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Un camarada 'cadenero' de Fernández de Mesa conectó al PP gallego con el 'narco' Dorado

'Público' ha obtenido los testimonios de una de las víctimas y de otros testigos de las andanzas violentas de las centurias fascistas vinculadas a los Guerrilleros de Cristo Rey en las que participó el actual director de la Guardia Civil.

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El contrabandista Marcial Dorado Baúlde (izquierda) y Alberto Núñez Feijóo, en un barco del primero en el verano de 1995, entre Baiona y las islas Cíes, en la ría de Vigo, en una foto publicada por 'El País'.

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FERROL.- En Ferrol le llamaban Manuel Cruz Gamada por su ideología fascista. En la década de los 70, Cruz y otros jóvenes franquistas ferrolanos organizaron una centuria pedestre de Guerrilleros de Cristo Rey dedicada a apalizar demócratas, sindicalistas, curas rojos y niñas de instituto. Se les conocía como los cadeneros, pues acostumbraban a utilizar cadenas de bicicleta como arma. Aunque algunos de ellos, hijos de militar, también gustaban de airear sus viriles y patrióticas Glock, sus P38 y sus Astra nueve largo o nueve corto.

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La escritora Ánxela Loureiro fue una de las víctimas de los 'cadeneros' de Fernández de Mesa y de Cruz 'Gamada', y la primera en denunciarlos

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El Ferrol era aún del Caudillo y vivía fuertemente polarizado entre el tradicionalismo castrense y franquista de sus militares y el oreo sindicalista del obreraje de Bazán. Los enfrentamientos eran constantes. Y la represión policial contra los trabajadores, feroz. Lo recuerda la escritora Ánxela Loureiro (Ferrol, 1956): “Nací en una familia numerosa obrera marcada por la cotidianas incursiones nocturnas que la policía política hacía en nuestra casa. Desde muy pequeña vi cómo registraban cada rincón de mi hogar y cómo se llevaban a mi padre detenido por ser sindicalista. Siendo muy niña, escuchaba a menudo la frase no me dejan jugar contigo sin entender la razón”.

“'Cuco' era de los cobardes. No solía actuar a cara descubierta, salvo cuando arengaba a sus camaradas en el patio del instituto Tirso de Molina”, relata el novelista Xavier Alcalá

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El director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa. (EFE)

Aquella mañana no estaba Arsenio Fernández de Mesa, alias Cuco, alias El Estirao, entre los agresores. Sí su buen amigo Manuel Cruz Gamada. “Cuco era de los cobardes. No solía actuar a cara descubierta, salvo cuando arengaba a sus camaradas en el patio del instituto Tirso de Molina”, relata el novelista Xavier Alcalá, que vivió en primera persona aquellos años convulsos. Allí, en el colegio, se reunían los Guerrilleros de Cristo Rey los lunes al atardecer antes de lanzarse a perseguir rojos por Ferrol o A Coruña. Juan José Castro Couto y Manuel Cruz eran los mamporreros. De Mesa ejercía de ideólogo con su dicción aplomada aprendida de su mentor Jesús Suevos.

La joven estudiante víctima de la agresión de 'cadeneros' fue expulsada del instituto por atreverse a denunciar a los agresores y llevarlos a juicio

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El juicio se celebró el 5 de marzo del 75 en el Juzgado Municipal de Ferrol. El día posterior a la agresión, el 21 de febrero, la joven activista había sido expulsada del instituto. Ella asegura que a causa de su denuncia contra los cadeneros. “Reunida la Junta de Disciplina del Centro, vista la actuación de su hija, Srta. Ángela Loureiro Fernández, alumna de 5º J, considerando que ha sido causante de alteración grave del orden académico, en especial en las últimas fechas, ha decidido la expulsión de dicha alumna hasta el día 3 de abril del corriente, con la advertencia de expulsión definitiva a la menor falta posterior. Dios guarde a Vd. muchos años”.

El 'cadenero' Manuel Cruz 'Gamada' se convirtió en chófer de Núñez Feijóo, a quien presentó al conocido narcotraficante Dorado

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En aquellos años, Manuel Cruz empezó a visitar Vilagarcía y A Illa de Arousa, capital del narcotráfico gallego. Sus veleidades gamadas se habían dulcificado y ya no se presentaba, vestido de uniforme, en la plaza de España de Ferrol cada 20 de noviembre, aniversario de la muerte del Caudillo. En Arousa, con escasa imaginación, le llamaban El Ferrolano. “Empezó a venir por aquí habitualmente a principios de los 90, y decía que era funcionario de catastro. Se comentaba que inscribió a nombre de Marcial Dorado [narcotraficante convicto] fincas que no estaban registradas. Aquello provocó cierta bronca en Vilagarcía”, relata un conocido periodista gallego hoy dedicado a otras lides y que prefiere permanecer en el anonimato.

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