Aznar impone a Rajoy su visión ultra del fin de ETA
Las fuertes presiones de FAES y el 'ala dura' del PP doblegaron la voluntad del presidente del Gobierno, que dio luz verde al partido para acudir a la manifestación convocada por la AVT. Continúa la campaña para que el E
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"Hacer justicia es que nosotros ganamos y ellos pierden". Palabras de José María Aznar el 14 de octubre en su presentación del libro Cuando la maldad golpea. Testimonios de superación personal de víctimas del terrorismo. “Justicia para un final con vencedores y vencidos”. Lema de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) para la manifestación del domingo 27 de octubre. Efectivamente, y como admiten en el PP, las directrices de la AVT y las de la política antiterrorista que el expresidente del Gobierno pide que se aplique son las mismas. Y no coinciden con la gestión efectuada por Mariano Rajoy desde que llegó a La Moncloa. Al menos, hasta ahora.
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Lo más suave que la AVT, FAES u otras agrupaciones de ideario similar (Denaes, Voces contra el Terrorismo o Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco, entre otras) han dicho de Rajoy y su Gobierno es que practican una política antiterrorista "continuista" del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Para probarlo, blandieron hace un año la excarcelación por cáncer terminal del etarra Josu Uribetxeberria Bolinaga, un hecho que originó una fuerte fractura en el PP. El partido del Gobierno se quebró entre los que defendían la actuación del Ejecutivo, acatando la decisión de la Audiencia Nacional, y los que consideraban insoportable para las víctimas de ETA la salida de la cárcel del terrorista (Jaime Mayor Oreja o Esperanza Aguirre, entre otros) Bolinaga salió de prisión y las críticas al Gobierno -principalmente, porque el etarra sigue viviendo aunque le dieron nueve meses de vida- continúan desde los sectores más ultras del PP y los medios que los apoyan.
Con la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo, que anunció la derogación de la doctrina Parot el lunes, el episodio ha estado a punto de repetirse, aunque alcanzando mayores cotas de tensión en el ámbito conservador por ser una decisión judicial que afecta a muchos de los más sanguinarios etarras y, por tanto, que repercute en muchas más víctimas y familiares. El PP ha vivido una semana cargada de indecisión y debate sobre cómo abordar este asunto para demostrar que están del lado de las víctimas y, al mismo tiempo, que acatan la sentencia de Estrasburgo, aunque sea a disgusto, como ayer mismo se encargó de subrayar desde Bruselas el presidente del Gobierno.
El ala más dura del PP y su entorno han comenzado una campaña de desprestigio contra el Convenio de Derechos Humanos de Estrasburgo Las presiones del sector más ultra del PP -encabezado por el propio Aznar desde su fundación FAES- sobre la dirección nacional y Mariano Rajoy para que autorizase la presencia oficial del partido en la manifestación organizada por la AVT han sido de las más duras que se recuerdan en la calle Génova y obligaron al presidente y al partido a dar un volantazo en su estrategia: del silencio de Rajoy el martes, se pasó a recibir improvisadamente a la AVT y a la Fundación Víctimas del Terrorismo en La Moncloa el miércoles y a desechar la tesis primera de que el PP no podía ir a una convocatoria que pide que no se acate una sentencia. El apremio para que el Ejecutivo no acate la citada decisión de Estrasburgo, sin embargo, continúa. Ahí, el Gobierno no ha dado su brazo a torcer; ni se lo plantean. Tampoco que España salga del Convenio Europeo de Derechos Humanos, como le ha pedido la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, y que supone "un auténtico disparate", en palabras de un destacado miembro del PP. Sin embargo, desde que Pedraza hizo pública esta petición, en los círculos ultras comienzan a abundar las teorías de desprestigio del citado Convenio.
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De momento, los partidarios de que se ejecute una política antiterrorista de "responsabilidad exigente" por parte del Gobierno actual, señalada por FAES el martes 22 en una carta de su secretario general, Javier Zarzalejos (uno de los negociadores con ETA en la etapa de Aznar en La Moncloa), están de enhorabuena y el PP acudirá a la concentración con una potente representación: cuatro miembros de su Comité de Dirección (los tres vicesecretarios, Carlos Floriano, Esteban González Pons y Javier Arenas, y el portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja) Con ellos estará íntegro el núcleo del poder conservador en Madrid: la alcaldesa Ana Botella, el presidenta de la Comunidad, Ignacio González, y la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre. Los tres, junto a una nutrida representación de diputados integrantes de FAES (Ignacio Astarloa, Cayetana Álvarez de Toledo o Eugenio Nasarre), confirmaron su presencia en la concentración horas después de anunciarla la AVT, en un evidente desafío al Gobierno y a los oficialistas del PP, que abogaban entonces por no ir al considerarlo incompatible con el rechazo a una decisión judicial. La presencia más esperada por los convocantes, sin duda, es la del expresidente Aznar, aunque todavía se desconoce si su agenda le permitirá estar en la madrileña Plaza de Colón el domingo a las 13:00h.
La presencia más esperada por los convocantes para el domingo es la del expresidente AznarEl PP acude a la convocatoria tras una intensa negociación con la AVT para tratar de evitar que la convocatoria se centre en pedir al Gobierno que no acate la decisión del TEDH. Pero en la calle Génova son conscientes de que arriesgan mucho en su esfuerzo sin precedentes por recuperar el favor de las víctimas. De momento, una de las asociaciones asistentes -Voces contra el Terrorismo que preside Francisco José Alcaraz- ya ha anunciado que el Ejecutivo de Rajoy es responsable del fallo de Estrasburgo. De hecho, Alcaraz propuso otra concentración "contra el Gobierno", aunque finalmente se ha sumado a la mayoritaria. No consta, sin embargo, que haya cambiado de opinión con respecto a Rajoy y su equipo.