ASCENSIÓN MENDIETA "Sigo con ilusión. Quiero dar un entierro digno a mi padre y que me entierren con él"
La ARMH ha comenzado este martes las tareas de exhumación en Guadalajara para encontrar a Timoteo Mendieta, padre de Ascensión, que fue fusilado en noviembre de 1939 por el franquismo. Es la segunda vez que se le busca en un año.
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MADRID, Actualizado:
Ascensión Mendieta lleva unos días durmiendo mal. Está inquieta. Por las noches, cuando se mete en la cama, no puede evitar pensar en el fusilamiento de su padre aquel maldito 14 de noviembre de 1939. Piensa en cuántos tiros le pegarían y en cómo caería a la fosa. Si estaría ya muerto o si caería aún vivo. "Pienso tanto en él... me pregunto que qué habría hecho mi padre si era un pobre infeliz que no tenía nada de nada...".
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Este martes la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica ha retomado la búsqueda de su padre, Timoteo, fusilado el 16 de noviembre de 1939 por sindicalista, por orden de la Justicia de Argentina. "Tengo muchas ganas e ilusión. Quiero dar entierro digno a mi padre y que me entierren con él. Es lo único que pido", señala a Público Ascensión Mendieta, sentada en el salón de su casa apenas unas horas antes de que comience la exhumación.
Es el segundo intento. Hace ahora un año la ARMH ya exhumó la fosa común número 2 del cementerio de Guadalajara, donde se creía que estaba Timoteo. Sin embargo, el sindicalista de la UGT de Sacedón (Ciudad Real) no estaba en aquella fosa. Por eso, este martes han comenzado los trabajados de exhumación en la fosa número 1 del cementerio. "Fue una pena, hijo mío. Fíjate que cumplí 88 años en un avión de camino a Argentina y ya tengo 91. Ha pasado tanto tiempo. Espero que esta vez sea la buena", prosigue Mendieta.
Mendieta es la pequeña de siete hermanos. La única que queda con vida. Y siente la búsqueda de su padre como una tarea de la familia. Una tarea que debe concluir para poder descansar. "Ya solo quedo yo. Éramos siete hermanos y sólo quedo yo. Me pregunto que qué pinto yo aquí con tantos años que tengo y todo lo que llevo en mis espaldas. Yo ya solo quiero que lo encuentren, por favor", relata esta mujer de 91 años.
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"Me pregunto que qué pinto yo aquí con tantos años que tengo y todo lo que llevo en mis espaldas. Yo ya solo quiero que lo encuentren, por favor"
El año pasado Ascensión creyó que había llegado ese momento. La apertura de la fosa número 2 del cementerio supuso una gran victoria. Pero, meses después, la prueba de ADN certificó que ninguno de los restos humanos que estaban en aquella fosa pertenecían a su padre. "Me pareció ver su cara. Cuando lo sacaban... te aseguro que yo lo veía. Veía a mi padre ahí. Pero ahora me dicen que no. Que no era ese. Que hay que seguir buscando. Yo ya llevo mucho a mis espaldas. Mucho dolor. Mucha hambre. Muchas penurias".
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El dolor que siente esta mujer de 91 años se agudiza cuando sale el nombre del Partido Popular en la conversación. Mendieta no olvida las palabras de Rafael Hernando, portavoz en el Congreso del Partido Popular, de que algunas víctimas del franquismo se han acordado de sus familiares cuando ha habido subvenciones de por medio.
"A Rafael Hernando le digo que yo no he pedido nada a nadie. Y he ido a Argentina y lo hemos pagado todo nosotros. Todos los papeles y todo. Me gustaría hablar con él y decirle a la cara que no tiene corazón, que se nota que no le han matado a su padre y no sabe qué dice ni de lo que está hablando. Él habla y habla, pero no sabe lo que es que tu padre no tenga ni una caja bajo tierra", denuncia Ascensión, que salta inmediatamente a la corrupción.
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"Y encima lo dice gente de un partido que roban y roban. Yo creo que están todos metidos ahí. En el robo. Siguen robando a los obreros. Yo lo único que digo que ni mi padre ni los que están enterrados con él robaron ni mataron a nadie. Y eso hay mucha gente que no lo puede decir", apunta Mendieta, que eleva el tono para pedir "cárcel" para todos los "chorizos".
Sin embargo, este es un tema diferente. Este martes Ascensión Mendieta se ha vuelto a sentar en una pequeña silla ante la fosa número 1 del cementerio de Guadalara. Esperará pacientemente a que los técnicos de la ARMH le digan cómo ha ido el día. Después marchará a su casa y comenzará una vez más a darle vueltas a la cabeza. "Quiero que me entierren con él. He pasado toda mi vida sin padre por culpa de unos desalmados. Ahora quiero descansar con él el resto del tiempo", sentencia.