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Rusia prepara un golpe inminente sobre Ucrania, pero el tiempo juega en su contra

El Kremlin apuesta por una ofensiva contrarreloj en la guerra de Ucrania antes de que lleguen los nuevos suministros de armas occidentales y con la vista puesta en el primer aniversario del conflicto.

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Vainas de proyectiles amontonados en el pueblo ucraniano de Posad-Pokrovske. — Ximena Borrazas / EUROPA PRESS/DPA

Rusia se prepara para lanzar una inminente ofensiva en al menos tres puntos del frente ucraniano. El Kremlin quiere completar la conquista del Donbás, una de las razones exhibidas para lanzar su invasión hace casi un año, al tiempo que trata de asegurar la media luna conquistada en el este de Ucrania y blindar la península de Crimea, la joya de la corona de Rusia en los territorios anexionados.

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Según el Ministerio de Defensa británico, todo apunta a que, desde principios de 2023, el ejército ruso esté preparando una gran ofensiva cuyo objetivo es "capturar los restos de territorio de la región de Donetsk que permanecen en manos ucranianas". El incremento de los ataques sobre varias plazas fortificadas ucranianas en esa zona y el movimiento de tropas rusas apuntarían en ese sentido.

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Sin embargo, los británicos subrayan que el contingente ruso no ha avanzado como debiera en esa zona y que no dispone de la munición y de los medios militares básicos para triunfar en esa ofensiva masiva.

Desde hace días, el Gobierno ucraniano, incluido su presidente Volodímir Zelenski, viene advirtiendo sobre ese inminente intento por parte de Rusia de romper la línea del frente en al menos tres puntos: las dos provincias que forman el Donbás, esto es, Donetsk y Lugansk, y la región de Zaporiyia, más al sur, uno de los puntos más débiles de la defensa rusa de los territorios invadidos. 

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El Donbás, Zaporiyia y la protección de Crimea

Rusia intentaría invadir el mayor territorio posible en esta zona de Zaporiyia para crear un cortafuegos ante la inevitable contraofensiva ucraniana que puede tener lugar en primavera. Según la inteligencia occidental, tampoco es descartable que se lance un ataque masivo en la zona de Jersón, en el sur, para proteger la intocable península de Crimea.

Además, Moscú puede tratar de ganar territorio que no es vital para sus intereses futuros y que después podría tratar de utilizar como una zona de contención o incluso un elemento de canje en unas eventuales negociaciones de paz, hoy día aún muy lejanas.

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Las tropas rusas intentan abrir una brecha para un avance masivo

Las autoridades ucranianas de Lugansk han indicado que esa ofensiva podría empezar ya a mediados de febrero tal y como apuntan los movimientos de tropas rusas hacia esta región del este de Ucrania. La intensificación de los combates en torno a la ciudad de Bakhmut, aún defendida por las fuerzas ucranianas, pero con un duro asedio de los rusos desde hace meses, muestra que las tropas del Kremlin intentan abrir una brecha para un posterior avance masivo de sus contingentes que culmine con la captura del resto del Donetsk.

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Los territorios de Donetsk y Lugansk conforman la región del Donbás, donde se localizan los asentamientos prorrusos que en 2014 se levantaron con apoyo de Moscú contra el Gobierno de Kiev. En octubre, Donetsk y Lugansk fueron formalmente anexionadas por la Federación Rusa, al igual que las regiones de Zaporiyia y Jersón, aunque su ocupación militar sea solo parcial. La península de Crimea, la otra región de Ucrania en disputa, fue anexionada ya en 2014 tras un referéndum ilegal orquestado por Moscú.

El 24 de febrero podría ser la fecha clave

El todavía ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, ha subrayado que no tiene sentido que las fuerzas rusas lancen esa ofensiva, pues, aunque puedan reunir numerosas tropas tras finalizar el entrenamiento de las nuevas levas de reclutas, "no es lógico desde el punto vista militar, porque no tienen listos todos sus recursos".

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Sin embargo, Reznikov no se lleva a engaños. "Pese a todo, esperamos una posible ofensiva rusa en febrero. Simplemente desde el punto de vista simbólico" adquiere sentido, resaltó: el 24 de febrero se cumple el primer año desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania.

Para el experto militar ucraniano Roman Svitan, "el ejército ruso actualmente no cuenta con una cantidad significativa de equipo", por lo que sus ataques serán "de fuerza bruta", con esos militares recién entrenados.

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Svitan explica al diario ruso Novaya Gazeta Europe que el ejército del Kremlin podría lanzar uno de esos ataques a gran escala antes del 23 de febrero, el Día del Defensor de la Patria en Rusia, contra localidades como la propia Bakhmut y las aldeas de Avdiivka o Maryinka, pero sacrificando a miles de sus soldados.

La contraofensiva ucraniana podría golpear los frentes de Zaporiyia y Jersón

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Sin embargo, Bakhmut podría convertirse en una trampa para el ejército ruso. Aunque finalmente fuera abandonada esta ciudad, la línea de defensa levantada por los ucranianos sobre las colinas cercanas se extiende durante decenas de kilómetros hacia el oeste y eso pararía a los rusos. Si además llegan para la primavera las armas pesadas prometidas por Occidente, la contraofensiva ucraniana podría golpear los frentes de Zaporiyia y Jersón (en el sur), tras estancar de nuevo a los rusos en el Donbás, refiere Svitan.

