Ana Pontón: "No estoy en política para aceptar lo que no podemos cambiar, sino para cambiar lo que no podemos aceptar"
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santiago,
La sede del Parlamento de Galicia, "O Hórreo", es un edificio neoclásico de principios del siglo pasado restaurado en los años 80 con una reforma interior sobria y elegante, con interiores empedrados en pizarra gruesa y una hermosa colección de arte. Está custodiado por una valla de acero oxidado en forma de afiladas lanzas triangulares, que desanima a cualquiera que se proponga no ya una toma de la Bastilla a la gallega, sino sencillamente, colarse de tapadillo y curiosear sin permiso. Cuando éste se obtiene y se accede al interior, es un disfrute perderse por los rincones y solisombras de sus corredores guiado por las pinturas y esculturas que los flanquean. La única pega es que apenas se ve el exterior desde los pasillos, el hemiciclo y las estancias interiores, que dan un a un patio húmedo y sombrío muy a tono con el final del otoño gallego. Desde ahí no se escucha la calle, ni la lluvia, y a veces la piedra hasta lamina la cobertura del móvil. En algunos despachos, de hecho, sería imposible advertir que alguien ha saltado la valla.
En su despacho, que sí tiene una modesta ventana a cierta altura, recibe la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, en precampaña desde hace meses bajo la convicción colectiva -sea uno de derechas o de izquierdas, nacionalista o no- de que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, adelantará las autonómicas a febrero o a marzo, y de que ella es la única alternativa para sustituirlo al frente del Gobierno de Galicia
Por su diseño, este Parlamento está muy cerrado sobre sí mismo, una metáfora bonita para preguntarle si desde aquí es fácil enterarse de lo que sucede en el país.
Lo que menos me gusta es la valla que parece una invitación a no entrar. Da la impresión de que este es un espacio cerrado, poco abierto a la ciudadanía. Lo que nosotros hemos hecho durante estos años es justamente lo contrario, intentar abrirlo y que la sociedad se vea reflejada en el Parlamento. Pero son años oscuros para el parlamentarismo.
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¿Por qué lo dice?
Tenemos un Gobierno muy opaco, que no responde preguntas, no traslada información relevante... Nos han ocultado información sobre los contratos de la Xunta con Eulen, una de cuyas directivas es hermana de Feijóo; sobre los que tienen que ver con la privatización de la sanidad pública... No sólo es que practiquen esa opacidad, sino que han convertido el Parlamento en un espacio que no puede ejercer su función de control al Gobierno.
Un Parlamento con mayoría absoluta de un partido durante 14 años seguidos también debe ser un sitio aburrido para trabajar.
No diría nunca que un Parlamento es aburrido, porque debería ser el centro de la vida política del país. Lo que pasa es que el PP ha hecho de su mayoría absoluta una práctica absolutista, como si el Parlamento fuera una terminal del partido. Hay una deformación de su papel que tiene que ver no con la mayoría absoluta sino con una concepción autoritaria del poder. Como el uso que el actual presidente de la Xunta está haciendo de su cargo, empleando los recursos públicos y los medios de la Corporación de Radio e Televisión de Galicia (CRTVG) de una forma absolutamente antidemocrática, como instrumentos al servicio de su campaña como candidato. Son muestras de esa forma autoritaria de ejercer el poder, de ese caciquismo que siempre practicó el PP, que se agudiza porque ve en riesgo a su mayoría.
¿Está convencida de que la mayoría del PP está en riesgo?
"El PP ha hecho de su mayoría absoluta una práctica absolutista con una concepción autoritaria del poder"
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Lo anterior son síntomas de que estamos ante un fin de ciclo y de que hay espacio para una nueva mayoría, que claramente va a liderar el BNG. Y estamos preparadas para darle a este país el mejor Gobierno de su historia. Galicia necesita con urgencia un cambio y la clave es concentrar todo ese voto de cambio en el BNG. Soy más que la candidata de unas siglas, soy la candidata de todos los gallegos y gallegas que quieren un cambio que signifique que en este país las cosas empiecen a ir a mejor.
