"En Afganistán no ha ganado el islamismo, ha ganado la heroína", dice el periodista Roberto Saviano
El periodista y escritor italiano, especializado en la mafia y el crimen organizado, argumenta en un artículo en el 'Corriere della Sera' que se está obviando que los talibanes son, ante todo, narcotraficantes y que su negocio financia la guerra.
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madrid, Actualizado:
El periodista y escritor italiano Roberto Saviano interpreta la situación de Afganistán desde la perspectiva económica más que desde la puramente ideológica. El autor del best seller Gomorra ha publicado un artículo este miércoles en el diario 'Corrieri della Sera' en el que afirma tajantemente que "en Afganistán, no ha ganado el islamismo, ha ganado la heroína".
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"Lo que en estos días muchos divulgadores y opinólogos han ignorado por completo es que si se buscan las principales dinámicas del conflicto, las fuentes primeras que lo financian, se llega a esto: la de Afganistán es una guerra del opio. No ha ganado el islamismo, como muchos dicen, ha ganado la heroína. Y más del 90 % de la heroína mundial se produce en Afganistán. Esto significa que los talibanes, junto con los narcos sudamericanos, son los narcotraficantes más poderosos del mundo. En otras palabras, en esta guerra, ganaron los mejores traficantes".
Saviano argumenta con datos sus aseveraciones, alejadas del discurso mayoritario sobre el peso ideológico de los talibanes. "Así, las drogas que producen financian la guerra y se venden en Estados Unidos y al mundo y a las mafias italianas. El error es llamarlos milicianos islamistas: los talibanes son narcotraficantes".
Asegura el famoso periodista napolitano que "si se leen los informes de la UNDC, la oficina de la ONU para las drogas y el crimen, durante al menos veinte años, siempre se encontrarán los mismos datos: más del 90% de la heroína del mundo se produce en Afganistán. Esto significa que los talibanes, junto con los narcos sudamericanos, son los narcotraficantes más poderosos del mundo. En los últimos diez años también han comenzado a jugar un papel muy importante en cuanto al hachís y la marihuana".
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Conscientemente la estrategia de los Estados Unidos fue separar la guerra propiamente dicha del narcotráfico ejercido por los talibanes, según Saviano. "Aquí está uno de los errores más graves de la administración estadounidense: en 2002, el general Franks, el primero en coordinar la invasión de Afganistán por tropas terrestres estadounidenses, declaró: "No somos un grupo de trabajo antidrogas. Esa no es nuestra misión". El mensaje estaba dirigido a los señores del opio, instándolos a no quedarse con los talibanes, diciendo que Estados Unidos les permitiría crecer. El 'New York Times' publicó que la lista negra del Pentágono de traficantes de heroína que iban a ser arrestados no incluía a aquellos que se habían puesto del lado de las tropas estadounidenses".
Concluye Roberto Saviano su artículo advirtiendo de que no se puede olvidar, al hablar del conflicto afgano, mencionar el opio. "Antes de las escuelas coránicas, la obligación del burka, antes de las niñas novias, antes, los talibanes son narcotraficantes".