"Si esto sucediera, el ejército ruso tendría que retirarse a Crimea", dice el analista ucraniano. Para entonces, las fuerzas armadas ucranianas ya tendrían a su disposición misiles de alta precisión y proyectiles GBU-39 que alcanzan objetivos a una distancia de 150 kilómetros y pueden ser lanzados por los sistemas HIMARS entregados por Estados Unidos. Todo el norte de la península de Crimea estaría al alcance de los misiles ucranianos.

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Para evitar que los nuevos suministros de armamento occidentales acaben dando la vuelta a la guerra, el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania, Oleksiy Danílov, coincide en que Rusia lanzará su ofensiva en torno al aniversario del comienzo de la invasión. Danílov insiste en que a Rusia se le está acabando el tiempo, debido a sus problemas económicos y a la caída de la confianza popular en la campaña ucraniana.

Por eso, una victoria en el Donetsk en las próximas semanas, aunque fuera relativa, daría al presidente ruso, Vladímir Putin, la suficiente fuerza como para justificar el alargamiento de la guerra, algo que parece ya un hecho. Como lo son también las crecientes muestras de desafecto al conflicto en Rusia, con miles de muchachos sacrificados por unos pocos de cientos de metros conquistados en Bakhmut y en otros escenarios bélicos ucranianos.

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Rusia necesita una victoria ahora y a toda costa

"Desde un punto de vista político y psicológico, tal ofensiva es casi inevitable", explica Stanislav Belkovsky, fundador y director del Instituto Nacional de Estrategia. "Atacarán independientemente de si es ventajoso o no", subraya este analista ruso, que retrasa la ofensiva a marzo o abril.

A su juicio, el objetivo de la ofensiva será, por una parte, asegurar el control sobre los territorios anexionados y alejar la línea del frente de Crimea y el Donbás. Otro de los blancos de esa ofensiva, asiente Belkovsky, sería Zaporiyia, como cabeza de puente hacia el río Dniéper. Si Rusia lograra este objetivo, tendría abiertas las puertas del centro de Ucrania.

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Por último, en opinión de este analista, no habría que descartar un ataque desde Bielorrusia, para romper la línea de defensa ucraniana y desviar muchas de sus tropas hacia el norte. Esta opción pretendería también cortar el flujo de los suministros de armas occidentales.

Ucrania espera los tanques Leopard, pero aún tardarán

Desde el punto de vista ucraniano las perspectivas son también inciertas. Los tanques Leopard prometidos por Alemania y otros países europeos no parece que vayan a llegar a tiempo para detener una primera oleada de la ofensiva rusa. Una eventual contraofensiva ucraniana parece incluso más complicada, aunque se confía en el material acumulado hasta ahora.

"No todo el armamento occidental llegará a tiempo. Pero estamos listos. Hemos creado nuestros recursos y reservas, y seremos capaces de desplegarlos y de repeler el ataque", según el ministro de Defensa ucraniano, en el ojo del huracán por los escándalos de corrupción surgidos en el ejército sobre desfalcos en los suministros para las tropas.

El comandante de las Fuerzas Armadas de Lituania, el teniente general Valdemaras Rupšys, resalta la prisa que tiene Rusia para llevar a cabo esa ofensiva, antes de que lleguen los carros de combate pesados occidentales a Ucrania. Rupšys considera evidente que los rusos preparan esa gran ofensiva y "hasta una persona ciega podría verlo", señala. Y si no lo hacen ahora, agrega el militar báltico, al final de la primavera será demasiado tarde.

Los ataques rusos no disminuyen en intensidad y la suerte de Bakhmut parece echada

Por eso, los ataques rusos no disminuyen en intensidad y la suerte de Bakhmut parece echada. El ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, ha indicado que las tropas rusas están logrando sus objetivos en Bakhmut y Ugledar, aunque de momento la resistencia ucraniana parece poner los puntos sobre las íes al triunfalismo ruso. Las dos partes solo coinciden al afirmar que su respectivo contrincante está perdiendo miles de hombres en los combates.

Sobre la creciente participación occidental en la guerra, con el envío de nuevas remesas de armas, el ministro de Defensa ruso ha insistido en que las fuerzas rusas "siguen triturando" las armas entregadas por Estados Unidos y Europa, tanto en la línea del frente como a lo largo de las rutas de suministro. Y Shoigú ha vuelto a advertir a Bruselas y Washington: esta intervención de países de la OTAN en el conflicto puede conducir a "una escalada impredecible".

Como muestra del esperpento de la guerra y de la propaganda rusa en torno a los combates en Bakhmut, el oligarca Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo mercenario ruso Wagner, ha aparecido en un vídeo copilotando un caza de combate que acababa de bombardear esa localidad minera.

El vídeo muestra a un Prigozhin ufano, que reta al presidente ucraniano a un duelo a bordo de sendos cazas de combate. "Si usted gana –le dice a Zelenski-, se queda con Artiómovsk (nombre ruso de Bakhmut). Si no, llegaremos (los rusos) hasta el Dniéper", afirma el magnate.

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