Para que el PP no tenga mayoría absoluta el Bloque tiene que entrar en su electorado. Recientemente decía usted que hay muchas formas de sentirse gallega y gallego, ¿era una forma de pedir el voto a quienes hasta ahora votaban PP?
Estoy convencida de que la ciudadanía, en cada proceso electoral, distingue a quién debe dar su voto. Hay muchas formas de sentirse gallego o gallega y todas son importantes para construir la Galicia que queremos. En el BNG tienen cabidas todas, da igual lo que se haya votado en otras elecciones. Lo que en este momento nos une a muchas personas es saber que Galicia necesita un cambio porque las cosas van mal. Y lamento decirlo, pero es la realidad. Tenemos un problema demográfico que no se soluciona, una crisis industrial cada vez más evidente, la gente joven sigue pensando que sus oportunidades están fuera y no aquí, la crisis de los servicios públicos es cada vez peor... Hay más de 11.000 niños y niñas gallegas sin pediatra, el 13% de la población gallega está en las listas de espera de la sanidad y, en el ámbito educativo, el profesorado aún no ha recuperado los mismos derechos perdidos que en el resto del Estado si les han devuelto. Son síntomas de un Gobierno que está dejando a Galicia atrás.
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¿Cree que en general el electorado comparte esa visión?
"Soy más que la candidata de unas siglas, soy la candidata de todos los gallegos y gallegas que quieren un cambio"
Nos tomamos muy en serio que se visualice que hay una alternativa para gobernar, porque esto no va de quitarse uno para ponerse otro. Se trata de que haya una transformación y un proyecto de país para colocar a Galicia entre las naciones más avanzadas. Estoy preparada para ser la presidenta de todos los gallegos y las gallegas que quieran ese cambio.
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Usted lleva muchos años preparando al BNG para convertirlo en alternativa al PP. ¿Su proyecto es a cuatro años, o piensa en el largo plazo?
Pensamos a medio plazo. Creer que vamos a solucionar todos los problemas en una sola legislatura me parece un horizonte reducido. Tenemos un proyecto a diez años con vocación de darle la vuelta a esta situación. ¿Qué nos impide que nuestro sistema educativo pueda situarse entre los mejores del mundo? ¿Qué nos impide tener una sanidad pública reforzada? ¿O usar nuestros recursos energéticos para el desarrollo del país? Pues quien lo impide es el PP, que no tiene proyecto, que está trabajando para los grandes lobbies económicos, que está permitiendo que Galicia se venda a trozos sin importarle que las cosas vayan a peor. Porque su proyecto es mantenerse en el poder por el poder.
¿Y el suyo?
El nuestro es justo lo contrario: poner el poder gallego al servicio de la sociedad, para que tengamos una sanidad pública sin precariedades; para que los sanitarios quieran volver a trabajar en la atención primaria, que necesita un plan de rescate; para que la energía esté al servicio de la sociedad... Y para eso hay que parar este bum eólico depredador y pensar cómo planificamos el desarrollo de esta transición energética. Tenemos que hacerla, pero no arrasando el medio ambiente y pasando por encima de la gente. Debemos construir un nuevo modelo productivo basado en el conocimiento, la investigación y la innovación, queremos ser competitivos en eso, no en salarios bajos. Todo eso se puede hacer, y nosotros estamos trabajándolo no desde dos meses antes de las elecciones, sino desde hace años.
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¿El BNG va a conseguir todo eso?
