El ministro francés de Educación, Luc Chatel, rozó el ridículo hace unos días al advertir a los jóvenes que 'manifestarse es peligroso'. Ayer, la revuelta contra el recorte de pensiones se reforzó entre los estudiantes de institutos de secundaria, hasta el punto de que asumieron el liderazgo de la protesta, por delante de las huelgas de asalariados. Y entonces se comprendió a qué se refería el ministro. La policía antidisturbios cargó en varios puntos del país contra los adolescentes, especialmente en la banlieue de París.

Dos días después del pistoletazo de salida, el martes, en el endurecimiento de la protesta contra el tijeretazo del presidente Nicolas Sarkozy, el Ministerio de Educación reconoció una fuerte subida del número de institutos 'perturbados' por adolescentes huelguistas. Chatel contó 342, mientras que para el sindicato estudiantil Unión Nacional de Liceos (UNL) eran más de 1.100 los centros en huelga o bloqueados.

Esas cifras representan un fuerte aumento respecto a las del día anterior, y prueban que la revuelta está prendiendo. También lo demostraron las manifestaciones organizadas por los estudiantes. Se contaban por miles de adolescentes hasta en ciudades pequeñas, y los sindicatos hablaron de 90.000 en toda Francia.

La respuesta del Ejecutivo no se hizo esperar. La policía cargó contra los quinceañeros, especialmente en los barrios populares del extrarradio norte y este de París, los más populares. En Montreuil-sous-Bois, la revuelta contra el recorte de pensiones registró su primer herido. Un adolescente tuvo que ser hospitalizado tras recibir un disparo de balas de goma en la cara cuando, con su cortejo de uno de los institutos de esos barrios, intentaba confluir en un segundo liceo con sus colegas.

También se registraron cargas policiales en Argenteuil (periferia noroeste), Saint-Denis (norte) y, fuera de París, en Lens, entre otras ciudades. La alcaldesa de Montreuil-sous-Bois, la verde Dominique Voynet, denunció las 'violencias policiales'.

La movilización juvenil a la que todavía no se han incorporado las universidades socava peligrosamente la línea de defensa de Sarkozy, que se había estado preparando para un conflicto en el que él se iba a presentar como 'moderno', para acusar a los huelguistas de ser arcaicos sindicalistas. Con los adolescentes en la calle, eslóganes coloreados como 'Puestos a joder, nada de 67 años, mejor un 69', y bromas constantes con 'Carla: somos como tú; Nicolas también nos jode', ese esquema sarkozyano se cae solo.

Las huelgas en la mayoría de sectores registraban un seguimiento levemente en descenso. Por el contrario, el paro se extiende en refinerías. Ahora son diez de las doce del país ya paralizadas total o casi totalmente por huelgas, por bloqueos o por falta de abastecimiento a causa del paro de estibadores en las terminales portuarias. Una patronal de gasolineras anunció que ya registra las primeras estaciones cerradas.