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Ucrania guarda la huella de los primeros europeos

Las herramientas paleolíticas encontradas en el yacimiento de Korolevo quedaron enterradas hace 1,42 millones de años. El descubrimiento arroja luz sobre la llegada de los primeros humanos a Europa y el sentido este-oeste de su viaje.

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Herramienta de piedra encontrada en el yacimiento de Korolevo (Ucrania).— Roman Garba / EFE

MADRID, Actualizado:

Los primeros homininos o parientes de los humanos modernos llegaron a Eurasia hace entre uno y dos millones de años, pero la escasez de yacimientos arqueológicos de esa época paleolítica ha dificultado conocer de forma precisa cuándo ocurrió.

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En este contexto, el yacimiento de Korolevo, localizado en el oeste de Ucrania y uno de los más septentrionales del Paleolítico temprano, lleva proporcionando artefactos, como herramientas de piedra, desde la década de 1970.

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Ahora, un equipo internacional liderado por el arqueólogo e ingeniero Roman Garba de la Academia de las Ciencias de la República Checa ha determinado la edad exacta de los sedimentos en los que se enterraron esos artefactos. Los resultados, presentados esta semana en la revista Nature, señalan que tienen una antigüedad de 1,42 millones de años.

Un artefacto hallado en el yacimiento arqueológico de Korolevo que constituye el primer testimonio de la llegada de los humanos a Europa. — Roman Garba / EFE

"Korolevo representa la primera presencia de homininos datada con seguridad en Europa, y salva la distancia espacial y temporal entre el Cáucaso (hace unos 1,85-1,78 millones de años) y el suroeste de Europa (hace unos 1,2-1,1 millones de años)", señalan los autores.

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Para este último dato se toma como referencia un artículo de 2008, publicado también en Nature, sobre la datación de hasta 1,2 millones de años de una mandíbula hallada en la Sima del Elefante de Atapuerca (Burgos), pero en ese mismo escenario se encontraron después, en 2022, huesos de la cara que podrían ser todavía más antiguos (entre 1,2 y 1,4 millones de años).

 En Korolevo hay una gran cantidad de herramientas de piedra que indican la presencia humana 

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Roman Garba explica a SINC: "La prueba más antigua de la presencia de homininos en Europa se encontró en Atapuerca, un yacimiento impresionante con una colección única de fósiles humanos, que siguen siendo los más antiguos de Europa. En Korolevo no tenemos huesos, pero sí una gran cantidad de herramientas de piedra que indican la presencia humana (de la especie Homo erectus) más antigua conocida en Europa".

Datación con nucleidos cosmogénicos

En cualquier caso, los artefactos líticos del yacimiento ucraniano tienen aproximadamente 1,42 millones de años, según la técnica de física nuclear aplicada que han utilizado los autores para conocer su edad: "Utilizamos métodos de datación de enterramiento mediante nucleidos cosmogénicos que pueden datar rocas con hasta cinco millones de años de antigüedad", apunta Garba.

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"En el yacimiento de Korolevo –añade–, medimos específicamente las concentraciones de los nucleidos berilio-diez y aluminio-26, con unas vidas medias diferentes (1,39 millones de años y 708 mil años, respectivamente). Se forman en el cuarzo cuando está en la superficie debido a la radiación cosmogénica procedente del espacio, pero empiezan a decaer cuando quedan enterrados en el suelo. La relación entre ambos varía en función del tiempo que los clastos (sedimentos) hayan estado enterrados bajo la superficie. Por tanto, podemos utilizarla para calcular su edad desde que fueron enterrados".

Viajes en periodos interglaciares

Los autores también estudiaron la idoneidad del hábitat en los últimos dos millones de años y sugieren que los primeros homininos probablemente aprovecharon los periodos interglaciares más cálidos para colonizar lugares de mayor latitud y relativamente más continentales, como Korolevo.

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Vista de la cantera de Korolevo con el yacimiento detrás de la masa de agua. — Roman Garba / EFE

Como este territorio ocupa un espacio geográfico clave entre el Cáucaso y el suroeste de Europa, que se sabe fueron ocupados por los primeros europeos hace unos 1,8 millones y 1,2 millones de años, respectivamente, los autores concluyen que la datación lo sitúa en un punto intermedio, tanto temporal como espacialmente.

Esto respalda una hipótesis largamente sostenida, pero hasta ahora no demostrada, según la cual Europa fue colonizada por sus primeros pobladores de este a oeste.

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Korolevo respalda una colonización del este hacia al oeste

El estudio es significativo en varios sentidos, según Garba: "Aparte de satisfacer la curiosidad humana general sobre nuestra historia y nuestros orígenes, cambia la visión de las rutas de dispersión de los primeros europeos y completa la pieza que faltaba en el mosaico de lo que sabemos sobre la historia del primer poblamiento de Europa".

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"Aporta una importante contribución a las escasísimas pruebas de la ocupación de los primeros homininos en Europa y apoya la hipótesis de que los primeros humanos entraron en Europa por el este o el sureste –subraya–. Aún queda mucho por descubrir y estoy bastante seguro de que aparecerán yacimientos más antiguos, probablemente en algún lugar de los Balcanes".

Respecto a que esta investigación se haya realizado en un país en guerra, comenta: "Korolevo está en una zona relativamente segura de Ucrania, aunque los permisos para trabajar allí son complicados en las instituciones de investigación del país. Estamos planeando nuevos trabajos arqueológicos de campo en este importante yacimiento, ya que existe un gran potencial para estudiar los estratos más jóvenes".

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El equipo ha identificado siete periodos de ocupación humana en sus distintas capas estratigráficas, aunque se han registrado al menos nueve culturas paleolíticas diferentes: desde hace 1,4 millones de años hasta hace unos 30.000 años. Los investigadores también quieren estudiar los artefactos líticos guardados en el Museo de Arqueología de Ucrania, de los que solo un cuarto han sido analizados.

"La disponibilidad de fondos es ahora un obstáculo mayor que la guerra", reconoce Garba, cuyo grupo ha solicitado una subvención del Consejo Europeo de Investigación (ERC) para poder reanudar sus trabajos en Korolevo.

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