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La ultraderecha asciende en Francia en medio de una abstención histórica

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La ultraderecha en Francia sigue en auge. El Frente Nacional (FN) ha conseguido un importante avance en la primera ronda de las elecciones municipales, la primera gran prueba electoral para el presidente François Hollande, que ha visto cómo su popularidad ha caído en picado desde que llegara al Elíseo en 2012. La formación de Marine Le Pen se ha hecho con un 7% de los votos, seis puntos más que en 2008, y la posibilidad de seguir en la segunda ronda del próximo domingo en unos 200 de los cerca de 600 municipios en los que se presentaba.

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Según los sondeos, en uno de ellos, Hénin-Beaumont, una antigua cuenca minero-siderúrgica y cuna del movimiento obrero francés próxima a la frontera belga, se hizo ya con la alcaldía en esta primera vuelta, después de que la lista de Steeve Briois acaparara el 50,26% de los sufragios. El ascenso del FN se ha producido en unos comicios marcados por el voto de castigo a los socialistas y la progresión de la derecha en medio de una abstención histórica en Francia.

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De ese modo, impulsada por el descontento hacia el Ejecutivo de Hollande y por los escándalos que han salpicado a la Unión por un Movimiento Popular (UMP), como escuchas judiciales al expresidente Nicolas Sarkozy que revelaron un presunto delito de tráfico de influencias, Le Pen ha dado por terminada la "bipolarización" política. Aunque la formación ultra sólo estaba presente en 600 de los cerca de 36.000 distritos electorales, el resultado, a la espera de las cifras definitivas, le permite posicionarse como posible árbitro en las triangulares de dentro de una semana.

Una triunfante Le Pen dejó claro que no estaba interesada en pactos con el centroderecha incluso aunque le permitieran ganar una mayor presencia en los ayuntamientos. "El Frente Nacional se está arraigando como quería hacer (...) y la cosecha es bastante excepcional", dijo a la cadena de televisión TFI. Los sondeos otorgan al FN el primer lugar en la ciudad oriental de Forbach, en el antiguo corazón industrial del país. En el sur, llevaba ventaja en Avignon, Perpignan, Beziers y Frejus, y competía por el segundo lugar en Marsella detrás del político conservador que controla actualmente el municipio. Si logra hacerse con otras tres ciudades, superaría a su récord anterior de 1995, cuando entró en tres ayuntamientos, y un cuarto dos años más tarde.

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El ministro del Interior, Manuel Valls, ha confirmado que las formaciones de derecha, con la UMP al frente, se han impuesto en las elecciones con un 46,54% de los votos. Por su parte, los partidos de izquierda, liderados por el Partido Socialista (PS), se han hecho con un 37,74% de los votos.

"En todas las ciudades en las que estemos en condiciones de triangulares asumiremos nuestra responsabilidad para que el FN no esté en situación de ganar", señaló la portavoz gubernamental, Najat Vallaud-Belkacem. Por su parte, Le Pen ha destacado que su formación "ha llegado como una fuerza independiente importante, una fuerza política tanto a nivel nacional como local". 

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Valls asimismo ha lamentado el elevado porcentaje de la abstención, que con un 35,87% ha superado el 33,46% de 2008. "Esta abstención es muy elevada. Es un mensaje incontestable enviada por nuestros ciudadanos. Hay que entenderlo. Los responsables públicos y políticos deben entenderlo", ha declarado el ministro, según ha informado el diario francés Le Figaro.

Una de las incógnitas aún pendientes es el futuro de París, donde la socialista y gaditana Anne Hidalgo era la favorita para suceder al también socialista Bertrand Delanoë. De momento la aspirante de la UMP, Nathalie Kosciusko-Morizet, lidera el recuento con el 35,64% de las papeletas frente al 34,4% de Hidalgo. Sin embargo, los socialistas siguen en cabeza en los distritos administrativos clave, el XII y el XIV, necesarios para llegar a la Alcaldía.

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En otra de las ciudades clave, Marsella, la UMP también se mantiene en cabeza con el 38% frente al 21% del PS. Una victoria en la capital, en manos de los socialistas desde 2001, permite a los conservadores eclipsar derrotas en otras ciudades. "El pueblo de París, fiel a su tradición, ha desmentido todos los pronósticos, colocándome en cabeza. Se nos daba como una evidencia el triunfo del equipo saliente. Después de 13 años, dos de cada tres parisinos han mostrado su voluntad de cambio", defendió Kosciusko-Morizet.

El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, ha dicho que comprende que en esta primera vuelta, "en un contexto económico y social difícil para los franceses", algunos hayan expresado su preocupación con la abstención y los votos a otros partidos. Asimismo, ha juzgado como prioritario dar su apoyo a las fuerzas de la izquierda en la segunda tanda. En las municipales de 2008, cuando la UMP estaba en el poder, la izquierda obtuvo el 49,34% de los votos y la derecha un 47,55%.

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