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La era Trump echa a rodar con la pretensión de cambiar el mundo

Proteccionismo comercial, estímulos a la industria y a la economía, rebajas fiscales y un dólar fuerte. Con este cóctel y un gabinete de multimillonarios y militares, el magnate pretende "volver a hacer grande a EEUU" en un nuevo orden mundial.

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El presidente electo de EEUU, Donald Trump. - REUTERS

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MADRID.- ¡Abróchense los cinturones. Empieza la Era Trump! Y viene cargada de emociones fuertes. Quienes habían augurado que el cuadragésimo quinto presidente de EEUU dejaría su retórica a un lado y empezaría a rebajar las tensiones una vez se sentara en el Despacho Oval de la Casa Blanca, tendrán que dejar sus predicciones en cuarentena. Analistas de mercado y observadores políticos han coincidido durante las semanas de convivencia de las administraciones Obama y Trump en presagiar la llegada de un mantra zen una vez el líder republicano dejara su Torre de Oro neoyorquina para asentarse en Washington, en el mayor centro de poder político del mundo. Pero no parece que el espíritu indomable de Barack Obama tenga intención de templar gaitas.

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“Seré el mayor generador de trabajo que Dios haya creado jamás”, alardea Trump sin reparar en que la economía con Obama ha generado más empleo que el conjunto de sus socios del G-7

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Tampoco el sucesor de Barack Obama quiso aclarar el conflicto de intereses por su doble condición de empresario multimillonario ─dueño de más de 500 empresas, con más de 3.600 millones en activos, una deuda conjunta superior a los 600 millones de dólares y presencia en más de 20 países─ y presidente del país más poderoso del mundo. “Seré el mayor generador de trabajo que Dios haya creado jamás”, se limitó a alardear. Confiado, como está, en transformar con medidas proteccionistas en el plano comercial; rebajas fiscales, estímulos económicos y grandes planes de infraestructuras y el retorno a la política del dólar fuerte, a la mayor economía mundial. Al estilo Reagan. Sin reparar en que está inmersa en un ciclo de negocios alcista desde junio de 2009 o de que haya sido capaz de crecer más y generar más puestos de trabajo que el conjunto de sus socios del G-7 hasta registrar tasas de pleno empleo.

El gabinete Trump va a modificar el actual multilateralismo, lo que propiciará tensiones dentro y fuera de EEUU

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Bajo este panorama no resulta sorprendente que las cancillerías internacionales se cuestionen, desde el triunfo electoral de Trump, si EEUU va a abandonar su papel como potencia global. En todos los sentidos. O, dicho de otro modo, si quiere enterrar el legado internacionalista de Obama y sustituirlo por tesis con mayores dosis de patriotismo, aunque no por ello menos globales, como las que rigieron los mandatos de Reagan. Porque todos los presidentes de EEUU desde Harry Truman han tenido un grado de compromiso con los asuntos mundiales. En mayor o menor medida.

Un hombre hace una foto a una gallina gigante que representa a Donald Trump en una fábrica en Jianxing, en la provincia de Zheijiang (China). - EFE

La combinación de militares y multimillonarios en el equipo de Trump ─el gabinete tiene una riqueza combinada superior a los 6.000 millones de dólares─ “apuntan a que la versión multilateralismo y global de EEUU va a cambiar” y tendrá “múltiples implicaciones” tanto para el país más poderoso del planeta como para el resto del mundo, asegura Andrew Bacevich, coronel retirado del Ejército americano.

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El Gobierno del magnate tiene una riqueza combinada superior a los 6.000 millones de dólares y cuenta con tres militares de alto rango

Nada que ver con el escenario actual. En la actualidad no hay una única amenaza. Las manufacturas y las exportaciones no son trascendentales en el PIB de EEUU, la tecnología ha creado sectores económicos variados y específicos, el comercio ha expandido redes comerciales masivas por todos los continentes y los tipos de interés y los precios del petróleo están en niveles históricamente bajos. De ahí la incertidumbre de los aliados, que no dudan del poder hegemónico de EEUU, sino de cómo va a aplicar Trump ese dominio, y de los virajes y la intensidad de los cambios de rumbo que tiene en mente acometer en el orden mundial.

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La rebaja fiscal sobre la Renta y Sociedades y la supresión de impuestos estatales recortará los ingresos federales entre 4,4 y 5,9 billones de dólares

Tampoco la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, parece ver la cuadratura del círculo de Trump para alcanzar un crecimiento medio durante su mandato del 4% del PIB. Con un plan de estímulo de más de 550.000 millones de dólares, los salarios creciendo un 2,9% un mercado laboral en ebullición, una productividad estancada y una rebaja fiscal sobre la Renta ─en especial, a grandes patrimonios─ y Sociedades, junto a la supresión de los impuestos estatales ─y que conducirá a una reducción de la recaudación federal entre 4,4 y 5,9 billones de dólares, según Tax Foundation─, la guardiana de la estabilidad monetaria (Yellen) vigilará cualquier conato de tensión en los precios y en el flujo crediticio. “Un escenario que está próximo a cumplirse”, explica Charles Himmelberg, de Goldman Sachs, quien vaticina un alza del precio del dinero antes de lo que esperaría Trump para garantizar el éxito de sus planes económicos. Y que podría trasladarse al mercado de divisas, donde Kit Juckers, de Societe Generale, cree que la carrera alcista del dólar dejará en estado de suma debilidad a tres monedas: el peso mexicano, la libra y la lira turca.

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