Es una victoria para el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que llevaba varios días reunidos en Riad para acabar con la crisis en Yemen. Unas horas después de que el presidente de uno de los países más pobres del mundo, Alí Abdalá Saleh, en el cargo desde 1973, amenazara con una guerra civil en su país, el partido del dictador informó de que aceptaba la oferta del CCG. A cambio de inmunidad, Saleh debe irse en un plazo de 30 días y nombrar a un sucesor para organizar elecciones.

El CCG que reúne a todos los países de la península Arábiga excepto a Yemen propuso el jueves a Saleh que entregue el poder a su vicepresidente en un mes y que, una vez que el Parlamento yemení haya garantizado su inmunidad y la de su familia, se organicen de elecciones 60 días después. Saleh en persona designaría a un líder de la oposición para liderar un Gabinete interino para preparar esos comicios. El CCG, preo-cupado por las actividades de Al Qaeda en la zona, pide a la oposición cesar todo tipo de manifestación. La oposición, que reclama llevar al banquillo a Saleh, dio la bienvenida a la iniciativa, pero exige un Gobierno de unidad nacional.

El día de ayer empezó con manifestaciones y una huelga general en varias ciudades. En protesta contra el pacto propuesto por el CCG, los yemeníes cerraron ayer tiendas y negocios. Hasta el 90% de los locales de la ciudad de Aden, el gran puerto del sur, se negaron ayer a abrir. Todos los días desde el pasado 27 de enero miles de personas salen a la calle demandando el fin de la pobreza y de la corrupción.

Frente a sus opositores, Saleh, quien sigue contando con el respaldo de una parte del Ejército y de algunos líderes tribales, volvió ayer a amenazar: 'Ellos quieren arrastrar al país a la guerra civil y nos negamos a ser arrastrados a la guerra civil'. 'Ellos' es la oposición, que exige la salida inmediata del dictador.