Amelia Tiganus: "No creo que los partidos políticos formen parte del lobby proxeneta, pero muchos le hacen el juego"
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madrid, Actualizado:
Es una de las voces y las caras más conocidas en nuestro país en contra de lo que se denomina el sistema prostitucional. Desde hace años su lucha se centra en conseguir una ley que prohíba el proxenetismo y consagre la abolición de la prostitución. Amelia Tiganus, activista feminista y escritora vivió en sus propias carnes como actúan lo que denomina "mafias criminales". Superviviente de la prostitución y la trata, Tiganus no se muerde la lengua al afirmar que la ley debe ir más allá de lo que propuso el PSOE en el Congreso, que no sólo habría que multar a los puteros, sino también imponerles penas de prisión. "Los puteros deben ser considerados agresores sexuales y tener pena de cárcel", afirma en esta entrevista a Público y añade que incluso "con un billete de por medio" el putero no puede "eludir su responsabilidad". Opina que muchos partidos políticos le hacen el juego a los lobbies del proxentismo, "probablemente por desconocimiento" y denuncia que en su campaña de presión, este lobby está llevando a sus "prostíbulos" a representantes políticos de todas las ideologías, para que vean las buenas condiciones en las que viven las mujeres. "Es como si el esclavista llevara a ver lo bien que trata a los negros en las plantaciones", afirma.
El Parlamento está negociando a propuesta del PSOE de cambios legales para abolir la prostitución. ¿Qué tendría que tener una ley contra la prostitución? ¿Cuáles son los elementos clave?
Vaya por delante que apoyo totalmente la LOASP [Ley Orgánica Abolicionista del Sistema Prostitucional] que se presentó a través de la plataforma de mujeres por la abolición de la prostitución que hemos trabajado durante meses en ella. Esa es la propuesta ideal de lo que pretendemos. Esta iniciativa del Partido Socialista, con el apoyo del Partido Popular, puede representar la base y los fundamentos que defendemos las abolicionistas. Por una parte, que se persigan todas las formas de proxenetismo que en este momento no se persiguen. Por otra, que se hagan políticas publicas destinadas a las mujeres, siendo consideradas víctimas de violencia machista y que se reconozcan derechos, como la renta básica, acceso a la vivienda, formación, terapia, asesoramiento jurídico, papeles, trabajo…
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Centrándonos en el origen de este sistema prostitucional, nosotras no hablamos de la prostitución como una cuestión de mujeres que deciden libremente, sino que hablamos de un sistema prostitucional en donde todas podemos ser prostituíbles. Es cierto que no todas acabamos siendo prostituidas, pero entendemos que esto se sustenta en la idea de que los hombres tienen el derecho, que no es más que un privilegio, de tener acceso al cuerpo de las mujeres. Por esto, desincentivar la demanda es fundamental e implantar la educación sexo-afectiva, es lo que llevamos pidiendo las feministas desde hace tres siglos. Entendemos que la ley educa.
Y en este sentido ¿Qué proponen?
Una herramienta que proteja a las mujeres y por la que los puteros sean considerados agresores sexuales y por lo tanto las penas sean de cárcel, porque no queremos que se siga diferenciando entre víctimas de primera y de segunda. Porque son ellos, los puteros, los que financian a este negocio de la explotación sexual, pero también el brazo ejecutor. Esa es la propuesta que hemos llevado para mejorar la ley que presenta el PSOE con el apoyo del PP. Aunque un putero ponga un billete de por medio, no por eso deja de ser un agresor sexual, una prueba de que pueda ser eximido de su responsabilidad. Para nosotras, esa es la prueba de la coacción económica.
Cuando se debatió en el Congreso la propuesta del Partido Socialista, los grupos parlamentarios se subieron a la tribuna y expusieron sus ideas. Todos, menos PP, PSOE y parte de Unidas Podemos se mostraron contrarios a la abolición. ¿Qué opinión le merece esto?
Viví muy de cerca ese debate. Es muy interesante ver como ponían por delante unas supuestas libertades individuales que aparentemente las mujeres eligen libremente. Este no es un debate de subjetividades. Es algo mucho más profundo. Creo que simplemente se utiliza como escudo para seguir invisibilizando a todos los actores de este sistema porstitucional, entre ellos al propio Estado, que permite que esto siga pasando por acción u omisión. Que sigue permitiendo que muchos hombres sigan poniendo en el centro su propia satisfacción sexual, unilateral, y que crean que tienen derecho a ello, invisibilizando que lo que nos estamos jugando ahora mismo con esta ley es el futuro de nuestra sociedad. Este negocio. Esta multinacional criminal, necesita fabricar puteros a escala industrial y utiliza la pornografía para esto y fabrica también putas (por supuesto, la materia prima), no sólo a través del empobrecimiento, sino a través de todo este relato social que le llega a las chicas más jóvenes a través de redes sociales, internet, influencers...
