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Alfred Bosch, la cara amiga del independentismo catalán

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Catalunya va a ser independiente del Reino de España sencillamente porque los catalanes lo quieren. Pero este hecho no tiene por qué ser traumático, antes bien, las dos partes han de quedar "como amigos". Esa es la tesis que, en un clima distendido y sin acritudes, sostiene el diputado de ERC, Alfred Bosch (Barcelona, 1961), en su libro Como amigos. La independencia de Catalunya interesa a los españoles (Galaxia Gutemberg). Y es que, según este parlamentario, una Catalunya independiente será beneficiosa para los intereses españoles, sobre todo económicos.

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El libro de Bosch es una apuesta personal y reflexiva para presentar las ventajas de una segregación de Catalunya del resto de España "porque creo que existen y porque los valientes no son los que se pelean, son precisamente quienes evitan la pelea", ha dicho este parlamentario de ERC que alberga una acreditada trayectoria como novelista y ensayista. Lo ha hecho en un acto celebrado en la sala Clara Campoamor presidido por el titular del Congreso de los Diputados, el popular Jesús Posada, y teniendo como presentadora a Rosa Díez, portavoz de UPyD, quienes se encuentran en las antípodas de las pretensiones que plantea el autor del libro.

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Las propia Díez ha reconocido, sin embargo, la buena relación personal entre ambos: "En el hemiciclo tengo a mis espaldas el escaño de Alfred y, claro, se crea una relación". El autor lo ha corroborado y entre charla y charla en las sesiones plenarias le propuso que presentase su libro, "el primero que he escrito en castellano, por lo que algo ha logrado este debate sobre Catalunya". El caso es que Rosa Díez, después de comprobar que en el texto hasta se citaba en tono amable y respetuoso a ella misma y a su formación política dijo que sí. Y lo ha hecho sin poder sustraerse al contraste, frontal, de pareceres sobre el independentismo catalán que sostiene su compañero de escaño.

No ha sido una presentación típica de un libro -loa del autor y parabienes a los contenidos- , pero el tono ha sido amable, como lo es el relato-ensayo que realiza Alfred Bosch durante 173 páginas. "Lo que no estoy dispuesta es a dialogar sobre el imperio de la ley, que dice que no es posible un proceso de independencia. Si ponéis las urnas en la calle pediré que los mossos o los guardias civiles las quiten porque no se puede incumplir la legalidad". En algunos casos parecía que Díez hablaba desde la tribuna del Hemiciclo. Pero ha rebajado el tono hasta hacer sonreír a la concurrencia. "Mi compañera Irene Lozano ha comentado que las mujeres sabemos muy bien que el título -"Como amigos"- supone romper una relación y trasladarla a otra inferior", ha dicho en tono distendido.

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Bosch, en su intervención y en una posterior réplica a la dúplica de Díez - repartidas por Posada como si de un debate se tratase - ha mantenido un tono irónico: "Bueno, pensemos que se diluye un matrimonio bronco pero, por qué no, se acaba en una relación de amantes apasionados". Y para ilustrar la necesidad de la independencia de Catalunya ha relatado una de las anécdotas del libro. La explicado así: "En 1906 Ramón y Cajal acudió a Suecia a recoger el premio Nobel con el que había sido galardonado. En la cena previa a la gala de entrega, el doctor español, que había ejercido la medicina en la guerra de Cuba, les echó en cara a los académicos suecos que su país, sin disparar un tiro, hubiese permitido la segregación, una año antes, de Noruega. Tras una larga exposición de razones vehementes, uno de los comensales de dio la explicación: "Lo hemos permitido por la sencilla razón de que lo deseaban", fue la explicación. Pues bien, Catalunya será independiente sencillamente porque los catalanes lo quieren".

Pero el libro de Bosch, quien ha agradecido a Posada que presidiese el acto y que se realizase en dependencias del Congreso de los Diputados, destaca también las "ventajas" de la segregación catalana. "De entrada se librarán de nosotros aquí en el Congreso -risas-; la comunidad hispánica aumentará con uno más porque somos catalanes e independentistas pero no estúpidos y el castellano no lo vamos a dejar y, además, habrá un estímulo para que crezcan las relaciones comerciales y económicas. Todo son ventajas", en opinión de Bosch.

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En cualquier caso, el acto ha estado rodeado de un clima amable, distendido y de "buen rollo", como ha dicho uno de los asistentes. Tal vez porque nadie pretendiese convencer al otro a base de imponer sus propias convicciones. Al contrario. Bosch, avezado en esto de asistir a presentaciones de libros, ha echado mano de un recurso que ha levantado la sonrisa de Posada e incluso de Díez. "España ganó el Mundial de fútbol cuando se olvidó de la furia española. España gana sin la furia. En esta ocasión, también", ha concluido. Todos los intervinientes han sido aplaudidos cuando Jesús Posada ha levantado la sesión.

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