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Albert Rivera Ciudadanos se lanza a la campaña con el foco puesto en taponar las fugas a PP y Vox

Dirigentes de Ciudadanos ven apuntalado el flanco izquierdo, convencidos de que los descontentos del PSOE o se quedan en casa o votan al partido naranja. ,

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El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, poco antes de su intervención en un desayuno informativo celebrado en un hotel de Madrid. EFE/Emilio Naranjo

madrid, Actualizado:

Ciudadanos afronta sus terceras elecciones generales marcando distancia con el centro político para intentar taponar las fugas de electores que está teniendo hacia el PP y Vox, y tratar de remontar el estancamiento en el que le sitúan la mayor parte de las encuestas.

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Si hace un año Cs lideraba o pisaba los talones al PP en muchos sondeos, ahora el partido naranja desciende al tercer puesto y apenas gana dos puntos con respecto a los resultados obtenidos en las elecciones de junio de 2016, en las que logró el 13,05% de los sufragios.

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Y además, pierde fuelle en la mayoría de las encuestas y no parece acusar ya el tirón de su victoria en las catalanas de diciembre de 2017 ni de los buenos resultados obtenidos en Andalucía, en diciembre pasado, donde ha conseguido gobernar junto al PP y con el apoyo de Vox a la investidura.

Un respaldo que persigue a Albert Rivera como un fantasma y al que no cierra la puerta si un gobierno con Cs depende de ello pese a ser una fuerza política de ultraderecha denostada por los aliados liberales de la formación naranja en Europa.

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Y no se cierra convencido de que es una manera de contener los escapes que el partido naranja ha detectado por su flanco derecho, también hacia el Partido Popular.

Veto al PSOE

Eso explica que haya puesto sus cartas boca arriba antes incluso de arrancar la campaña ofreciendo al PP un Ejecutivo de coalición y también explica el veto tajante a Pedro Sánchez y al PSOE a la posibilidad de entenderse.

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Las encuestas han ido desinflando las posibilidades de Cs en los últimos meses

Un veto diferente al que en su día impuso a Mariano Rajoy y que luego levantó justificando que así se evitaban otras elecciones porque ahora lo que está en juego es la unidad de España y no otros comicios, defiende Cs atacando la política de Sánchez en Catalunya, que será uno de los pilares argumentales de la campaña electoral.

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Dirigentes de Ciudadanos están convencidos de que es la mejor estrategia para frenar pérdidas de votos por el centro derecha porque ven apuntalado el flanco izquierdo, convencidos de que los descontentos del PSOE o se quedan en casa o votan a Cs, como sucedió en las andaluzas.

Dentro de su estrategia electoral está también combatir las llamadas al voto útil de Pablo Casado con apelar al "efecto multiplicador" que tiene el voto de Cs, ya que defienden que cada punto que suba en las generales puede suponer hasta ocho escaños más.

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Escaños que se restan del PSOE y Podemos, sostienen, mientras que ese mismo punto arriba o abajo no supondría más de dos escaños para los populares. Si bien las pérdidas o ganancias no se verán hasta el 28 de abril, las encuestas han ido desinflando las posibilidades de Cs en los últimos meses cuando habitualmente salían muy favorecidos en los sondeos hasta el último momento y eran las urnas las que bajaban el suflé.

Estancados en los barómetros

El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), de febrero, situaba al partido de Rivera en la tercera posición, con un 15,3% de los votos, mientras que en la encuesta de abril de 2018 ocupaba la segunda posición con el 22% de los votos y ahí sigue estancado según apuntan otras encuestas.

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También las encuestas han ido resituando ideológicamente a Cs, de modo que en una escala del 1 al 10 en la que el centro se sitúa en el 5,5, Ciudadanos ha evolucionado de un 6,43 en el CIS de abril de 2016, que prácticamente coincide con su debut político nacional, a rozar casi el 7 en el último barómetro de febrero, según lo ven los españoles.

La nueva campaña que arranca este viernes viene condicionada, además, por unas primarias bajo sospecha, aunque hayan sido para las autonómicas de Castilla y León, que ha arrojado sombras sobre un partido que presume de limpieza y transparencia y que generó una crisis interna sin precedentes en medio de la precampaña.

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También está marcada por una agresiva política de fichajes, que ha pescado en el PP, PSOE e incluso en UPYD y en la sociedad civil con algunos nombres un tanto polémicos como el del exvicepresidente de Coca Cola Marcos de Quinto.

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