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Al escuchar a los partidos políticos y sus intervenciones no sabía muy bien qué intereses tenían, porque este negocio mueve cinco millones de euros al día y claramente los proxenetas tienen sus amigos, que no lo cuento solo yo… el trabajo de Mabel Lozano con su documental, donde un proxeneta cuenta en primera persona cómo se ha construido todo este entramado, es fundamental. Explica cómo tienen amigos que son jueces, policías, fiscales y políticos. Prefiero creer que tiene que ver con el desconocimiento. Lo que tienen que hacer nuestros representantes políticos es escuchar voces expertas.
Hace unos días Unidas Podemos presentó enmiendas a la ley en el sentido de que no se multe a los puteros. ¿Qué opina?
Estoy indignada. La ministra, Irene Montero, no hace más que repetir en todas partes que ella es abolicionista. Pero sin embargo, esto que presenta como enmiendas a esta ley, claramente son posturas alineadas el regulacionismo [quienes quieren regular la prostitución, no abolirla], en cuanto a que diferencian entre la trata y la prostitución. Como si existiera una prostitución mala y una buena. Sus enmiendas niegan que los puteros sean multados y lo hacen escudándose de una forma perversa en algo como la ley mordaza y poniendo sus consecuencias como ejemplo. En los últimos años por esa ley se ha multado a más mujeres en prostitución que a hombres puteros y las abolicionistas queremos que se quiten esas sanciones. Exigimos que las mujeres no sean castigadas ni perseguidas, porque consideramos que son víctimas y que deben tener acceso a protección, a la reparación y a la prevención de esas situaciones.
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Utilizando ese argumento de la ley mordaza para pedir que no se multe a ninguno, es poner a la misma altura a las mujeres prostituidas y a los puteros agresores sexuales, cuando son ellos los que sostienen económicamente este crimen organizado. No sólo es una falacia, sino una utilización perversa del lenguaje para manipular, para que parezca que las dos partes están al mismo nivel. Y no lo están.
¿Qué es el lobby proxeneta y qué poder tiene?
Fíjate que hay gente cree que hay un lobby armamentístico, farmacéutico o de la industria cárnica, pero no creen que haya uno proxeneta. Pero existe y los proxenetas son muy listo. A principios de los años 2000 en ANELA, [Asociación Nacional de Empresarios Locales de Alterne], vieron que la opinión pública no se ponía a su favor, porque tenía muchísimas dudas de por qué estos empresarios, los dueños de prostíbulos, decían que sus trabajadoras estaban en un sitio limpio, cuidadas, etc. A partir de este momento cambian la estrategia. Hablamos de una estrategia global, de una multinacional del crimen para la que no hay fronteras. La nueva estrategia es poner a las propias mujeres al frente, para defender el negocio y que esto parezca cosa nuestra. Para que parezca un debate, una pelea, entre lo que yo llamo putas tristes y putas felices. Para que la gente se distancie y lo vea como un teatro, como una parte de Salsa Rosa.
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"No podemos legislar en función de lo que a algunas personas les venga bien a nivel individual, si eso alimenta la desigualdad entre clases sociales y entre sexos"
En estos momentos, por ejemplo, hablamos de la Plataforma de Afectados por la Abolición. Es como si existiera una plataforma de afectados por el feminismo, igual de ridículo. Sin embargo, lo vivimos con total naturalidad en nuestra sociedad. De esta plataforma forman parte dueños de prostíbulos, pero también están puteros y mujeres que defienden que eso es lo mejor pueden hacer en la vida y que tienen que tener la libertad individual de seguir haciéndolo. Lo que decimos es que no podemos legislar en función de lo que a algunas personas les venga bien a nivel individual, si eso alimenta la desigualdad entre clases sociales y entre sexos, porque vamos a ser las mujeres más pobres las que nos vamos a ver obligadas a entrar ahí.
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Lo que hemos visto en los últimos días es que han lanzado una campaña de acoso y difamación para intimidarme y acallarme. No creo que quieran hacerme algo más grave o físico, porque no se van a atrever y porque no me van a convertir en mártir de esta causa, acusando el efecto contrario. Pero sí son toques que constantemente recibo, algunos con mayor virulencia y otros con menor para intimidarme y es un mensaje para todas las supervivientes que estamos alzando la voz, porque cada día somos más, aquí en España y en todo el mundo.
