Siria anuncia más reformas para apagar las revueltas
El régimen crea una comisión para elaborar una ley que permitiría celebrar elecciones
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El régimen sirio apuesta por la estrategia del palo y la zanahoria para sofocar las revueltas. Mientras el Ejército sigue bombardeando a los manifestantes, el Gobierno promete una reforma electoral para preparar elecciones.
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El primer ministro, Adel Safar, ha aprobado la creación de un comité de expertos que se encargará de preparar un proyecto de ley para la celebración de elecciones generales, informó ayer la agencia oficial SANA. El comité está integrado por ocho expertos que deberán realizar su trabajo con celeridad y tenerlo listo dentro de dos semanas.
Este anuncio llega sólo unos días después de que el presidente Bashar al Asad revelara su intención de llevar adelante reformas políticas de cierto calado, aunque no habló específicamente de elecciones generales. El comité de expertos deberá facilitar la creación de partidos políticos, algo que en principio parece de difícil acomodo con el actual régimen del partido único Baaz.
Asad se encuentra en una tesitura interna difícil que se complica más si se tiene en cuenta que tanto EEUU como la UE han emprendido sanciones contra las cabezas más visibles del círculo que rodea al presidente. El régimen parece haberse dado cuenta de que no puede continuar inactivo en la escena política, sino que debe obrar cuanto antes, aunque ni siquiera esta actitud le garantiza su propia continuidad a medio plazo.
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Sobre el terreno, las protestas siguen su curso y van cambiando de ciudad a ciudad. Homs, la tercera urbe del país, fue ayer objetivo de los bombardeos. Los tanques abrieron fuego en el barrio de Bab al Amro, donde murieron cinco civiles y dos policías, según activistas de derechos humanos y el Gobierno. En la localidad sureña de Harra murieron 13 personas, dijo un activista a Reuters. Pero en total, la represión de ayer costó la vida a unas 30 personas.
Los activistas sostienen que el régimen trata de asustar a la población diciendo que grupos islamistas armados están haciéndose con el control en algunos barrios. El islamismo ha sido duramente reprimido en el país durante décadas, pero muchos sirios creen que es la única alternativa real a Asad.
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En las últimas semanas se ha observado un incremento sustancial en el tráfico de armas a Siria, especialmente desde Líbano, donde existe un floreciente mercado negro, uno de los mejor provistos de todo el mundo. Las armas las adquieren individuos que Damasco califica de "terroristas", así como particulares que quieren defenderseen el caso de que las revueltas acaben en el caos.
Por otra parte, Siria retiró ayer su candidatura para ocupar un puesto en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU después de que numerosos países criticaran al régimen de Damasco. Es probable que el grupo asiático presente a Kuwait, otro país polémico en materia de derechos humanos.