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'Billy el niño', el torturador que quiso pasar a la historia como el más cruel de todos

Este miércoles se ha presentado la primera querella en España contra el torturador Antonio González Pacheco. Ha sido la primera de muchas. Víctimas realizan para 'Publico' un retrato de su verdugo. 

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'Billy el Niño', exinspector de la policía de Franco. | EFE

MADRID, Actualizado:

Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, quería pasar a la historia como el policía más cruel y sanguinario de la Brigada Político y Social. Esa es una frase recurrente de quienes han padecido sus métodos de tortura y, a juzgar por los relatos, lo consiguió. No ocultó nunca su rostro en los interrogatorios. Tampoco su nombre. Ni siquiera esa cara de placer al golpear que describen sus víctimas. El consenso en este punto es casi total. "En mi primera detención, Billy el Niño me abrió la cabeza con la culata de su pistola y me dijo: 'Ala, ya puedes decir que Billy el Niño te ha abierto la cabeza'", recuerda Chato Galante, una de las víctimas que se querellará en las próximas fechas contra el torturador, tal y como informó el martes este diario. 

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Siete de los querellantes visitaron hace pocos días el plató de Público TV. Todos juntos, en una suerte de sala de espera en la redacción de este periódico, revivieron los golpes, amenazas e insultos del torturador más conocido del tardofranquismo. "Esto parece la sala de espera de la Dirección General de Seguridad. Por favor, no me delatéis", decía Galante entre risas, mientras esperaban pacientemente a ser llamados por el periodista, como si de una peluquería se tratara, para ir grabando el vídeo de manera individual. Una de estas personas es Adolfo Rodríguez y antes de sentarse ante la cámara destapa su temor: "No hagamos de este señor un mito por malo, por favor. Este señor no merece ni eso". Toda la razón. No lo hagamos.

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Adolfo Rodríguez, que prefiere que le llamen Fito, confiesa que la gran incógnita que mantiene respecto a González Pacheco es saber cuánto de su motivación para golpear y torturar era ideológica (fascismo) y cuánto era un rasgo psicopático de su personalidad. "Me gustaría que declarara ante la Justicia para que responda por qué lo hacía. Por qué decidía ensañarse con cada uno de los detenidos. Cuáles eran sus motivaciones", explica a Público

"Se veía que era un tipo absolutamente dedicado a lo suyo. Era un prescriptor. Cuando él hablaba y pegaba, los demás le seguían. Dedicaba mucho tiempo a su trabajo. Un día me estaba torturando a las doce de la noche y a las seis de la mañana ya estaba otra vez. Su vida era la tortura", relata Fito, que describe a González Pacheco como una persona débil, tanto en apariencia como en fuerza. "Aunque sabía karate y, por tanto, sabía donde pegar para hacer daño", matiza.

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"Lo veías en su cara cuanto te golpeaba". "Y si no se ha tratado... pues seguirá disfrutando", dice Galante

Así, Chato Galante, que fue detenido hasta en cuatro ocasiones por la Brigada Político y Social, describe a González Pacheco como alguien que disfrutaba haciendo daño. "Lo veías en su cara cuanto te golpeaba". "Y si no se ha tratado... pues seguirá disfrutando", dice Galante, medio en broma medio en serio. El gusto en la cara de 'Billy el Niño' al golpear es un detalle que repiten todos y cada uno de las víctimas. También lo mencionó la feminista Lidia Falcón cuando presentó su querella contra el torturador ante la Justicia de Argentina. Así lo narró a Público entonces.  

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"Hay una frase que me dijo que no se me olvidará. Nunca. Mientras me golpeaba en el estómago me dijo: 'Ahora ya no parirás más, puta'. Falcón describió también esos ojos que chispean ante el dolor ajeno, que disfrutan infundiendo terror y ejerciendo la superioridad que otorga tener a la víctima atada e indefensa: "Era un sádico. Le gustaba. Se veía que disfrutaba de esos momentos", prosigue Falcón, que reconoce que en la mayor parte de las sesiones de 'interrogatorios' terminaba perdiendo el conocimiento.