"Vamos a unas elecciones gallegas y las fuerzas estatales quieren trasladar aquí sus batallitas. Es una falta de respeto"
Tengo una cosa muy clara: no vamos a prometer imposibles ni aquello que no podamos cumplir. Vamos a trabajar cada día para dar a los gallegos y gallegas el mejor Gobierno de su historia y transformar este país. Galicia tiene que dejar de perder y empezar a ganar, y para eso se precisa una presidenta con las manos libres. La política de sumisión a Madrid es letal desde el punto de vista político, económico y social. En los últimos 40 años Galicia ha tenido seis presidentes, todos hombres y todos de fuerzas estatales. Es el momento de cambiar, de hacer historia, de que por primera vez tengamos a una presidenta con las manos libres para defender los intereses de Galicia. A mí nadie me va a decir desde Madrid qué puedo defender o no, siempre voy a poner por delante el interés general de los gallegos y las gallegas.
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¿Qué valor añadido tendría que hubiera una mujer presidiendo la Xunta?
No se trata sólo de ser mujer, sino de lo que quieres hacer. No estoy en política para aceptar lo que no podemos cambiar, sino para cambiar lo que no podemos aceptar. Con valores que están asociados al feminismo y a la confianza en Galicia y a que lo podemos hacer desde aquí. Y sobre todo, vocación de poner a Galicia entre los lugares más avanzados del mundo. Nuestro proyecto no es un apéndice de lo que pasa en Madrid, está pensado desde y para Galicia. Y ese es un valor fundamental asociado a lo que el feminismo y las mujeres podemos aportar. Hay estudios que están diciendo que la mujer gestiona mejor en el ámbito público, como se vio durante la pandemia: aquellos países que estaban dirigidos por mulleres respondían mejor. Quizá porque nosotras tenemos el foco puesto en cómo cuidar, y toda esa parte de los cuidados es fundamental. Cuidar a la sociedad, al territorio, cuidar de lo colectivo, que se está desmontando... Es clave para el futuro. Podemos aportar todos esos valores desde el feminismo, pero también el orgullo de ser gallegos y gallegas, que me parece un elemento central y definitorio a la hora de construir un proyecto alternativo.
Junto a las ejes clásicos de la política, izquierda-derecha y nacionalismo-no nacionalismo, parece que está surgiendo un nuevo eje en torno al feminismo.
"Hay un paradigma en torno al BNG, personas muy distintas se sienten representadas por una política alejada del ruido de Madrid"
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Simplificar los ejes en los que se mueve la política es un error, porque muchos de los paradigmas que antes funcionaban no están funcionando ahora. En Galicia hay un nuevo paradigma en torno al BNG, donde personas muy distintas se sienten representadas en una forma de hacer política alejada de todo este ruido que viene de Madrid y de esas luchas de poder interno que tan cansada tienen a la sociedad. Y lejos también de esa visión de que debemos ser una réplica de los que pasa en otros lugares. Nosotros tenemos una política propia, en Galicia hay una dinámica propia, y el BNG ha sabido conectar con sectores sociales muy diversos que quieren un futuro mejor para su país. Representamos a todas esas personas que tienen a Galicia en su cabeza y en su corazón, y necesitamos un Gobierno que tenga a Galicia en su corazón y en su cabeza. No es una cuestión menor: es pensar la realidad desde lo que se necesita. Si queremos resultados distintos, tenemos que apostar por algo distinto.
Esas réplicas de lo que sucede en Madrid se han reproducido hace nada con la ruptura de Sumar y Podemos. ¿Eso beneficia al BNG, por el desencanto que pueda causar esa división a pocos meses de las autonómicas?
Procuro ser siempre muy respetuosa con las decisiones de otros espacios y fuerzas políticas. No quiero hacer ninguna declaración que pueda malinterpretarse. Pero vamos a unas elecciones gallegas donde las fuerzas estatales quieren trasladar a Galicia sus batallitas madrileñas. Y es una falta de respeto. Esto no va de Sánchez y de Feijóo, esto va de qué sanidad queremos, qué modelo territorial, de cómo recuperamos nuestros montes y de cómo cambiamos el modelo forestal, de cómo recuperamos las rías, de qué futuro legamos a la gente joven... Estas elecciones van de los gallegos y las gallegas, que ven en el BNG una fuerza política seria, unida y centrada en lo importante, que pone a las personas en el centro de la política y que siempre acompaña cada crítica con una alternativa. Por eso somos alternativa al PP, porque la gente sabe que hay un proyecto transformador, unido, serio y solvente.