¿Y qué otros medios utilizan estos lobbies para hacer presión?
Sabemos que recientemente se han reunido con varios diputados y diputadas. Han tenido una reunión, por ejemplo, con la diputada de ERC, Pilar Valluguera, y con unos 30 diputados del PP a los que han invitado a sus instalaciones. Es decir, a sus prostíbulos, a que vean la situación de las mujeres y las buenas condiciones en las que están. A mí esto me lleva imaginarme al movimiento abolicionista de la esclavitud negra y a los dueños de los esclavos invitando a los políticos a sus plantaciones para decirles: míralos, aquí están, les doy de comer, no les pego…
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Lo que defiendo que las mujeres no hemos nacido para trabajar en las eyaculaciones de los hombres. Ese dinero que les sobra a los puteros nos falta a las mujeres y queremos que llegue a nosotras sin la obligación de pasar por su cama. Después veremos nosotras con quien nos metemos en la cama, con quién decidimos disfrutar de nuestra libertad sexual, de nuestro placer.
Estas maniobras de difamación tienen que ver con que soy una figura muy potente dentro del abolicionismo y lo que están intentando es presionar para parar lo de perseguir todas las formas de proxenetismo y de que se pueda multar o castigar a los puteros, que es un inicio. Y vemos como el discurso que tienen los partidos políticos va en la misma línea de lo que el lobby proxeneta pretende hacer. Con esto no quiero decir que estos partidos políticos formen parte del lobby, pero que les hacen el juego sí.
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¿Qué se ha aprendido de las leyes puestas en marcha en otros países?
Sabemos que todas las leyes son mejorables. Aquí tenemos una ley contra la violencia de género desde el año 2004, que es mejorable y que seguimos luchando para que se implemente. Pero supone una herramienta jurídica que marca lo que está bien y lo que está mal. Y es lo que tiene que ocurrir en democracia para garantizar el bienestar de toda la ciudadanía. En el caso de la prostitución simplemente exigimos lo mismo. No podemos decir que la ley del 2004 no sirve porque no ha acabado con la violencia de género. Sí sirve, en cuanto a que educa a las nuevas generaciones.
Y eso lo vemos en países como Suecia o en nuestra vecina Francia, que en el año 2006 también implementó políticas abolicionistas. Sigue habiendo prostitución, sigue habiendo puteros, sigue habiendo una demanda para mejorar la situación de las mujeres que son arrojadas a la prostitución, pero trabajemos para mejorar todo esto y no para tirar por el suelo todo lo que se ha ido construyendo. Sobre todo porque ya se están viendo los efectos, especialmente en los chicos más jóvenes de estos países, que crecen con la idea de que es impensable pagar por penetrar a una mujer. Al contrario de lo que ocurre en países como Alemania o Países Bajos. Hay que decir que los macro prostíbulos en Alemania o esas vitrinas en Países Bajos no están llenos de mujeres alemanas, suecas, noruegas… están llenos de mujeres de Europa del Este, de mujeres de lo que se considera el sur global.
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¿Trata y prostitución no se pueden separar?
En cuanto a concepto, sí. La definición de la trata con fines de explotación sexual la da el protocolo de Palermo, que dice que es la captación, traslado, transporte o acogida de una persona, donde vemos que hay unas acciones que se tienen que dar. Pero a través de unos medios que sí pueden ser el rapto, el fraude, el engaño. Pero, y a esto hay que prestarle mucha atención, también lo pueden ser el abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad. Los proxenetas han refinado sus técnicas de captación para que puedan vender un producto en buen estado. Porque los puteros de esta parte del mundo quieren putas felices. No quieren mujeres llorando, encadenadas a la pata de una cama. Ellos fabrican el producto al por mayor y utilizan esa vulnerabilidad o abuso de poder, con el fin de explotar sexualmente a mujeres y niñas mayoritariamente. Se trata de una cuestión de género.
La trata abastece la demanda de prostitución. Nosotros conceptualmente las juntamos porque van a la par. Unicef alerta de que hay un aumento tremendo de la trata a nivel interno. Chicas que son captadas normalmente en el sur de España y que son explotadas sexualmente en el norte del país. Es decir, esto no tiene que ver con las fronteras. Con las fronteras tiene que ver el tráfico de seres humanos. Pero la trata se pueden dar dentro de una misma frontera.