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El Ayuntamiento de Barcelona ampliará el servicio contra la violencia machista tras las protestas de las trabajadoras

La contratación de cinco personas más y el compromiso de fijar una carga de trabajo máxima paran la huelga prevista para este jueves en el Servicio de Atención, Recuperación y Acogida del Consitorio que dirige Ada Colau.

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La alcaldesa de Barcelona y candidata a la reelección, Ada Colau, presenta al Plenario de activistas de BComú a los 20 primeros candidatos de su lista, en el proceso de primarias, en el Auditori Once de Barcelona el pasado 11 de febrero de 2023. — orena Sopêna / EUROPA PRESS

Barcelona,

Las trabajadoras municipales del Servicio de Atención, Recuperación y Acogida (SARA) a las mujeres que han sufrido violencia machista en Barcelona han desconvocado finalmente la huelga prevista para este jueves. Lo ha permitido un acuerdo in extremis con el Ayuntamiento para aumentar la plantilla un 10% y el compromiso de realizar un estudio de dimensionamiento del servicio que revertiría en mejoras a partir de 2024.

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El comité de huelga considera el acuerdo "suficiente pero mejorable" y lo ha aceptado aunque reclamaban un aumento del 20% de la plantilla para hacer frente a la situación "insostenible" del servicio. Llevan años denunciando falta de personal, que revierte en una peor atención ante una demanda que no deja de crecer. "Todo esto genera un nivel de estrés y burn out muy elevado en el equipo y repercute en los procesos de recuperación de las mujeres", apuntan fuentes del comité de empresa a Público.

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La incorporación de las cinco personas nuevas en la plantilla se llevará a cabo como máximo el 1 de abril. El acuerdo también repesca un estudio de dimensionamiento del servicio, previsto inicialmente para 2021, que servirá para fijar ratios de profesionales y usuarias. El objetivo es monitorizar el volumen de trabajo y dimensionar la plantilla en base a ello.

Mientras que el estudio se hará en el último trimestre de 2023, los resultados se aplicarán a principios de 2024. "Confiamos en que, si se hace de manera correcta, habrá una ampliación de plantilla", añaden las fuentes del equipo.

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El Ayuntamiento de Barcelona destaca la mejora de las condiciones con la internalización del servicio, en 2016

En el manifiesto en el que llamaban a la huelga, afirmaban que el SARA sufre una "sobrecarga asistencial estructural" y que si no se ampliaba la plantilla no se podría afrontar la ampliación del servicio anunciada por el Ayuntamiento. El consistorio prevé aumentar un 54% las plazas de acogida, impulsar un protocolo con la Guardia Urbana para aumentar la detección y abrir una nueva sede del servicio dedicada a la violencia sexual en colaboración con la Generalitat.

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El Ayuntamiento, por su parte, ha recordado que municipalizó este servicio en 2016 y que desde entonces se han hecho "mejoras continuas". Entre ellas, la mejora de las condiciones laborales, con la equiparación salarial con los trabajadores municipales, y la ampliación de la plantilla, que pasó de 27 personas a las 46 actuales.

Además, el consistorio apunta que el aumento del 10% de la plantilla es el mismo que se ha hecho "en el resto de servicios de atención básica municipal" a raíz de la pandemia.

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La rotación de personal afecta a las usuarias

Otra de las denuncias de las trabajadoras era que el volumen de trabajo provoca efectos sobre su salud, como constató un estudio de riesgos psicosociales del consistorio. Esto se traduce en bajas y también en una elevada rotación del personal. "Cambiar el referente que tú tienes durante un proceso de vulnerabilidad tan grande afecta a la recuperación, por eso es importante que haya una continuidad, que la gente no tenga que irse porque las condiciones son inaguantables", explican las fuentes del servicio.

El SARA es un servicio que se ha especializado en las situaciones de riesgo, es decir, mujeres que se encuentran en una situación muy alta de vulnerabilidad, que "no reciben la atención a tiempo" debido a la saturación actual.

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Algunas de las consecuencias de la situación son una espera media de dos meses para tener una primera visita con la psicóloga, con la que se pueden hacer un máximo de diez visitas anuales; falta de atención jurídica en el inicio de procesos penales; pocos recursos para insertar laboralmente y la falta de plazas de acogida.

El SARA trabaja con mujeres en una situación de alto riesgo

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Esta última cuestión implica que cada vez más mujeres y niños tengan que alojarse en pensiones, donde no disponen de una atención continuada. "Esto pone en riesgo la atención, porque las primeras semanas son muy delicadas. Es una de las fases donde es más fácil que haya un regreso al domicilio con la expareja", explican desde el servicio.

El Ayuntamiento apunta que actualmente se cubren 300 plazas de acogida al mes y desde 2022 hay 58 plazas nuevas que se ampliarán hasta las 92 en los próximos dos años. También señalan que el tiempo de estancia en pensiones u otros recursos temporales "acostumbra a ser bajo", puesto que se ofrece sólo en casos de urgencia.

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En los últimos años, la demanda del servicio ha crecido, según datos municipales. En 2021 se atendieron a cerca de 2.000 personas, un 24,05% más que el año anterior. También creció el número de personas acogidas, al pasar de 563 a 595. En conjunto, en 2021 las intervenciones del SARA se doblaron respecto a las de 2020, aunque el Ayuntamiento matiza que la pandemia pudo incidir en el menor número de atenciones.

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