El saldo maoísta de Xi Jinping
El maoísmo se ha convertido en un instrumento para el Partido en un momento en el que la lucha contra la corrupción capitaliza la agenda.
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MADRID. - Los reflejos maoístas parecen haber ganado intensidad en la China de Xi Jinping. Sin embargo, lejos de responder a una adscripción ideológica sin matices a dicho ideario, son otras las claves que inspiran esta adhesión. A tal efecto habría que tener en cuenta, en primer lugar, la reconocida utilidad del maoísmo como instrumento para reivindicar la frugalidad del Partido en tiempos en que la lucha contra la corrupción capitaliza la agenda.
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En segundo lugar, cabe hacer mención a la necesidad de efectuar guiños constantes a un neomaoísmo que socialmente vive momentos de claro repunte al tiempo que se acentúa la represión y el control de las voces disidentes de izquierda. No falta quien vaticine que un neomaoísta podría ganar unas elecciones abiertas en la China de hoy. Mao sigue siendo para muchos el símbolo de una sociedad más justa e igualitaria.