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Los talibanes realizan la primera ejecución pública de un reo desde su regreso al poder

El hombre fue acusado de asesinar y de robarle a la víctima una motocicleta y un teléfono móvil.

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Miembros armados de los talibán en Afganistán. — Saifurahman Safi / EUROPA PRESS

madrid, Actualizado:

Los talibanes han llevado a cabo este miércoles la que es aparentemente la primera ejecución pública de un reo desde su regreso al poder en agosto de 2021. Una sentencia que ha llegado de acuerdo con la ley islámica o sharía utilizada extensamente en su primer régimen entre 1996 y 2001, y que han publicitado este miércoles ampliamente.

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La ejecución del reo, acusado de asesinato hace cinco años y de robar luego a la víctima una motocicleta y un teléfono móvil, tuvo lugar en la provincia occidental de Farah (Afganistán), según ha informado el principal portavoz del Gobierno talibán, Zabihullah Mujahid.

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El portavoz también ha explicado que ha sido el padre de la víctima quien ha ejecutado a su hijo con "tres balas de un AK-47". Una sentencia que se ha llevado a cabo en presencia de autoridades de los fundamentalistas y otros ciudadanos.

Los talibanes subrayaron que la pena de muerte se llevó a cabo después de que familiares de la víctima reconocieran al asesino y de que se completara el proceso judicial, en el que tres tribunales pronunciaron la misma sentencia: ejecución.

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Antiguo Régimen

En el anterior régimen de los talibanes entre 1996 y 2001, que acabó con la invasión estadounidense, las ejecuciones públicas eran una práctica habitual en Afganistán como un modo de concienciar a la población sobre el alto precio a pagar si cometían un crimen.

El antiguo estadio Ghazi de Kabul fue uno de esos espacios empleados para las ejecuciones públicas, donde todos los viernes, después del rezo en la mezquita, se congregaba una muchedumbre para asistir al macabro espectáculo.

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Ante unas 20.000 personas al grito de "¡Allah-u-Akbar!" (dios es grande), los talibanes explicaban altavoz en mano el crimen por el que habían condenado al reo, exhibido ante un público entusiasta en el centro del terreno de juego, para a continuación ejecutarlo o, en el mejor de los casos, cortarle una mano.

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