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Aprobados los presupuestos valencianos con un bloque de la derecha dividido

El gobierno del Botànic fía al aumento de la financiación estatal y europeo y a la reforma fiscal unas cuentas expansivas para 2021, con un incremento del gasto de un 12,2%

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Vista del pleno de las Cortes Valencianas. — Rober Solsona / EUROPA PRESS

valencia,

Al final no ha habido acuerdo y los 18 diputados de Ciudadanos no se han sumado a los socios de gobierno valenciano para aprobar los presupuestos. Con todo, los de Toni Cantó han optado por abstenerse (a pesar de que han votado en contra la Ley de Acompañamiento) rompiendo el bloque de la derecha sin conseguir agrietar el Botánico.

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La decisión de Ciudadanos se ha tomado hoy mismo, después de semanas de negociación con el PSPV, durante las que parecía que acabarían apoyando los presupuestos. Cantó fue borrando poco a poco sus líneas rojas en un cambio que, desde el portavoz socialista, Manolo Mata, se definió como "revolucionario".

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La negativa de Compromís y Podem a ceder en las propuestas fiscales de Ciudadanos ha sido finalmente el último paso que Cantó no ha querido dar y ha acabado decantándose por la abstención. Así, ha renunciado a avalar los presupuestos, pero también a situarse junto al PP y Vox, con quienes estaba muy cerca hace tan solo unos meses. La vicepresidenta Mónica Oltra ya advirtió, el pasado viernes, que "los presupuestos no se cierran hasta que no se votan", en respuesta al anuncio de Cantó de haber cerrado un acuerdo con Puig.

Por su parte, la portavoz morada, Naiara Davó, definió las propuestas fiscales de Ciudadanos como "regresivas" y que no incluían ninguno de las dos condiciones necesarias para que su grupo las apoyara: "ser progresivas y no reducir la capacidad recaudatoria de la Generalitat". La líder de los populares, Isabel Bonig, ha declarado que el resultado de las negociaciones "estaba clarísimo" y las ha calificado de "maniobra de distracción de la factoría Puig".

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¿Botánico reforzado?

Precisamente la cuestión fiscal fue una de las más complejas en la negociación interna entre los tres socios de Gobierno. Hasta hace pocas semanas no se anunció un acuerdo que prevé la subida de impuestos para las rentas superiores a 140.000 y 175.000 euros (dos tramos hasta ahora inexistentes) además de tasas a los grandes patrimonios y a las viviendas vacías.

En general, el acuerdo se interpretó como una victoria de los socios menores del ejecutivo (puesto que era el PSPV era quién más oposición mostraba), y así lo presentaron, desde sus perfiles en redes, Compromís y Podem. Una primera victoria mediática en un momento en que los socialistas están monopolizando la acción del gobierno, principalmente en todo aquello referente a la lucha contra la pandemia. La segunda victoria habría sido cortar las tentaciones socialistas –reales o no- de pactar con Ciudadanos, amarrando los acuerdos del Botànic. Al menos mientras esta sea la única opción aritmética.

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Con todo, la negociación presupuestaria no ha sido sencilla, incluyendo el choque público entre la vicepresidenta Mónica Oltra y el portavoz socialista Manolo Mata, que provocó que muchos analistas vieran entonces el principio del final del Botànic. Pocos días después, pero, los tres partidos se hacían la foto conjunta del acuerdo fiscal y parecía que la sangre no había llegado al río. Solo el tiempo dirá si la fractura de noviembre fue solo una fricción comprensible dentro de una coalición o se ha roto algo más profundo.

Presupuestos expansivos

En unas declaraciones recientes a Público, el conseller de Hacienda, Vicent Soler, defendía que en momentos de crisis la administración debe tener "un comportamiento anticíclico y actuar para añadir recursos en la economía". Este parece ser el espíritu que domina estos presupuestos, que crecen un 12,2%, el mayor salto de toda la historia autonómica valenciana. En total, la Generalitat contará con 25.528 millones el 2021, 19.043 millones una vez restados los gastos financieros.

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A pesar que los aumentos son generalizados y ningún departamento sufre recortes, en el actual contexto de lucha contra la pandemia, Sanidad es la principal beneficiada. Con un crecimiento del 10%, la conselleria de Ana Barceló se lleva prácticamente el 40% de todo el presupuesto valenciano. Economía Sostenible, Política Territorial y Obras Públicas, Igualdad, Innovación Universidad y Ciencias y Presidencia son los otros departamentos que dispondrán de más recursos el próximo ejercicio. En cambio, las que menos crecen son Educación y Transparencia.

Otra de las apuestas de estos presupuestos es la ampliación de la plantilla, con la reserva de 709 millones para la contratación de personal y la creación de 4.900 plazas en todo tipo de servicios. Esto supone "el mayor reclutamiento de personal de la Generalitat en la historia", según Soler, y que llega después de años de reducción de trabajadores públicos por las tasas de reposición impuestas por la Ley Montoro.

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Este incremento presupuestario se quiere financiar con los recursos que aporte la reforma fiscal aprobada, pero también con el aumento de la financiación valenciana aprobada a los presupuestos estatales y con los fondos europeos de reconstrucción. Con todo, el departamento de Soler calcula que será necesario aumentar el techo de deuda, con la emisión de 7.808 millones extras, un 28,7 más que el actual ejercicio.

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