La denuncia de 14 mujeres contra Ramón Paso puede ser sólo la punta del iceberg: "Dirigía a actrices cogiéndolas del pelo"
Tras la denuncia múltiple, varias actrices comparten su testimonio sobre los abusos del dramaturgo y califican a Paso de maltratador. "Sus castings son un tanteo del nivel de sumisión que la actriz en cuestión puede soportar", zanja una de ellas.
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madrid, Actualizado:
La denuncia múltiple de la Fiscalía de Madrid contra Ramón Paso puede ser sólo la punta del iceberg. Las acusaciones de 14 actrices contra el dramaturgo serían sólo el inicio. Varias mujeres que trabajaron con el director de escena han contado sus relatos en las redes sociales en las últimas horas. Otras trabajadoras relacionadas con el director confirman cómo orquestó un ambiente sectario con las actrices de su compañía. Las historias cuadran con los testimonios que este medio ha ido recogiendo desde que se hizo pública la demanda que ha sacudido el mundo teatral.
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Una actriz tacha a Paso de "maltratador" y "abusador"
Una actriz, que trabajó en la compañía del dramaturgo, Paso Azorín Teatro, cuenta que hay más mujeres víctimas. Su identidad se mantendrá anónima por protección. "Cuando he visto la noticia, 14 chicas y ninguna del entorno afectado que yo conozco, he alucinado. Hago cuentas y no sumo. Es una auténtica pesadilla", explica. La actriz tacha a Paso de "maltratador" y "abusador". Y señala que lejos de ser "presunto", ella lo ha visto actuar con sus "propios ojos".
Esta actriz relata cómo era acudir a un casting preparado por la empresa de Paso. "Sus castings son un tanteo del nivel de sumisión que la actriz en cuestión puede soportar", explica. "Juega con las ilusiones de las actrices, con la inocencia del que cree, utilizando el poder", sigue. La mujer hace referencia también al perfil que exigía Paso en las audiciones, "aniñado" e "indefenso", corroborando la imagen que Público obtuvo de uno de sus anuncios.
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La actriz describe sus ensayos como un proceso de sometimiento en el que opera la ecuación "cuanto más te dejas someter, más te mereces". En ese ambiente, y siguiendo el relato de la trabajadora, el director apartaba a las actrices para hacerles comentarios "impertinentes y subidos de tono" y usaba al resto de integrantes de la compañía para aplacar las insurgencias.
Los sucesos presentados reflejan prácticas abusivas y machistas: "He visto cómo dirigía a mujeres cogiéndolas del pelo [...] Dice que somos todas putas y yonquis [...] He escuchado palabras hacía mí del tipo: tu alma es mía o si no bebes alcohol no seguimos ensayando [...] He visto cómo se hacían comentarios antes de salir a escena sobre el pecho de una o el culo de otra [...] Sientes el terror más absoluto".
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Cuando ella dejó la compañía y denunció todos estos comportamientos, Paso le dejó caer que no encontraría trabajo. "No podré proponerte, que no me pidan recomendaciones", le dijo.
Otra segunda actriz, cuya identidad también se anonimiza por seguridad, denunció haber sufrido actitudes parecidas por parte del dramaturgo. Ella perteneció a la compañía de Paso en la temporada de 2016 a 2017. Tenía 23 años. "Recién salida de la escuela. Sufrí ese año el acoso, el abuso y el hostigamiento del director Ramón Paso", explicó en sus redes sociales. Sin embargo, no denunció "por temor a no ser creída". Su perfil encaja con el de las víctimas de la denuncia múltiple con edades comprendidas entre los 18 y 25 años y sin experiencia anterior.
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Público pudo confirmar que existió al menos otra denuncia hace tres o cuatro años, mientras se representaba en el Teatro Lara de Madrid la obra La importancia de llamarse Ernesto. Una mujer del equipo técnico del teatro le denunció por acoso y fue ella quien tuvo que marcharse de la compañía.
A estas 14 víctimas "habría que añadir muchas más"
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Además, otra de las víctimas del director confirmó a El Confidencial que era menor de edad cuando él la agredió sexualmente. Sin embargo, su denuncia no pudo cursarse porque había prescrito.
Tanto las actrices como los testimonios recabados por este medio en días anteriores sostienen que hay más víctimas. También la guionista, filósofa e historiadora del arte Isabel Mellén trabajó en el grupo de guion de Ramón Paso cuando tenía 23 años. Mellén explicó en la red social 'X', antigua Twitter, que ella había visto "cosas raras en su relación con las mujeres" y cree que a estas 14 víctimas "habría que añadir muchas más".
