Belchite, un pueblo entre ruinas, trincheras y desidia
El equipo de arqueólogos, historiadores y voluntarios ha finalizado una parte del proyecto en el que vienen trabajando desde 2008 con el propósito central de elaborar una historia de la Guerra Civil centrada más en lo que cuentan los restos arqueológicos que en documentos o testimonios orales. Entre granadas de espiga, casquillos, trincheras o letrinas, han intentado “desenterrar fantasmas con ciencia y no con mitos”.
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BELCHITE.- El pasado martes 15 de septiembre dieron por concluidas las tareas arqueológicas que se estaban desarrollando en el pueblo viejo de Belchite, ejemplo de la dinámica de la Guerra Civil Española. El trabajo, coordinado por el científico del CSIC Alfredo González-Ruibal, ha contado con la participación de voluntarios pertenecientes al Proyecto Arqueológico de las Brigadas Internacionales (I.B.A.P. según sus siglas en inglés), así como la colaboración de la Universidad del País Vasco, el grupo Patrimonio Construido y la Universidad de Nottingham.
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La asociación, creada y liderada por el arqueólogo Alfredo González-Ruibal y el profesor de la Universidad de Nottingham, Salvatore Garfi, ha coordinado el trabajo de una veintena de técnicos voluntarios en su segundo año de trabajo en las inmediaciones de la localidad aragonesa. Las labores han girado en torno a varias fortificaciones construidas y empleadas por ambos bandos en el asedio y toma de Belchite, durante la ofensiva republicana de agosto-septiembre de 1937.
El propósito central ha sido elaborar una historia de la Guerra Civil centrada más en lo que cuentan los restos arqueológicos que en documentos o testimonios orales
Empleando métodos científicos, se han descubierto y estudiado un fortín construido por tropas carlistas, varias líneas de trincheras en torno al municipio, los estragos causados por los combates en el seminario menor o el violento choque entre tropas franquistas y Brigadas Internacionales en los montes del cercano municipio de Mediana.
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“Se requiere una reflexión crítica sobre el pasado, y las autoridades no están dispuestas a facilitarla”
El problema, en palabras del arqueólogo, es que “se requiere una reflexión crítica sobre el pasado, y las autoridades no están dispuestas a facilitarla”. Para el investigador los relatos que se quieren construir en el imaginario colectivo son aquellos con los que todo el mundo se sienta cómodo, donde no haya espacio para la reflexión. Aquí, la única conclusión posible es qué mala es la guerra. Y que no se vuelva a repetir. Simple y banal.
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Algunas heridas de la Guerra Civil siguen abiertas, se enquistan y reabren con cada actuación relacionada con restos y acontecimientos de la época
Aunque el traumático pasado se ha suavizado en el pueblo nuevo de Belchite, inaugurado por Franco en 1954 y construido por presos políticos, siguen existiendo temas que crispan el ambiente. El temor a expresar opiniones sobre el pasado es palpable. Si bien al principio el ayuntamiento (PP) les dio permiso para trabajar en los terrenos municipales y facilitó un piso de titularidad municipal para el equipo, al final se encontraron con la rasqueta y la escobilla en la puerta de la casa. Y sin sala municipal donde dar la conferencia sobre lo que habían estado haciendo allí mismo, a la vuelta de sus casas.