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El asombro de las galaxias

Por fin los astros nos son favorables y España, esa España suya, esa España vuestra, está a punto de ser el asombro de las galaxias. El ministro de los Guindos cambia su levita de economista que tan mal le sienta y se pone el cucurucho de astrólogo en la cabeza para darnos la Buena Nueva. El niño Dios vuelve a nacer en el Portal de Belén y la economía española renace de sus cenizas gracias a una excepcional alineación planetaria y Cristóbal Montoro confirma que todas las potencias terrenales coinciden en la asombrosa percepción de que España rebota y rebrota. Los brotes bordes (a Rajoy se le trabó la lengua de la emoción) eran verdes y, por un milagro de la botánica, un prodigio de la alquimia, un portento de la magia potagia, han vivificado las raíces que ahora son raíces profundas, tambores lejanos que retumban en el horizonte de nuestra sorprendente recuperación. Con sus varitas mágicas florecidas Montoro y Guindos han hecho caer el precio del crudo, han reverdecido el crédito y han

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Por fin los astros nos son favorables y España, esa España suya, esa España vuestra, está a punto de ser el asombro de las galaxias. El ministro de los Guindos cambia su levita de economista que tan mal le sienta y se pone el cucurucho de astrólogo en la cabeza para darnos la Buena Nueva. El niño Dios vuelve a nacer en el Portal de Belén y la economía española renace de sus cenizas gracias a una excepcional alineación planetaria y Cristóbal Montoro confirma que todas las potencias terrenales coinciden en la asombrosa percepción de que España rebota y rebrota.

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