Aragón quiere gestionar sus 150 centrales hidroeléctricas para bajar el recibo de la luz
La experiencia social del único salto revertido
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ZARAGOZA .- El Gobierno de Aragón va a intentar hacerse con la gestión de las centrales hidroeléctricas de su territorio cuyas concesiones vayan caducando, tras décadas de explotación privada, con los objetivos de reducir la cuantía del recibo de la luz que pagan los consumidores y de destinar parte de la energía a usos sociales.
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Las compañías eléctricas explotan en España alrededor de 800 centrales hidráulicas que cubren, aproximadamente y en función de las reservas de agua, la sexta parte del consumo total del país. Las gestionan mediante concesiones otorgadas por el Estado con plazos de entre 50 y 75 años, buena parte de ellas transferidas a manos privadas en el último cuarto de siglo mediante el proceso de privatización de las empresas públicas del extinto INI, lo que permitió aumentar el creciente negocio del sector.
Las compañías eléctricas explotan en España alrededor de 800 centrales hidráulicas que cubren la sexta parte del consumo total del país.
Más de un centenar y medio de esas centrales se encuentran en Aragón –hay 456 en toda la cuenca del Ebro- y producen la décima parte de la hidroelectricidad del país con un sistema de tuberías y embalses desplegado a principios de siglo y en los años del desarrollismo para, básicamente, abastecer de energía a Barcelona, Bilbao y sus respectivos cinturones industriales a través de tendidos de hasta 280 kilómetros de longitud.
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La experiencia social del único salto revertido
El grueso de esas autorizaciones caducan en los próximos veinte años –ocurre algo similar en el resto del Estado-, lo que pone sobre la mesa la expectativa del regreso de esas instalaciones a la gestión pública, algo que llevan años reclamando las zonas que sufren el peaje de embalses y centrales en su territorio.
Hasta ahora solo ha revertido al Estado una central hidroeléctrica, la de El Pueyo de Jaca, ubicada en los municipios pirenaicos de Panticosa y Hoz de Jaca, en la que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) produce el kilowatio.hora a menos de un céntimo cuando el precio medio de venta al consumidor en España supera los 16. Genera más de 90.000 megawatios al año, el grueso de ellos para sus propios usos y para el funcionamiento de regadíos sociales, mientras cede el 5% -unos 4.600- a la empresa pública Energías de Panticosa, propiedad del primero de esos consistorios, que le da un uso social.
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Hasta ahora solo ha revertido al Estado una central hidroeléctrica, la de El Pueyo de Jaca, ubicada en los municipios pirenaicos de Panticosa y Hoz de Jaca
Por cuestiones técnicas, ahora transfiere es el valor de la electricidad. “Eso permite que el ayuntamiento pueda rebajar a la mitad la mitad del recibo de la luz de los jubilados y de las personas en riesgo de exclusión, y que podamos aplicar reducciones a los pequeños negocios y a los vecinos en general”, explica el alcalde, Ricardo Laguna, que matiza que “hacemos un descuento en el consumo, no en la tarifa”. El municipio, ubicado en pleno valle de Tena y cercano a varias estaciones de esquí, tiene 750 habitantes y alberga 4.000 segundas residencias. El acuerdo permite que el consistorio tenga también una importante rebaja en la factura energética de los servicios municipales.
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El consumo de 38.000 hogares
Por otro lado, Panticosa es uno de los municipios oscenses que se han sumado a las alegaciones que la Diputación de Huesca presentó contra el acuerdo por el que el Consejo de Ministros aprobó hace unos meses el Plan Hidrológico del Ebro. Mantienen que su actual redacción deja toda la capacidad para decidir la gestión de los saltos revertidos en manos de la Confederación, mientras que el anterior documento especificaba que la energía que produzcan debía ser destinada de manera prioritaria a actuaciones de reequilibrio territorial en las zonas que soportan el peaje eléctrico de embalses y centrales.
La iniciativa de las Cortes también insta al Gobierno a estudiar la posibilidad de recurrir la concesión de saltos hidroeléctricos de más de 25 años de duración
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La resolución mandata también al Gobierno de Aragón, en este caso con el apoyo de todos los grupos, para que solicite al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) y CHE “toda la información relativa a las condiciones de concesión y posteriores modificaciones de explotación de los saltos de agua y de las centrales hidroeléctricas”. La diputada socialista Leticia Soria señaló que el ejecutivo ya ha reclamado esos datos.
La pasividad del Gobierno central con las eléctricas
El posicionamiento de la comunidad aragonesa, y la actividad de la propia CHE, ponen en entredicho la posición del Magrama, que hace unos meses, y tras haberlo tenido durante año y medio en un cajón, dejó caducar el expediente de reversión de la central de Lafortunada, una planta del río Cinqueta con una potencia instalada de 40 megawatios que produce 90 gigawatios al año y que entró en servicio en 1920.