Siria: lo que todos quieren olvidar
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Quienes firmamos este texto estamos consternadas y consternados por los sucesos de Alepo y, en general, con el sufrimiento que padece el pueblo sirio, y asumimos la vergüenza universal por los crímenes contra la Humanidad que se están cometiendo impunemente en este país. Desde hace meses, centenares de miles de personas han sido sometidas en Alepo a bombardeos inmisericordes e impunes ante la perplejidad y la impotencia, cuando no la aquiescencia, de la denominada “comunidad internacional”. El régimen sirio y sus aliados internacionales han convertido el horror inimaginable en un hecho cotidiano trivial. Incluso en esta misma hora decenas de miles de personas, aturdidas y exhaustas, están siendo aún asesinadas sin auxilio internacional alguno mientras pretenden huir o ser evacuadas bajo la lluvia: Sabra y Chatila nos vienen inevitablemente a la memoria. Alepo, al-Shahbaa, La ciudad blanca, es ya un hito de la Historia universal de la infamia.
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Nadie puede negar el enorme sufrimiento que su anhelo de libertad le está costando al pueblo sirio. El balance es aterrador: la mayor crisis humanitaria mundial en décadas. Siempre según fuentes acreditadas e independientes, desde el inicio de la represión militar y hasta mayo de 2016, casi medio millón de personas han perdido la vida, de ellas, 50.000 menores. Las muertes violentas y el impacto de la destrucción total del país sobre la infancia y los sectores más vulnerables de la población han determinado que la esperanza de vida al nacer se haya reducido de 70,5 años en 2010 a 55,4 a 2015. Al tiempo, las operaciones militares, la inseguridad y el caos han provocado más de cuatro millones de refugiados y un 31% de desplazados internos, depauperados y sin asistencia sostenida. Más del 85% de la población siria está en situación de pobreza y, de ella, el 69% en pobreza extrema. Alepo ─con su balance aún por cerrar de muertos y desplazados─ es el último símbolo dramático de esta lógica de tierra quemada y exterminio implementada por el régimen sirio y sus aliados, cuyo arco mortífero va de los misiles de crucero y bombardeos de Putin al asesinato de civiles a manos de las tropas del régimen y sus milicias aliadas.