Poco a poco las víctimas que han acudido a Público van pasando delante de la cámara. Las últimas en llegar, con cierto retraso, son Rosa María García y Felisa Echegoyen, que prefiere el nombre de 'Kutxi'. Las dos mujeres son poco dadas a aparecer ante los medios de comunicación. Kutxi, por su parte, ha ido superando poco a poco el pánico a la exposición (no del todo) a raíz de su implicación en la conocida como Querella Argentina. Rosa insiste en que no sabe "si lo hará bien". 

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"El día que me detienen llevaba un vestido ese día y me decían que si lo iba enseñando todo... y me amenazaban con violarme", relata Rosa

En su caso, se trata de una de las primeras veces que habla ante un desconocido (el periodista) y ante una cámara sobre las torturas que sufrió por parte de González Pacheco. Llama la atención la manera en la que trata, en un inicio, de restar importancia a los golpes que recibió, a las amenazas, a los insultos. Poco a poco comienza a soltarse. Las lágrimas aparecen irremediablemente en sus mejillas. Rosa ya no tiene el corsé con el que llegó: 

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"La tortura era sistemática. Maltrataban a todo el que entraba por ahí. No se escapaba nadie de la tortura. (...) Los insultos y humillaciones machistas eran frecuentes. Por ejemplo, el día que me detienen llevaba un vestido ese día y me decían que si lo iba enseñando todo... y me amenazaban con violarme", relata Rosa, que explica de esta manera las razones que la han llevado a querellarse contra González Pacheco:

"No ha sido posible juzgarlo en 40 años. Esto da idea de lo falso de la transición y del acomodamiento de la ilusión de democracia. La idea es que no se vaya de rositas. Él nos fastidió nuestra juventud, hasta el punto de cambiar nuestros planes de vida, pues ahora que no tenga una vejez tranquila. Eso es lo que quiero intentar. Como dice la canción de Lluis Llach, que ojalá nuestra memoria le persiga hasta sus últimos días. Ojalá", dice Rosa, ex militante de base del FRAP, que recuerda que fue detenida en la puerta de su casa. 

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"No ha sido posible juzgarlo en 40 años. Esto da idea de lo falso de la transición y del acomodamiento de la ilusión de democracia. La idea es que no se vaya de rositas"

También en su casa detuvieron a 'Kutxi'. La Policía tiró la puerta abajo y comenzó a buscar la máquina con la que imprimían las octavillas de la Liga Comunista Revolucionaria. Los agentes, sin embargo, estaban equivocados. En esa casa se habían estado quemando documentos, sí, pero no era propaganda. Eran las actas de las reuniones de la cúpula de la Liga. Ahí es nada. A 'Kutxi' se la llevaron a rastras. En los interrogatorios con 'Billy el Niño' sufrió tanto pánico que se quedó rígida a causa de un ataque. González Pacheco no llegó a acercarse a ella nunca más. 

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"'La primera noche fue terrible. La pasé entre golpes, palizas y careos con otros detenidos. Negué conocer a todos ellos, menos a uno. Era mi marido', relata 'Kutxi', que presentará una querella contra González Pacheco en las próximas fechas. La primera de todas ellas, no obstante, ha sido presentada este miércoles por Luis Suárez. Después vendrán las de, entre otros, Willy Meyer, Chato Galante, 'Kutxi', Rosa García, 'Fito' y Jesús Rodríguez. 

Esta vez las querellas apuntan a 'Billy el Niño' pero su objetivo es mucho mayor. Su deseo es acabar con la impunidad del franquismo. Que los responsables vivos de aquella dictadura se sienten en el banquillo de los culpables y expliquen qué y por qué lo hicieron. Pero hay más. A largo plazo la apuesta es que los referentes de la lucha por la democracia en España dejen de ser ministros franquistas, como Manuel Fraga, que se creyeron los dueños de la calle, y pasen a ser aquellos que se jugaron su integridad para que los militares regresaran a los cuarteles y la calle pudiera ser de todos y para todos.  

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Víctimas de 'Billy el niño'

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