Alvise descoloca el tablero político por la derecha: hace un roto a Vox y pone en aprietos al PP
El agitador ultra ha frenado el crecimiento de los de Santiago Abascal. En Génova titubean a la hora de responder sobre cuál será su relación con esta agrupación.
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MADRID, Actualizado:
Luis Pérez, conocido como Alvise, era una figura simpática entre los dirigentes del Partido Popular y Vox no hace tanto. Les atraía su capacidad para difundir mensajes contra el Gobierno en redes sociales —mayormente bulos y campañas de difamación personal y política— y no eran ajenos a su penetración en capas de la sociedad desencantadas con la política, pero que, a través de Alvise, se convencían de los males de la izquierda. El andaluz de 34 años ha usado todo ese poder para entrar en la competición electoral este 9 de junio y descolocar el tablero político por la derecha.
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Se Acabó La Fiesta (SALF), la agrupación de electores registrada por Alvise para concurrir a estos comicios europeos, ha conseguido más de 800.000 votos y tres escaños. En unas elecciones marcadas por el ascenso de la extrema derecha en toda la Unión, la irrupción de esta fuerza antisistema ha frenado el ascenso de Vox, que esperaba llegar al menos a siete eurodiputados. Su caladero de votos objetivo es el mismo y el discurso de Alvise es muy similar al de Santiago Abascal: vincula la inmigración con la delincuencia, alerta de una España camino de convertirse en Venezuela, promete acabar con la "corrupción" del Gobierno e incluso anuncia que meterá a Sánchez "en prisión".
Conscientes de sus coincidencias y de la fuga de votos que ha provocado, en Vox buscan cuidar las relaciones con Alvise. El cabeza de lista de la formación a las elecciones europeas, Jorge Buxadé, ha asegurado este lunes que "el análisis" de este fenómeno es "muy sencillo" y que "responde a un hartazgo compartido" por Vox. Además, el jefe de la delegación europea de la extrema derecha confirmó que la mismo noche del domingo los equipos de ambas formaciones —el organigrama de SALF, de haberlo, es una incógnita— intercambiaron mensajes y que los contactos se pueden "prolongar".
Una de las claves ahora es si Alvise se incorporará a alguna de las familias políticas de la extrema derecha en Bruselas y a cuál. Preguntado por la posibilidad de que entre en el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) del que Vox forma parte, Buxadé ha dejado la puerta abierta: "Son diputados españoles que representan votos de los españoles y por mi parte, pues un abrazo". Así, en Bambú (sede de Vox) buscan sumar el éxito de Alvise al suyo confiando en que en unas elecciones generales opere la lógica del voto útil, pero la preocupación por el éxito de esta formación brotada a lomos de las fake news es una realidad.
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Tibieza y contradicciones en Génova
SALF también ha conseguido poner en aprietos al PP, que titubea a la hora de responder sobre cuál será su relación con esta agrupación, pero que hace guiños a su electorado. "Máximo respeto a quienes han optado por esta opción política (...) Entendemos que hay muchos millones de españoles que están hartos y cansados. Lo sabemos y tenemos que ser capaces de convencerles que a su hartazgo y su cansancio se le responde con sensatez, con políticas sólidas, con propuestas que buscan el entendimiento transversal de los españoles en un proyecto común y compartido", ha defendido este lunes Borja Sémper, portavoz nacional del partido.
Preguntado hasta en dos ocasiones por si a partir de ahora considerarían a Alvise un interlocutor válido en el espacio de la derecha y la extrema derecha, Sémper no ha contestado. Fuentes de la dirección nacional matizaban después que "no" y que ellos mantenían diálogo con liberales y socialdemócratas en Europa.
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La contradicción en Génova llega cuando los resultados de este domingo se trasladan a unas generales. Un cálculo que Público ha llevado a cabo y con el que —asumiendo que la imagen que arroja no es científica porque es imposible comparar ambos escenarios— Feijóo podría ser investido presidente del Gobierno. Fuentes de su cúpula presumían de ello este lunes, defendiendo que el bloque de la investidura había "perdido" y ya no contaba con mayoría. Pero, para que eso sucediera el PP no solo tendría que sumar a Vox sino que necesitaría dos escaños más que, asumiendo que el PNV sigue en el 'no' y Junts tampoco es un socio para ellos, solo podrían venir de Alvise. "No queremos hablar de bloques, eso es el juego de Sánchez", se defienden en la dirección del PP.
¿Quién alimentó a Alvise?
En la cúpula del PP sostienen que la irrupción de Alvise es un problema de Vox alimentado por el PSOE. "Es una guerra electoral que se libra, en todo caso, en una parte del tablero político que a nosotros no nos afecta", dijo Sémper refiriéndose a una partida entre Vox y SALF. "A lo largo de la campaña electoral, quien más ha mencionado a esta formación política ha sido el señor Sánchez (...) Quien ha trabajado más para que Se Acabó La Fiesta entre en el Parlamento Europeo entendemos que ha sido el señor Sánchez", remachó.
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La explosión electoral del lanzador de bulos se ha producido en el momento de mayor bronca política entre Gobierno y oposición; en la recta final de la campaña, Alvise hizo suyo el bulo del fraude electoral de Correos que PP y Vox agitaron durante el 28M y el 23J; la inseguridad, con el salvadoreño Nayib Bukele como ejemplo, es otra de sus principales banderas junto a la inmigración, las cuales relaciona como causa-efecto: a más inmigración, más delincuencia.
Todo ello en un momento marcado por la derechización de los más jóvenes y el virus de las fake news corriendo libre por la red. Está por ver si los tres eurodiputados de SALF son la semilla de lo que viene o un éxito coyuntural sin recorrido, pero ya nadie puede ignorarlo.