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Me he quedado en shock (pero no tanto) al leer esta noticia. Conocà y trabajé para Ramón Paso en su grupo de guionistas cuando tenÃa 23 años y vi cosas muy raras en su relación con las mujeres. A esas 14 vÃctimas habrÃa que añadir muchas más. Afortunadamente salà de allà a tiempo https://t.co/LHw2PJuILS
— Isabel Mellén (@IsaMellen) April 17, 2024
“Dinámica sectaria”
Otra actriz que trabajó en uno de los teatros donde programaban varias de sus obras explica a Público que el director generaba una "dinámica sectaria". "Fuimos testigos de varios comportamientos cuestionables hacia las actrices de su compañía", relata. Sostiene que había amenazas. Les decía que "nunca más volverían a trabajar".
Esta trabajadora mantiene que parte de la compañía Paso Azorín lo defiende "a muerte" porque no se dan cuenta de "donde están metidas" al normalizar la violencia que ejercía el director contra las "mujeres jovencitas".
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Las trabajadoras que integran la compañía han dado su apoyo a Ramón Paso ante la denuncia múltiple. En un comunicado en sus redes piden que se respete la presunción de inocencia del director y explican que en sus castings siempre hay mujeres presentes: "Nunca está a solas con ninguna persona que realiza un proceso de casting con nosotros", dicen.
Entre las firmantes de este comunicado de respaldo están Ana Azorín, Inés Kerzan y Ángela Peirat, las tres socias, actrices y productoras de la compañía; la última es también pareja del director; Ainhoa Quintana, ayudante de dirección y Sandra Pedraz Decker, ayudante de producción.
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El relato de apoyo encaja con las averiguaciones que Público ha podido confirmar sobre el ambiente generado por el dramaturgo. Las fuentes del entorno profesional de Paso aseguraron a este medio que ejercía un rol de "padre espiritual" y de "gurú" con las actrices.
Alana S. Portero, escritora y dramaturga, lo describió como "ese tipo de hombres que, en el mundo del teatro y la interpretación, se convierten en gurús de una secta; una persona que de repente se las apaña para crear dependencias que van más allá de la figura del director, hay algo casi de fe, de convertirse en un padre espiritual y se cruzan todos los límites posibles".
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Una de las víctimas, sobre las mujeres que apoyan a Paso: "Al principio pensaba que ellas eran víctimas de este cerdo pero son cómplices"
Según los testimonios referenciados, el clima sectario funcionaba como caldo de cultivo para ejercer todo tipo de abusos. "Todo recaerá sobre él porque es un auténtico demonio pero poco se habla de los apoyos que recibe", apuntaba la primera actriz citada.
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Otra de las fuentes también hizo referencia al comunicado: "No sé cómo siendo mujeres pueden apoyarle. Lo que hemos pasado las chicas y niñas en esos momentos ha sido muy complicado (...) Al principio pensaba que ellas eran víctimas de este cerdo pero con el tiempo me he dado cuenta que son cómplices. Ellas han presenciado mucho, lo saben, lo ven y siguen a su lado", posteó.
La respuesta del mundo teatral
Aún así el mundo del teatro se ha volcado en apoyar a las víctimas. El Teatro Infanta Isabel ha sido contundente en un comunicado público en el que anuncian la suspensión de la función. Entre los firmantes, la productora Lola Teatro y los actores Pepe Viyuela, Sergio Otegui y Rafa Ramos. El propio Viyuela contó este miércoles a Público que abandonaba la obra en apoyo a las actrices denunciantes. "No voy a prejuzgar a Ramón Paso, pero me posiciono al lado de las víctimas", dijo.
La productora y los actores asumen la responsabilidad de señalar "esta lacra" y generar espacios seguros en los teatros. Puntualizan, sin embargo, que los hechos no ocurrieron durante el montaje de la obra Jardiel Enamorado y que desconocían que existía esta denuncia. Asimismo, aseguran que la afectación a los trabajadores de la obra y del teatro será "mucha" pero que, desde ya, buscarán agendar más funciones para procurar "tapar" el agujero que nos deja esta lamentable situación".
Por su parte, el empresario Jesús Cimarro ha suspendido de la programación del Teatro Reina Victoria la obra Sueño de una noche de verano. "Evidentemente, la presunción de inocencia existe, pero no pinta bien. A mí me parece muy bien lo que se ha hecho, si ocurre una situación de estas características hay que denunciarlo", explicó el empleador a El Periódico de España.
Esta información ha sido modificada tras su publicación como medida de protección de las víctimas.