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Análisis Y de remate, la Gürtel

La declaración de El Albondiguilla ante el juez, a pesar del rotundo desmentido de Moreno, revienta uno de los ejes de la campaña conservadora: la lucha contra la corrupción 

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Juanma Moreno, candidato del PP a la presidencia de la Junta de Andalucía, con unos muñecos de la guerra de las galaxias.

sevilla,

A la errática campaña del PP, atrapado entre Vox y Ciudadanos, que tratan de quitarles votos por tierra, mar y aire, solo le faltaba que apareciera la Gürtel. Y apareció. Y le cayó encima, de lleno, al mismo candidato Juanma Moreno. 

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La declaración del exalcalde de Boadilla ante el juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, que investiga la presunta financiación irregular del PP causó un incendio importante en el PP andaluz, que llevó a Moreno a tratar de apagarlo con rapidez, con el anuncio de una querella criminal por falso testimonio con Arturo González Panero, apodado El Albondiguilla. 

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González Panero le dijo al magistrado que, en noviembre de 2005 le contó a Moreno -entonces secretario de Política Local en la Ejecutiva de Mariano Rajoy, bajo el mando de Soraya Sáenz de Santamaría- que Luis Bárcenas, el extesorero, le estaba presionando para que adjudicara contratos municipales a empresas concretas a cambio de dinero. Y agregó que Moreno se limitó a darle las gracias y a decirle que lo tendrían en cuenta

El problema para Moreno es que González Panero hizo esa declaración en calidad de testigo ante un magistrado, por lo que está obligado a decir la verdad. Si no lo hace, se arriesga a una condena de seis meses a dos años de cárcel y a una multa de tres a seis meses. Moreno, sabedor de lo corrosivo de un testimonio pronunciado en esas condiciones, reaccionó con rapidez. Envió a sus portavoces a hablar con la prensa a desmentir todo y a anunciar una querella.

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Así, fuentes del PP se apresuraron a decir que lo dicho por González Panero era "rotundamente falso", y agregaron que El Albondiguilla es "un corrupto al que el Ayuntamiento de Boadilla", gobernado por el PP, "pide 50 años de cárcel". "Es un chantajista que, si espera que el PP retire la acusación contra él, lo único que va a conseguir son más querellas", remataron las fuentes, recoge Europa Press.

Torpedo en la estrategia

Uno de los ejes de comunicación de la campaña de los conservadores, junto a los impuestos y el deterioro de los servicios públicos en Andalucía, en estos comicios es, y ha sido, la corrupción. Y la declaración de El Albondiguilla supone un torpedo en la línea de flotación de toda la estrategia del PP en esta materia. En el debate del pasado lunes, Moreno trató de presentarse como el adalid de la regeneración democrática en Andalucía.

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Si ya le costaba a los conservadores colocar los temas de regeneración democrática, debido a sus antecedentes, ahora el daño puede ser todavía mayor, porque ya no se trata de otros, aunque sean de su partido, quienes se han corrompido. Este tema afecta de lleno a la credibilidad de su candidato. Porque la siguiente pregunta, en el caso de que sea verdad lo manifestado por el exalcalde de Boadilla, es: ¿Qué hizo Moreno para frenar a Bárcenas? ¿Lo intentó acaso?

Otra de las razones que explican la falta de credibilidad del PP en los asuntos de regeneración, es su perenne sobreactuación. Así, los conservadores han tratado de cabalgar a lomos del caso de los ERE, un caso que está pendiente de sentencia, en esta campaña. Así, han convocado a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, y a los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, que lo hará mañana, a la comisión de investigación que tienen abierta en el Senado sobre financiación de partidos políticos, y en la que solo están ellos, porque los demás partidos la consideran un "circo" y un "paripé". Esa comisión lleva abierta más de un año y es justo ahora cuando decidieron llamar a los dirigentes socialistas. 

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Está por ver el efecto electoral de este tema, pero en el caso de que el resultado el próximo 2D no sea el esperado por Génova, recaerá sobre las espaldas de Moreno

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