjas' creen que uno de los principales escollos que tienen esta campaña electoral es que "la gente no se crea que pueda haber un gobierno alternativo a Sánchez".

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Albert Rivera entre José Manuel Villegas, Fran Hervías e Inés Arrimadas durante la reunión del Comité Ejecutivo. EFE

madrid, Actualizado:

La campaña del 28 de abril de Ciudadanos se basó en el veto a Pedro Sánchez. Ese también fue el origen de la peor crisis interna de los 'naranjas', que se saldó con varias dimisiones, acusando al partido —que defiende encontrarse en el "centro" del espectro político— de haberse escorado a la derecha. Un veto que levantaron a seis días de la disolución de las Cortes. Movimiento que podrían repetir si se da un escenario de bloqueo como el actual.

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El partido acordó, durante una reunión de la Ejecutiva nacional celebrada a mediados de febrero, no pactar con el PSOE tras las generales. En público sostenían que se debía a las supuestas concesiones de Sánchez al independentismo, mientras que en privado alegaban que el veto llegaba por una cuestión meramente electoralista: según sus trackings internos el líder peor valorado entre sus votantes es el presidente del Gobierno en funciones. En cuanto al veto, no volverán a votar en la Ejecutiva si pactan o no con Sánchez, aunque se abrirán a debatirlo si así se propone.

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Desde Cs condicionaron su abstención en la investidura de Sánchez a tres exigencias: que Sánchez rompiese el pacto en Navarra con el PNV "para evitar que la comunidad foral sea anexionada al País Vasco", la aplicación del artículo 155 en Catalunya si hay condena tras la sentencia del procés y un compromiso del presidente del Gobierno a no indultar a los políticos catalanes presos. Por último, pedían que revirtiera sus "políticas económicas suicidas" de subida de impuestos. Esta oferta de última hora fue desechada por el PSOE y el pasado martes se disolvieron las Cortes ante la falta de acuerdos para la investidura.

Su mensaje de campaña será claro: si la derecha tienen mayoría en el Parlamento, no habrá bloqueo

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El partido que preside Albert Rivera culpa de la repetición electoral a Sánchez. Su estrategia será la misma que los pasados meses: vetar a Sánchez y tender la mano al Partido Popular, su "socio prioritario" y con el que comparten gobierno en Andalucía, Murcia y Madrid con el apoyo externo de Vox. Su mensaje de campaña será claro: si la derecha tienen mayoría en el Parlamento, no habrá bloqueo. 

Desde la dirección de Ciudadanos creen que el principal problema "para la gobernabilidad" es Pedro Sánchez, ya que es "incapaz de llegar a acuerdos". Por lo tanto, insisten en que hay que convencer a los electores "de sumar para echarlo". Conscientes de que ni su partido ni el PP tendrá mayoría en solitario para gobernar, tienden la mano a los de Pablo Casado: un acuerdo postelectoral, concretan, no la alianza previa que querrían los 'populares'.

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Temen que no haya un gobierno alternativo a Sánchez

Uno de los principales escollos a los que se enfrenta la dirección de Cs de cara al 10-N es que "la gente no se crea que pueda haber un gobierno alternativo a Sánchez", como ha sucedido en esta ocasión. La ventaja del PSOE, con 123 diputados, sobre PP (con 66) y Ciudadanos (con 57) esta legislatura, complica las opciones de la derecha para sumar: "Hay que convencer de que si nos movemos y vamos a votar, podemos echar a Sánchez", sostienen.

Al igual que Unidas Podemos, defienden que el próximo gobierno de España solo pasa por una fórmula de coalición: "El bipartidismo tiene que entender que se ha acabado la época de las mayorías absolutas" sostienen. "Solo hay que ver como se conforman la mayoría de gobiernos de la Unión Europea".

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En el caso de que se repita un escenario de bloqueo como el actual, no descartan ofrecer un pacto para facilitar la investidura. "Ciudadanos propondrá soluciones", admiten como única respuesta, conscientes que habrá que esperar al 11 de noviembre para resolverlo, pero preparando el terreno desde ahora.

Aseguran, además, que ha crecido el rechazo entre los votantes de Ciudadanos hacia Sánchez. Si antes del 28 de abril, se situaba en torno a un 70%, ahora, según los sondeos internos de la formación, ha subido entre tres y cuatro puntos.

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