Con la humildad al poder
JOSÉ MARÍA CRESPO
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Ya dijo Ernest Hemingway, codo en la barra del Floridita revolucionario, que el secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad. El panorama político español vive tiempos sobrados de revoluciones y escasos de la virtud que da al humilde el acceso a un escalón superior en su labor de servicio a los ciudadanos. Y buena prueba de ello es esta última campaña electoral, de la que tenemos constancia del día de su final, pero que ahora mismo nadie acertaría a decir con seguridad desde cuándo venimos atendiendo. No se preocupen, acabamos de entrar de lleno en la siguiente.
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No se encontraba la humildad en un Gobierno que por boca de su presidente se preguntaba: “¿Quién habla ahora del paro?”
Faltos de humildad, y sobrados de soberbia, corrupción y falta de empatía han estado en el Partido Popular. De eso que decía Floriano de falta de piel en la versión anuncio de la serie Friends que realizó el PP para que quedase constancia audiovisual de su humanidad y de que no tenían pasaporte de otro planeta. Vamos, que se estaban enterando de lo que pasaba, o eso decían, pero preferían transmitirlo sujetos a las directrices del gurú de cabecera mientras leían el guión. Son cosas de la política y el espectáculo. El día que José Luis Moreno dé el paso adelante sí que va a cambiar el mapa político.
Toda la vida pasando por el colegio electoral pensando que eres de izquierdas y luego resulta que eres casta. Eso no gusta. El cielo no se toma por asalto, ni por atajo
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Ahora voy con Podemos, que hay para todos. Tomar el cielo por asalto requiere de muchos puntos de apoyo, sobre todo si eres consciente rápidamente de que la escalera que traías de casa no llega ni para encaramarte a la azotea de la facultad. La izquierda no se lidera por decreto, como pudimos comprobar el domingo cuando se abrieron las urnas. Quizá muchos potenciales votantes de un Podemos en estado de gracia dieron un paso atrás cuando escucharon que eran casta. O al menos votantes de la casta. Toda la vida pasando por el colegio electoral pensando que eres de izquierdas y luego resulta que eres casta. Eso no gusta. Asumir la ficción demoscópica con humildad y prepararse para un largo camino en la consecución de los objetivos políticos es tarea pendiente de un partido que todavía tiene mucho trabajo que hacer para convertirse en una alternativa real. El cielo no se toma por asalto, ni por atajo.
No utilicen adjetivos que estigmatizan la esencia de la política con la capacidad de los representantes públicos para buscar el acuerdo entre aquellos que tienen los mismos objetivos
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De Izquierda Unida diré poco, porque en el pecado llevan la penitencia. Su falta de humildad les llevó a no tener en cuenta a esa gente nueva de Podemos que quería ir con ellos de forma conjunta a las elecciones europeas. De la decisión tomada en la coalición liderada por el Partido Comunista todos hemos visto las consecuencias. Una mala tarde la tiene cualquiera. Con la humildad por bandera serán posibles muchos gobiernos de izquierda en este país. Pueblos, ciudades, diputaciones –que existen, sí– y comunidades autónomas que tendrán una oportunidad para paliar las consecuencias de la gestión de la crisis del Partido Popular. Los ciudadanos esperan mucho, porque mucho han concedido a la izquierda en estas elecciones.