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La ruptura con Sumar que ha llevado a Podemos al grupo mixto en el Congreso ha supuesto que ese partido se quede con la portavocía que antes tenía el BNG.
No voy a entrar en sus problemas internos. Esos diputados y diputadas tienen derecho a incorporarse al grupo mixto, pero eso no va a cambiar la importancia del papel de nuestra representación en Madrid. En esta legislatura todos los votos cuentan en esa mayoría absoluta alternativa a la derecha y a la extrema derecha, y vamos a seguir trabajando para defender los intereses de Galicia. Lo demostramos en el acuerdo de investidura que consiguió el BNG para que fructificara la axenda galega. Fue decisivo, y es en lo que vamos a seguir centrados.
¿Tiene en la cabeza el Gobierno que sentará en el Consello de la Xunta si alcanza la presidencia?
Estamos preparados y preparadas para gobernar desde el primer minuto, y eso incluye qué Gobierno y con qué modelo queremos trabajar. En todo caso, lo primero es ganar este proceso electoral, romper la mayoría absoluta Partido Popular. El mayor fracaso que puede tener una sociedad es cuando la gente pierde la esperanza. Yo quiero devolver la esperanza en que en Galicia podemos hacer las cosas bien y que este es un país con futuro.
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Su apuesta por visualizar que son la única alternativa y que están preparadas para gobernar tiene el riesgo de que, aun sacando un buen resultado y creciendo en escaños, no logren romper la mayoría absoluta del PP. ¿Ha valorado ese escenario?
"Estamos preparadas para gobernar desde el primer minuto, y eso incluye qué gobierno y con qué modelo queremos trabajar"
Hay mucha gente indecisa que necesita ver que éste es un proyecto serio para gobernar y que sabemos lo que queremos hacer. Tenemos que convencer a mucha gente de que el cambio es posible. Tenemos las cosas claras, yo me siento preparada para ser la primera presidenta de este país.
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Una pregunta maliciosa: ¿Y si la mayoría absoluta para hacerla a usted presidenta de la Xunta dependiera de Gonzalo Pérez Jácome [el alcalde de Ourense, que ha anunciado que su partido se presentará a las autonómicas]?
Ese escenario no se va a dar. Y lo que representa ese movimiento es la desesperación del PP, que sabe que tiene la mayoría absoluta pendiente de un hilo. Los predicadores del "no" van a decirnos durante este campaña que no es posible, que no hay nada que hacer, que las cosas van a seguir igual... Es una campaña de fondo para desmovilizar a quienes quieren cambio.
Las encuestas dicen que hay partido, pero que no va a ser un partido fácil.
Las encuestas a veces tienen mucha cocina. Lo que dicen los datos es que hay una mayoría que ve en el BNG la alternativa. Claro que cada voto va a ser decisivo, aunque estoy convencida de que si todas esas personas se mueven el cambio va a ser imparable.
En el libro que ha escrito sobre usted Suso de Toro me ha sorprendido leer que siempre fue Belén en casa, y que hasta la adolescencia no empezaron a llamarla Ana
Siempre fui Ana y Belén, las dos, desde pequeña. En casa, en mi familia, en mi aldea, me llamaban Belén. Pero en el cole siempre me llamaron Ana.
O sea, que no es Belén cuando esta fuera de la valla del Parlamento y Ana cuando la cruza.
La verdad es que no. Por falta de tiempo ahora puedo estar menos con mi familia y escucho más "Ana", pero desde muy pequeña me llamaron de las dos formas. Y con cualquiera de ellas me siento muy identificada.