Las amistades peligrosas de un policía de Palma y un sargento de la Guardia Civil con miembros de los Ángeles del Infierno
Ambos admiten la relación con miembros de la organización de moteros en Mallorca pero niegan haber cobrado por favores, como sostiene la Fiscalía.
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madrid, Actualizado:
El policía local de Palma de Mallorca Nicanor Góngora ha respondido este miércoles únicamente a las preguntas de su letrada en la tercera sesión del juicio contra los Ángeles del Infierno en Mallorca y lo ha hecho para negar todas las imputaciones de la Fiscalía Anticorrupción: integrar una organización criminal, por lo que le pide tres años de prisión, y un delito de cohecho (cuatro años y medio de cárcel).
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Nicanor Góngora, el mismo policía que se contradijo en el juicio del caso Cursach y achacó al juez instructor y al fiscal presiones para haber admitido su participación en un trama policial a favor del magnate de la noche Bartolomé Cursach, se ha presentado este miércoles en la Audiencia Nacional como un honrado agente policial que rehusó colaborar con los Ángeles del Infierno cuando la banda le pidió un favor.
El favor consistía en aportar información sobre los posibles responsables del atraco en casa de uno de sus líderes, el alemán Michael Fritz, procesado también en la causa. Le habían robado joyas de valor y lingotes de oro. La banda quería venganza, según la Fiscalía. "Fue a principios de 2012, estando yo en el hospital por una parálisis ocular. Vino a verme Rolando Torres [encausado también] acompañado de Michael Fritz. Me dijo: "Mira, a mi amigo le han robado y cree que han sido unos rumanos de El Arenal. A ver si puedes enterarte…" Le dije que en las condiciones que estaba, ingresado, y que además en esos momentos yo estaba suspendido, no era agente de policía, no podía averiguar nada. Le aconsejé que presentara una denuncia", ha dicho Góngora.
Sin embargo, según la Fiscalía, Góngora, "mediante pago", buscó información sobre alguna persona que pudiera estar involucrada en el robo. Además los fiscales consideran que Nicanor Góngora realizaba por cuenta ajena trabajos relacionados con labores policiales, por las que cobraba ciertas cantidades de dinero. "Para ello, se apoyaba en una red de contactos constituida por agentes en activo conocidos suyos, integrantes de la Policía Local de Palma, Guardia Civil y Policía Nacional, los cuales también cobraban por estas actividades". Esa supuesta mafia policial está pendiente de ser enjuiciada en Palma.
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Nicanor Góngora ha negado haber realizado funciones de seguridad privada y haber recibido alguna compensación económica ni de Rolando Torres ni de Michael Fritz.
No eran estos sus únicos conocidos en la Banda de los ángeles del Infierno. Conocía muy bien a Khalil Youssafi, vicepresidente de la sucursal en Mallorca de los Ángeles del Infierno. "Yo tenía una empresa de aire acondicionado y le pusimos unos aires allí [se supone que en su local en Mallorca]. Sería en 2006. Le considero amigo, esa es la realidad. Hemos comido alguna vez, me sorprendió mucho que estuviera activo en los Ángeles del infierno, porque nunca le he visto con una chaqueta o encima de una moto, siempre le he visto como un hombre de negocios, correctamente vestido". Khalil Youssafi ha aceptado un acuerdo con la Fiscalía para evitar ingresar en prisión a cambio de una multa, reconociendo la docena de cargos, entre ellos los de organización criminal, delitos de prostitución, amenazas, coacciones y blanqueo.
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Según la Fiscalía Anticorrupción, Khalil Youssafi le ofreció a Góngora participar en las inversiones que estarían planeando en Marruecos, algo que el policía ha negado en el juicio. Además Góngora acompañó a Youssafi en un viaje a
Alemania para reunirse con Frank Hanebuth, el líder de la banda, algo sobre lo que no ha sido preguntado el agente este miércoles. Góngora niega conocer a Hanebuth.
Precisamente Youssafi, en una conversación telefónica intervenida, le dijo a un interlocutor, tras el viaje con Góngora a Alemania que no tenía que preocuparse ante un posible control policial en el prostíbulo Red Palace, según el escrito de Fiscalía.
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El sargento primero de la Guardia Civil Francisco José Valenzuela, para quien la Fiscalía pide cinco años de prisión en esta causa de los Ángeles del Infierno, también tenía amistades en la organización. En concreto, Rolando Torres, del que ha dicho que le conoce por ser gerente de un bar de copas, y Michael Fritz, a quien ayudó en unas gestiones para lograr una licencia en Ibiza. El agente asegura que su colaboración se limitó a imprimir de la web del Ayuntamiento de Ibiza los impresos para cumplimentar la petición de licencia, sin percibir por ello ninguna retribución.
Valenzuela, que estaba destinado en la patrulla fiscal y de fronteras en Calviá (Mallorca), también intervino en otro asunto a favor de Fritz y Torres: el intento de transferir una ingente cantidad de dinero [unos 500 millones de euros, según este sargento] desde Turquía a un banco de Suiza.
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"Yo realicé las gestiones a través de Internet para ver si el banco en Suiza existía y vi que no existía. Me oferté a que si me daban la documentación de dicho dinero procedería a echarles un cable en el traslado de ese dinero, aunque yo tenía claro que era una 'bufonada' de Michael".
Según el sargento imputado, él se interesó por aquella operación presuntamente ilícita sólo para poder informar a sus superiores, pero no lo hizo jamás. "Me daba vergüenza ir a mis superiores con una aventura de esa índole", ha dicho. No obstante, se informó con su propio abogado de las posibilidades de que la citada operación pudiera tener visos de autenticidad. "Lo pongo en conocimiento de mi abogado por la duda de si yo me estoy equivocando para no quedar como tonto. Pero con el paso del tiempo no se me da la documentación. También hay llamadas que no constan [en el sumario] en las que le digo a Rolando que es un timo, una fantasmada de su amigo".