La violencia en Siria obligaa la Liga Árabe a retirarse
La organización suspende su misión de observación y acusa a Asad de optar por la vía militar
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La Liga Árabe asumió hoy que la violencia en Siria ha llegado a tales extremos que continuar con su misión de observación era ya imposible. La organización regional anunció la suspensión temporal de la misión que desplegó en Siria en diciembre, cuyo objetivo era atajar la violencia que se inició hace más de diez meses y que ya ha causado la muerte de más de 5.000 civiles, según la ONU, y de más de 2.000 agentes de las Fuerzas de Seguridad, según el Gobierno sirio.
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El anuncio partió del secretario general, el egipcio Nabil al Arabi, justo cuatro días después de que el martes los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) imitaran a Arabia Saudí e indicaran que retiraban a sus observadores de manera unilateral. Con esta retirada, la misión se había quedado mutilada, con sólo un centenar de observadores de los 165 que comenzaron su trabajo el 26 de diciembre.
En un comunicado, Arabi justificó la decisión aduciendo que en las últimas horas ha habido un considerable incremento de la violencia. La extensión de la medida se supeditará a una reunión ulterior de la Liga Árabe que todavía no se ha convocado, aunque es muy probable que esta decisión se mantenga indefinidamente. Mientras tanto, una parte de los observadores continuarán en Siria a la espera de instrucciones de El Cairo.
El Consejo de Seguridad evalúa esta semana la condena a Damasco "Dado el crítico deterioro de la situación en Siria y el uso continuado de la violencia [...], se ha decidido detener inmediatamente el trabajo de la misión de la Liga Árabe, supeditándolo a la presentación de este asunto ante el consejo de la Liga", decía el comunicado.
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El secretario general de la organización, que el martes hablará ante el Consejo de Seguridad de la ONU, acusó al régimen sirio de intensificar la "opción militar", violando así los compromisos que adquirió en diciembre, cuando se logró el acuerdo que autorizaba el despliegue de observadores.
Esta disposición de la Liga da la victoria a Arabia Saudí y a los demás emiratos del CCG que abogan por una intervención inmediata de la comunidad internacional, y concretamente del Consejo de Seguridad. El órgano ejecutivo de Naciones Unidas tiene previsto discutir la próxima semana una resolución condenatoria de Siria que está preparando Occidente y que cuenta con el apoyo del CCG. Rusia ya ha expresado sus reservas al borrador que circula en Nueva York.
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El texto apoya la última iniciativa de la Liga Árabe e incluso va más allá. El plan árabe exige la dimisión inmediata del presidente Bashar al Asad, su sustitución por uno de sus vicepresidentes y la formación de un Gobierno de unidad que incorpore a personalidades de la oposición en el plazo máximo de dos meses, con el fin de convocar elecciones en el transcurso de 2012.
La oposición asegura que 134 personas han muerto en dos días Tanto Rusia como China vetaron en octubre una resolución de Occidente contra Siria. Esos dos países no quieren bajo ningún concepto que se elabore un texto que, en la práctica, sirva de pretexto para una intervención militar al estilo de la que se produjo el año pasado en Libia y que corrió a cargo de la OTAN. Moscú insiste una y otra vez en la importancia de un diálogo entre el régimen y la oposición, aunque la oposición siria, Occidente y muchos países árabes rechazan esa opción.
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El Gobierno de Damasco dio esta semana luz verde a la prórroga por un segundo mes de la misión de la Liga Árabe al mando del general sudanés Muhammad al Dabi, quien en el informe que ha elevado a la organización declaró que la presencia de los observadores había tenido un efecto positivo y reducido los niveles de violencia, señalando, entre otras cosas, que todo el armamento pesado había salido de las ciudades.
Sin embargo, la oposición siria y varios países árabes, principalmente de la península arábiga, han mostrado su descontento con esta misión, e incluso han llegado a acusar a Dabi de estar colaborando con el régimen de Damasco.
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La Liga Árabe se inclina de esta manera hacia la postura de los países del Golfo, suníes, que tradicionalmente han visto un peligro en los regímenes chiíes de la región, como es el caso de Siria, que está gobernada por un régimen de esta rama del islam, cuyos fieles apenas constituyen el 10% de la población.
Entretanto, sobre el terreno, los enfrentamientos más intensos en Siria tuvieron lugar en algunos suburbios de Damasco. Activistas de la oposición denunciaron que el Ejército está usando tanques, morteros y proyectiles antiaéreos para tratar de evitar que los rebeldes consoliden sus posiciones en lugares tan próximos a la capital.
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Los principales choques tuvieron lugar en los suburbios de Yisrin, Saqba, Arbin y Kafr Batna, donde el Ejército regular trató de aplastar a las fuerzas rebeldes del autodenominado Ejército Sirio Libre, que en los últimos días se habían hecho fuertes en esas localidades del área de Damasco.
Activistas de la oposición dijeron que el viernes murieron alrededor de un centenar de civiles durante las protestas que se desarrollaron en distintas poblaciones, y especialmente en Homs, en Hama y en la región de la capital. La agencia oficial SANA aseguró que los rebeldes habían matado a siete militares en Duma, en el área de Damasco. Los militares viajaban en un autobús que fue asaltado por los rebeldes.
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Según los activistas sirios, hoy fallecieron más de 34 personas en todo el país entre civiles y militares. Los opositores también explicaron que al menos dos oleoductos, uno en el noroeste de Siria y otro en Deir al Zor, al este del país, habían sido saboteados.