La reforma de la justicia universal limita la persecución de la mutilación femenina
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La reforma de la justicia universal impulsada por el PP limitará los casos de persecusión de la ablación. Actualmente la ley orgánica de 2009 reconoce la mutilación femenina y sólo con encontrarse en territorio nacional España tendría competencia para perseguir estos delitos. En cambio, con la reforma que quiere llevar a cabo el Ejecutivo, la competencia de los jueces se concentra en varios requisitos, como explica el experto jurista Ignacio Jovtis: la víctima debe de ser residente en España o de nacionalidad española, el presunto autor debe ser español o que el autor de los hechos se encuentre en territorio nacional.
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Unos requisitos que acotan la jurisdicción para perseguir estas vulneraciones. Además la regulación del Convenio de Estambul, que comprendería los delitos como la mutilación femenina, no se encuentra ratificado todavía. A la espera de esto, la reforma de la justicia universal limitará los casos de ablación, que sólo en España rondan en 17 mil niñas menores de quince años, que podrían estar en riesgo, según datos de la fundación Wassu.
Niñas que sufren una mutilación por tradición y cultura, una herencia que tiene graves consecuencias en la salud de la mujer. Hemorragias, infecciones, fracturas y dificultad en el parto, son algunas de los síntomas que pueden aparecer tras realizarse el denominado "corte", como asegura Samalia Gómez, coordinadora de Wassu. Muchas de ellas viajarán con sus familias desde España a África, donde se les practicará esta ablación.
Una costumbre ancestral que en el continente africano es aceptada socialmente. En Somalia el 98% de la población femenina está mutilada, así mismo, en Egipto las cifras rondan el 91%. Este acto se considera un paso de la infancia a la madurez, aunque también suele apoyarse en motivos de salud, de estética y persecución de la promiscuidad. "No hay cabida para que sea algo opcional cuando todo el mundo lo ve como algo normal" declara Samalia Gómez.
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Una de las propuestas llevada a cabo por la fundación Wassu es eliminar el corte pero que todo el resto del proceso de iniciación siga vigenteLas asociaciones que trabajan en estas comunidades tratan de concienciar a los profesionales de los riesgos para la salud que existen con esta mutilación. Es un trabajo lento pero poco a poco muchas personas empiezan a vincular las enfermedades con esta práctica. En España se trata de prevenir antes de que suceda la ablación. Una cuestión fundamental, como explica Teresa Blat, presidenta de UNAF, "los profesionales de los centros de salud intentan detectar a tiempo para prevenir la ablación que es, no nos olvidemos, una vulneración de los Derechos Humanos".
Al ser una cuestión que va más allá de la religión y que cuenta con un arraigo tan grande en la población, las alternativas son escasas. Una de las propuestas llevada a cabo por la fundación Wassu es eliminar el corte pero continuar con todo el resto del proceso de iniciación. Un procedimiento en el que desaparecería la ablación pero continuaría la fase de iniciación a la vida adulta, en la que las mujeres le explican a la niña como hablar en las etnias, como tratar a los mayores y finalmente una presentación en sociedad. "Es una idea que no tratamos de empujar ni forzar, creemos que es un modelo que finalmente se acabará adoptando", recalca Samalia Gómez.
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La reforma de la justicia universal limitaría miles de casos que suceden cada año, una política que, según manifiesta Igancio Jovtis , miembro de Amnistía Internacional, "va en la dirección de una política criminal que terminará siendo el paraíso para la impunidad".