La UE se desmarca de la hostilidad de EEUU, tiende la mano a China y le pide que llame al orden a Rusia
La ofensiva diplomática europea en China refuerza el protagonismo mundial de Pekín y su posible papel mediador en Ucrania, a la par que corrobora la necesidad de Bruselas de dialogar al margen de la hostilidad de Washington.
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Madrid,
La doble visita a Pekín de la presidenta de la Comunidad Europea, Ursula von der Leyen, y el jefe de Estado francés, Emmanuel Macron, y su voluntad de cooperación con el líder chino, Xi Jinping, demuestran que algo podría cambiar en la estrategia exterior comunitaria sobre China. La meta de esta ofensiva diplomática apunta a la reducción de la tensión entre Europa y China, que alimentan la invasión rusa de Ucrania y la rivalidad entre el gigante asiático y Estados Unidos.
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Hay mucho en juego en las relaciones entre ambos poderes regionales y, aunque Europa sigue el rumbo marcado por EEUU en la región de Asia Pacífico, el peso de la economía y el comercio multilateral es muy grande como para no afectar a la diplomacia entre Pekín, Bruselas y París.
De momento, Von der Leyen ha moderado en Pekín la agresividad que mostró hace unos días contra China y ha mostrado interés por el plan de paz chino para la guerra de Ucrania, especialmente en lo que se refiere a su oposición al uso de armas nucleares.
Von der Leyen también ha pedido a Xi Jinping que escuche al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, como hizo unas semanas en Moscú con el jefe de Estado ruso, Vladímir Putin.
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Por su parte, Macron ha dado un voto de confianza a la propuesta de mediación china en Ucrania, aunque ha hecho hincapié en la soberanía e integridad territorial ucraniana, violentadas por la invasión rusa. Por ello, el presidente francés ha pedido a Xi Jinping que convenza a Rusia para encontrar una solución política al conflicto.
"Sé que puedo contar con usted para que Rusia vuelva a la razón y que todo el mundo retorne a la mesa de las negociaciones", ha indicado Macron a Xi. El presidente chino ha defendido el diálogo también, pero ha reconocido que la situación en Ucrania es "compleja, cambiante" y "difícil de resolver".
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La UE da un golpe de timón sobre la mediación China
Es perceptible el golpe de timón que se está dando en el seno de la Unión Europea después de que hace unas semanas, cuando China presentó su plan de paz de doce puntos para detener la guerra de Ucrania, Bruselas y los países más fuertes de la UE solo mostraran escepticismo e incluso rechazo por esa hoja de ruta china. Los europeos no hacían otra cosa que repetir las mismas críticas lanzadas desde Washington, el rival de Pekín en la región de Asia Pacífico.
Hace solo una semana, Von der Leyen, acusaba a China de buscar un orden mundial alternativo con el objetivo de imponer su dominio, mediante "la coerción económica y comercial", y la desinformación. Según dijo entonces la presidenta de la Comisión Europea, Xi Jinping pretende que China sea "la nación más poderosa del mundo", algo que no gusta, claro, a quienes en Bruselas prefieren que sea el primo estadounidense quien ocupe ese lugar.
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Von der Leyen pronunciaba esas palabras en Bruselas a la vez que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, visitaba Pekín. Sánchez hizo lo que pudo para salvar la cara de la Unión ante China, tras el jarro de agua arrojado por la política alemana, con un llamamiento al diálogo, la cooperación y la reciprocidad comercial entre las dos regiones.
Ahora, en Pekín, la presidenta de la Comisión Europea ha defendido el trabajo conjunto con China para desactivar la crisis ucraniana: "Tiene que haber una paz justa y pleno respeto de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional. Y tanto la Unión Europea como China podemos contribuir", ha señalado Von der Leyen.
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Ni Rusia ni Ucrania parecen dispuestos a dialogar
No obstante, el tímido pero novedoso espaldarazo europeo al papel posible que pudiera jugar China en la solución de la guerra de Ucrania puede quedar en agua de borrajas si los dos contendientes en el conflicto, ucranianos y rusos, no consideran esa intermediación china.
Ucrania demanda la retirada total rusa de su territorio, algo que el Kremlin no se dispone a hacer, ni ahora ni sentado a una mesa de negociaciones. No parece probable tampoco que China, aunque en su propuesta de paz defiende la soberanía e integridad de los países, se vaya a poner muy exigente ante Rusia en ese aspecto.
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La visita de Xi a Moscú en marzo pasado selló la relación "especial" y "sin límites" entre los dos países y, aunque China prefiere por razones económicas obvias que la guerra termine cuanto antes, su apuesta por un pronto alto el fuego –reiterada este jueves ante Macron– no pasa por la derrota total de su aliado ruso, como reclaman Ucrania, EEUU y la OTAN.
