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Una cómoda alfombra para el avance de Ciudadanos

MARIÀ DE DELÀS

“Ha llegado la hora de poner a nuestro país por delante de los intereses de los partidos”. Gentes que hicieron de la actividad política profesión vuelven desde hace varias semanas sobre esa idea, formulada explícitamente en el “Acuerdo para un gobierno reformista y de progreso”, que firmaron Albert Rivera y Pedro Sánchez en nombre de Ciudadanos y del PSOE. Con este argumento han predicado unos y otros en el Congreso, en los medios, en actos partidarios… “Ahora hay que pensar en el bien común y no en el del partido”, insisten, como si dieran por hecho que habitualmente los intereses de sus organizaciones no coinciden con los de la ciudadanía, que sus partidos existen para defender no se sabe qué causas, y que excepcionalmente han de actuar en pro de objetivos más nobles.

Una nueva encuesta, que quizás se acerca tanto a la realidad como la que publicaron en octubre del año pasado con la vista puesta en el 20D

Otros apelan una vez más al “sentido de Estado”. Una rara “virtud”, al parecer, en cuyo nombre se han llegado a justificar conductas de todo tipo, algunas de ellas inconfesables.

El jefe del Estado, previsiblemente, volverá a recibir a dirigentes políticos en los próximos días o semanas. Cabe esperar que en esta ocasión, al salir, dejen de enredarse con declaraciones en torno a lo bien que ejerce su función ese preparado señor apellidado Borbón, que no ofrece más garantías de buen comportamiento que el resto de su familia. El monarca consultará, y a lo mejor alguno de esos “líderes”, quién sabe, recibirá “el encargo” de buscar apoyo parlamentario para formar gobierno. Quizás no. Y quizás sería una buena ocasión, en cualquier caso, para que los no monárquicos recordaran en público que no es bueno ni conveniente que tal responsabilidad recaiga sobre un personaje sin mayor mérito para ejercer tan alto cargo que el de pertenecer a una familia.

Esos dirigentes, profesionales de la política, acompañados por comentaristas especializados en la improvisación de ideas, que tanto tiempo dedicaron a la crítica de las maneras y el tono de sus antagonistas, decidieron que la aritmética no era útil a la hora de hacer propuestas para el nuevo período político. Negaron la posibilidad de sumar los escaños de PSOE, Podemos, Compromís e Izquierda Unida para la formación de un gobierno de cambio y dijeron que el “cambio” de verdad era el suyo, que sólo era posible mediante el acuerdo “transversal”, que es la palabra que ahora utilizan para referirse al entendimiento que han propiciado entre vieja izquierda y nueva derecha. Una avenencia convertida en mullida alfombra para poner comodidad en el avance de Ciudadanos.

Esos mismos actores intervienen ahora con datos de una nueva encuesta, la de Metroscopia, que quizás se acerca tanto a la realidad como la que publicaron en octubre del año pasado con la vista puesta en el 20D. Dijeron entonces, vale la pena recordarlo, que PP y PSOE se encontraban empatados en intención de voto y que el partido de Albert Rivera les pisaría los talones como tercera fuerza. Es evidente que los electores desmintieron rotundamente aquel pronóstico.

Ahora no se cortan en dar por seguros los datos de esa misma compañía que colocarían otra vez a Ciudadanos como tercera fuerza, con un aumento de cinco puntos en relación a los resultados que obtuvo el 20D. Según esos datos, además, Podemos recibiría un severo castigo, por negar su apoyo al acuerdo que firmaron Pedro Sánchez y Rivera.

Analistas de Jaime Miquel y Asociados consultados por Público indican que eso significaría, siempre según los números de Metroscopia, que Ciudadanos estaría en condiciones de conseguir un millón más de votantes para sus listas, que el PSOE obtendría un resultado parecido al del 20D, que el PP perdería un millón dos cientos mil votos, que Podemos pagaría su atrevimiento con la pérdida de un millón trescientos mil sufragios e Izquierda Unida ganaría tres cientos mil.

Otras encuestas confirman lo que anticipó el gabinete de JM&A para Público el pasado día 3, que preveía un avance no tan exagerado de Ciudadanos, sobre todo a expensas del PP y en parte también del PSOE, de tal manera que juntos, PP y C’s, se situarían al borde de la mayoría absoluta en el Congreso.

Los datos de Metroscopia extreman el hipotético avance de Ciudadanos y el eventual “castigo” a Podemos. Parecen diseñados para asustar al PP, tranquilizar al PSOE y rebajar las expectativas de Podemos. El diario que los ha publicado este domingo, El País, no disimula esa intención. No lo hace en el comentario sobre los datos, lleno de elogios a Rivera y descalificaciones a Iglesias, y mucho menos en un editorial en el mismo sentido, en el que aboga en favor de una combinación de hasta “tres minorías” en el actual Congreso, para “constituir un Gobierno viable”. Equipara la convocatoria de nuevas elecciones al juego de la ruleta rusa y el principal argumento para evitarlas, como no, es que la mayor parte de la ciudadanía está convencida de que los políticos “anteponen los intereses personales o partidistas a los del conjunto de España”.

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