Rusia espera consolidar sus conquistas territoriales de cara a una eventual mesa de negociaciones
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Rusia ya ha dicho que, si bien reconoce la importancia de China para acercar posiciones, de momento no precisa de esos servicios, pues queda aún guerra por delante precisamente para consolidar sus conquistas de cara a esa eventual mesa de negociaciones en las que Moscú, si acaso, ceda lo que le parezca.
"China dispone de un potencial formidable y eficaz en cuanto a sus servicios de mediación", ha subrayado este jueves el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Sin embargo, la situación en Ucrania es "compleja" y "no hay una perspectiva de una solución política. Por el momento, no tenemos otra solución que seguir con la operación especial", ha agregado Peskov.
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De momento, sería importante, como han insistido en Pekín Macron y Von der Leyen, que Xi Jinping se pusiera en contacto y dialogara con el presidente Zelenski, quien, desde que se vieran los mandatarios ruso y chino en Moscú el pasado 21 de marzo, espera esa llamada china.
La UE reduce la brecha con China y la OTAN la profundiza
Tampoco en la OTAN están muy por la labor de iniciar conversaciones de paz lo antes posible. En vísperas de la visita de Macron y Von der Leyen a Pekín, los cuarteles de la Alianza Atlántica reunieron a los ministros de Exteriores de los 31 para debatir, oportunamente, sobre la manera de "contrarrestar todas las amenazas, incluido el cada vez mayor alineamiento de China con Rusia", tal y como indicó el secretario general de la organización militar, Jens Stoltenberg.
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Al concluir el miércoles esa reunión, Stoltenberg lanzó una agresiva diatriba contra Pekín, aprovechando la presencia en la reunión de representantes diplomáticos de Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, rivales regionales de China.
Stoltenberg siguió al pie de la letra el discurso estadounidense que acusa a China de preparar envíos de armas letales a Rusia para ser empleados en Ucrania, un extremo que no ha podido demostrar la Casa Blanca y que Pekín ha negado. "Cualquier suministro de ayuda letal por parte de China a Rusia sería un error histórico con profundas implicaciones", insistió el político noruego.
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Stoltenberg sigue al pie de la letra el discurso estadounidense que acusa a China de preparar envíos de armas letales a Rusia
Recordó que China no ha condenado la invasión rusa de Ucrania y que cada día se acercaba más a Rusia. El Gobierno chino, aseveró Stoltenberg, "se hace eco de la propaganda rusa, apoya la economía rusa y llevan a cabo ejercicios militares navales y aéreos conjunto".
Y añadió que, aunque la OTAN no ve a China como un "adversario", lo cierto es que para el Cuartel General de la Alianza en Bruselas, el comportamiento "asertivo" de Pekín desafía los valores y los intereses sobre seguridad de la OTAN.
Stoltenberg acusó a China de invertir en el desarrollo de misiles nucleares de largo alcance y de "aplastar los derechos democráticos en su propio territorio y en Hong Kong, persiguiendo a las minorías y utilizando los medios sociales para vigilar a la población".
El secretario general de la OTAN hizo finalmente un llamamiento a mantener la unidad de la Alianza "en unos tiempos en los que Pekín y Moscú estaban agrediendo al orden internacional basado en reglas".
EEUU tras la agresividad de la OTAN contra China
Las reuniones de Emmanuel Macron y Ursula von der Leyen en Pekín, un día después del agresivo discurso de Stoltenberg contra China, y el respaldo al diálogo con Pekín han mostrado la existencia de diferencias profundas en la estrategia exterior entre las dos principales instituciones que agrupan a los países europeos. La UE es más plural, y en la OTAN predomina el peso de Estados Unidos sobre las posiciones europeístas en materia de seguridad.
En este sentido, China puede ser un punto de mayor fricción e incluso de ruptura entre ambas formas de contemplar la geopolítica internacional, la estadounidense y la europea.
Si en junio pasado, en la cumbre de Madrid, todos los países europeos de la OTAN cerraban filas en torno a la cruzada estadounidense contra el nuevo eje del mal liderado por Rusia y auspiciado por China, la situación es diferente después de más de un año de guerra en Ucrania, con hondas fisuras debido a la prolongación de la guerra y a los intentos de Washington de convertir un conflicto regional en global.
Xin Jinping asegura que "Europa debe jugar un rol independiente en un mundo multipolar"
Xi Jinping ha dado un aviso a navegantes tras su reunión con los dos líderes europeos. Está muy bien la cooperación y las buenas relaciones con Bruselas, pero éstas solo se pueden desarrollar en un "mundo multipolar" en el que "Europa debe jugar un rol independiente". Justo la idea opuesta al hegemonismo estadounidense reforzado por el brazo armado de la OTAN.
El primer ministro chino, Li Qiang, con quien también se vieron el presidente francés y la jefa de la CE, ha ofrecido algo de esperanza. La asociación de China con la UE y Francia "está en un nuevo punto de salida", que requiere el respeto mutuo y la cooperación beneficiosa para las dos partes, según Li.
Pero ha adelantado una condición: China confía en que Europa no respalde los esfuerzos liderados por Estados Unidos para contener su ascenso internacional.